Errar es de humanos y quien calla otorga

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Néstor Francia.*

¿Nos equivocamos cuando desestimamos las probables contradicciones entre Uribe y Santos? Varios indicios parecen señalarlo así, de modo que solo nos quedaría decir “errar es de humanos”. El principal indicio es el silencio del presidente electo de Colombia ante distintos señalamientos hechos en el vecino país criticando las más recientes acusaciones de Uribe contra Venezuela y aduciendo diferencias entre las dos figuras del uribismo. Se dice que quien calla otorga.

El ex presidente colombiano Ernesto Samper, por ejemplo, dijo que el mandato de Alvaro Uribe representa “una de las épocas más siniestras” de la diplomacia de ese país y que la crisis con Venezuela busca afectar al presidente electo, Juan Manuel Santos, en una entrevista publicada ayer en El Tiempo de Bogotá. Añadió que el “aislamiento”, “peleas” o “relaciones distantes” de Bogotá con Nicaragua, Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina y Brasil se deben a que Uribe ha querido convertir “la política de seguridad democrática en política exterior”, una aseveración por demás interesante.

Samper aseguró que, al “agitar nuevamente” las denuncias de que guerrilleros colombianos se esconden en Venezuela, el mandatario saliente pretende “ponerle más palos en la rueda” y “montar una carga de profundidad” contra Santos, quien se ha mostrado proclive a normalizar las relaciones con Caracas.

También se pronunció la senadora Piedad Córdoba, quien instó el viernes al gobierno de Venezuela a que “no caiga en provocaciones” y advirtió que lo que busca el saliente gobierno de Álvaro Uribe con las acusaciones sobre la supuesta presencia de guerrilleros en el país vecino es afectar las elecciones parlamentarias venezolanas de septiembre próximo: “Quisiera decirle al presidente Chávez que no se deje provocar, que no caiga en una diatriba, que lo único que están buscando es afectar las elecciones en Venezuela”, sostuvo Córdoba en entrevista al canal TeleSur.

Otras personalidades colombianas han hecho críticas, como la presidenta del comité de paz del Senado colombiano, Gloria Ramírez, y el dirigente opositor Carlos Lozano, quienes coincidieron en lamentar que Uribe haya reactivado las viejas denuncias contra Venezuela a días de que Santos asuma el poder y a través de la prensa y el ministerio de Defensa, y no de la cancillería.

Pero quizá la opinión crítica más significativa fue la expresada en el editorial de ayer del diario El Tiempo, del que Santos fue subdirector, y que sigue vinculado a su familia. El editorial señaló que “fuera de que resulta inusual que a escasas tres semanas de dejar la Casa de Nariño el inquilino de la misma le ponga palos en la rueda al presidente electo, no deja de llamar la atención que el episodio ocurra entre Uribe y quien se supone es su legítimo heredero”.

El silencio de Santos no solo ha sido ante las críticas a Uribe por parte de sus compatriotas. También ha callado tras palabras del presidente Chávez en sentido similar.
Chávez afirmó que las nuevas acusaciones “responden al desespero de la derecha que rodea a Uribe” y buscan impedir que el próximo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, “vuelva a establecer relaciones respetuosas con Venezuela”.

También nuestro embajador en Colombia, Gustavo Márquez, indicó que se trata de sabotear el proceso de recomposición de las relaciones entre el nuevo gobierno del presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, y el de Chávez. Recordó que se habían realizado ya una serie de contactos e incluso estaba previsto realizar “una comisión de alto nivel” después de la toma de posesión de Santos, el próximo siete de agosto, para reabrir el diálogo entre los dos países.

Márquez destacó, por cierto, la presencia del embajador gringo en Colombia, William Brownfield, en la rueda de prensa donde el ministro Gabriel Silva hizo las acusaciones.

Como era de esperarse, el imperio ha terciado en la discusión. El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, recordó hoy a Caracas su “obligación” de impedir que grupos terroristas operen en Venezuela. Crowley indicó que algunos de los datos aportados por Colombia “no sorprenden demasiado”, puesto que el supuesto apoyo de Caracas a la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) preocupa desde hace tiempo a ese país y también a Estados Unidos.

“Algunas cosas no son nuevas, en el sentido de que ha habido preocupaciones desde hace algún tiempo por interacciones transfronterizas y una implicación en actividades insurgentes o terroristas dentro de Colombia…Llevamos preocupados por esto desde hace algún tiempo y es una de las razones por las que, desde 2006, Venezuela figura como país que no coopera plenamente en la lucha antiterrorista”, indicó Crowley.

Entretanto, la oposición, la canalla mediática y la oligarquía económica del patio se han hecho eco de las denuncias de Colombia. El presidente de la Asociación de Ganaderos de Machiques de Perijá, Miguel Rincón, dijo que la aseveración de Colombia es un hecho cierto y probado a través de cientos de denuncias que han hecho los productores agropecuarios en los últimos años.

Por su parte, el presidente de la Federación de Ganaderos de la Cuenca del Lago de Maracaibo (FEGALAGO), Jesús Alberto Iragorry, dijo que no les extrañan tales denuncias hechas por el vecino país, pues ellos han venido denunciando la presencia de irregularidades colombianos.

El latifundista Armando Chacín, ex presidente de la Asociación de Ganaderos de Machiques y actualmente vicepresidente de FEGALAGO aseveró que “el gobierno colombiano no está descubriendo América, nosotros sabemos de la presencia de guerrilleros colombianos en la frontera venezolana”

También se pronunció el gobernador derechista del estado Táchira, César Pérez Vivas, quien dijo el viernes que diariamente tienen reportes de ciudadanos que afirman que grupos irregulares “se pasean de manera descarada” por los caminos y veredas de los municipios Junín, Rafael Urdaneta, Fernández Feo y Libertador. “Ahora, cuando Colombia anuncia que tiene información sobre este tema, lo lógico, lo sensato, es invitar a las autoridades colombianas”, dijo este redomado contrarrevolucionario.

Igualmente el ultraderechista Leopoldo López escribió un artículo, publicado en varios medios digitales, titulado “El Nula: capital guerrillera”, donde soporta la nueva andanada colombiana. La actitud antipatriótica de estos canallas es solo parte de la gran jugada mediática. El gobierno de Colombia sabe que su pantomima no tendrá ninguna repercusión en la OEA, pero solo cumple las instrucciones de su amo para tratar de profundizar la matriz que pretende establecer que Venezuela es un país que apoya el terrorismo.

Es el mismo expediente utilizado con el caso del supuesto computador de Raúl Reyes. Los unicornios no existen en la realidad, pero todo el mundo habla de ellos y su imagen aparece por doquier.

En medio de todo esto, no deja de ser positiva la acción adelantada por nuestra cancillería con el gobierno de Holanda. Un comunicado conjunto firmado por las autoridades de ambos países, tras el encuentro sostenido la noche del viernes entre los cancilleres, reafirma el compromiso de avanzar en la consolidación de las relaciones bilaterales y la cooperación en áreas estratégicas. En el encuentro estuvieron presentes el primer ministro de Aruba, Mike Eman, y el representante de las Antillas Neerlandesas, Carel de Hasetn, el viceministro venezolano para Europa, Temir Porras, y miembros de la delegación de los dos países.

El canciller Maduro declaró que a partir de esta reunión, se comenzará “a trabajar un conjunto de normas que puedan culminar en un convenio de cooperación aérea con Aruba, Curazao y las Antillas aledañas a nuestro país”.

Pero quizá lo más interesante es que Holanda ha reconocido de hecho que ha habido problemas de sobrevuelos, pues en el documento quedó sellado el compromiso de instalar una comisión “para la revisión de los aspectos de las Operaciones Aéreas realizadas por ambas naciones, así como establecer un protocolo para el uso de la Región de Información de Vuelo (FIR) en las áreas de interés común, salvaguardando la responsabilidad y la plena soberanía de ambos países y garantizando el absoluto respeto del Derecho Internacional”.

En fin, en el complicado cuadro internacional, unas son de cal y otras de arena.

* Analista de asuntos políticos.

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