Guatemala entre la violencia y la nada …o empezar de nuevo

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Rivera Westerberg

Que es necesario, dijo Olivier de Schutter, alto funcionario de las NNUU en el área derechos a la alimentación, contribuir con Guatemala en favor de la seguridad alimentaria; pero los datos no son claros acerca de si el 50% de la población del país pasa hambre o si un grupo de familias –los dueños de Guatemala– no lo deja comer. Porque, según viajeros, no son alimentos los que faltan. Y, de todas maneras, las cosas se pondrán peor.

El relator especial de las NNUU sobre el derecho a la alimentación, exhortó el sábado cinco de setiembre a la comunidad internacional a apoyar los esfuerzos en Guatemala a favor de la seguridad alimentaria. De Schutter dijo que esa ayuda debe estar dirigida también a la labor por promover un desarrollo inclusivo y sostenible e instó al gobierno a trabajar por el desarrollo rural del país.

El funcionario coincidió con una reciente conclusión del presidente Alvaro Colom: es la inequidad la causa de los males de cientos de miles de familias sin recursos para acceder a los alimentos. Si la fotografía es penosa, el marco de la que pende para los análisis internos e internacionales no resulta menos trágico. Y su artesanía no es sólo guatemalteca.

Los caminos de la violencia marcan las calles y avenidas de la hermosa ciudad capital y muerden los tobillos –o el hígado– del país convertido en Paraíso para pocos, Infierno para la mayoría y una suerte de limbo sin solución para el resto de sus habitantes.
(Ver en este portal <a href ="https://www.surysur.net/?q=node/9269">Las siete plagas de Guatemala</a>).

Como El Salvador, un cáncer devora la convivencia social más allá de la falta de futuro de las mayorías. Una pesadilla del "sueño americano" descendió desde California estadounidense vía México: las maras. Estas maras no son la mítica y probablemente desaparecida liebre patagónica: son pandillas.  Millares de adolescentes y jóvenes –varones, las maras son –como toda secta de quienes se consideran guerreros– en algún sentido misógenas.

Se da un principio de cambio, empero: la mujer como premio, la hembra sometida, la paso a una compañera extraña que, una vez cumplidos los ritos iniciáticos –por ejemplo yacer con varios– adquiere ciertos derechos al botín y la violencia sobre otros. No obstante, la mujer es la víctima propiciatoria de una sociedad impedida de encontrar un rumbo ( ver <a href="https://www.surysur.net/?q=node/9391">aquí</a>).

Agravan los problemas societarios el hecho de que los programas gubernamentales, si bien –señala De Schutter– podrían ser un avance para mejorar la calidad de vida de los guatemaltecos no bastan para lograr soluciones. A lo que suma el hecho de que se implementan no siempre en forma adecuada. El mayor déficit es el abanono eal en que se tiene a los campesinos indígenas, especialmente mujeres y niños.

Dicho de otra manera: esos programas de asistencia no son eficaces para paliar la desnutrición. Señaló el relator de las NNUU: "Guatemala es un ejemplo extremo de una situación que se vive en muchos países" – países latinoamericanos que padecen hambre por un recurrente déficit en la producción de alimentos y el fracaso de las acciones oficiales, dijo. Y agregó:

"Siendo un país rico en recursos naturales y producción de bienes, Guatemala tiene desigualdades muy marcadas, que generan pobreza, y hay hambre, que afecta sobre todo a los campesinos y pequeños productores agrícolas". Lo que conforma la existencia de desigualdades "que no se pueden tolerar y la cantidad de pobres es inaceptable". Un 50.9 por ciento de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, y el 15.2 por ciento padece extrema pobreza.
(Ver aquí <a href="https://www.surysur.net/?q=node/11370">informe CERIGUA</a>).

Los indígenas, los más golpeados por la falta de alimentos, "representan el 61 por ciento de la población total de Guatemala", estimada en alrededor de 13.5 millones de habitantes. El funcionario internacional reiteró que Guatemala "un país rico, es un Estado pobre e incluso débil" por la falta de recursos derivada de un reducida recaudación fiscal. El índice de tributación es menor incluso al 12.5 por ciento estipulado en los acuerdos de paz que suscribieron el gobierno y la ex guerrilla de Guatemala el 29 de diciembre de 1996.

Otras fuentes de hambre son el latifundio en pocas manos, la extensión dedicada a la producción de biocombustibles, la explotación de los trabajadores del campo y los acuerdos de libre comercio.
 

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