Guerra de versiones: En el Cáucaso predomina la confusión

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IAR Noticias      

Georgia, Washington y la Unión Europea coinciden en poner un manto de escepticismo sobre el cumplimiento del alto del fuego por parte de Rusia puntualizando denuncias de que la maquinaria militar de Moscú sigue desplegada y en operaciones en territorio georgiano. 

Fuentes oficiales del Kremlim -según agencias rusas- señalan que sus fuerzas respetan la tregua conservando sus posiciones y que las distintas versiones son manipuladas para disfrazar la contundente derrota de las fuerzas georgianas y el fracaso de la invasión a Osetia del Sur. Por su parte, EEUU y la Unión Europea descreen de la voluntad de Moscú de respetar la tregua e impulsan una investigación en la ONU.

Concretamente, ninguna de las trincheras toma en serio el papel firmado por Georgia y Moscú, con intermediación de Sarkozy, y la situación se vuelve cada vez más confusa. No hay cifras creíbles de víctimas y heridos y de daños materiales dado que cada sector las maquilla según su conveniencia. Lo único real, aceptado por todas las partes es que las fuerzas rusas se mantienen en sus posiciones y ejercen un cerrado dispositivo de control por tierra, aire y mar sobre Georgia y toda la región. 

Como nunca en la región del Cáucaso predomina aquel axioma de que la información hay que tomarla según del lado que provenga: Imposible elaborar un cuadro de situación con información fragmentada y manipulada desde los sectores involucrados, coinciden observadores e integrantes de organizaciones internacionales como la ONU y la Cruz Roja que intentan sin suerte tener una estimación de los daños humanos y materiales causados por cinco días de guerra.
 
La misma suerte corre -señalan corresponsales en el terreno- quien quiera formular una apreciación sobre la situación militar y el grado de acatamiento del alto el fuego ya que lo único con que se cuenta son las "versiones" o los comunicados oficiales disparados como flashes por las usinas de Moscú, Georgia y los gobiernos "occidentales".
 
El secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Georgia, Alexandr Lomaya, denunció una incursión de blindados rusos en la ciudad de Gori, que se encuentra a apenas 70 kilómetros al noroeste de la capital georgiana, Tiflis.
 
Según el funcionario, los blindados estaban destruyendo este miércoles las instalaciones militares de la Brigada de Artillería del Ejército georgiano en la ciudad de Gori, cercana a la frontera con la región separatista de Osetia del Sur, informó el canal de televisión Rustavi-2.
 
Esas instalaciones habían sido abandonadas por las fuerzas georgianas tras la contraofensiva de las tropas rusas en Osetia del Sur, por lo que Georgia no está oponiendo resistencia.
 
Según el funcionario georgiano, habitantes de Gori cifraron en 50 los carros de combate rusos que entraron en la ciudad en torno a las 10.00 hora local (08.00 hora peninsular española). El alto funcionario georgiano dijo que las tropas rusas no han empleado la fuerza contra la población civil.
 
En tanto, el presidente de Georgia, Mijail Saakashvili, pidió una investigación internacional de las acciones militares rusas en territorio georgiano y acusó a Moscú de "limpieza étnica".
 
"El desfiladero de Kodori (Abjasia) fue bombardeado por aviones rusos. Pido una investigación internacional para establecer de quién son esas bombas. Para que no nos acusen a nosotros", afirmó Saakashvili en rueda de prensa retransmitida en directo por la televisión.
 
El Gobierno de Georgia calcula que la guerra con Rusia dejó en la república caucásica 165 muertos, sin contar a las víctimas en Osetia del Sur, según informó en Tiflis el ministro georgiano de Salud, Sandro Kvitashvil, citado por la agencia de noticias rusa Interfax.
 
El ministro no precisó si la cifra de165 muertos también incluye a soldados georgianos. "Aún no tenemos cifras de víctimas definitivas. Se nos impide el acceso a las poblaciones georgianas próximas a Tsjinvali que están bajo control de las tropas rusas", dijo el ministro. Tsjinvali es la capital de Osetia del Sur.
 
A principios de la semana, Rusia había hablado de 2.000 muertos, tan sólo en Osetia del Sur, cifra que fue calificada de exagerada por la parte georgiana. Según estimaciones del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), unas 100.000 personas están huyendo en el Cáucaso sur.
 
El mando de las fuerzas de paz rusas en la región separatista de Osetia del Sur, por su parte, desmintió pocos minutos después las afirmaciones de Lomaya. "En la ciudad de Gori no hay fuerzas de paz rusas ni otras unidades", aseguró un portavoz del mando militar a la agencia rusa Interfax.
 
Antes de que se presentase el plan de paz, Medvedev anunció que había dado órdenes de que se ponga fin a la operación militar en Georgia "para forzar a las autoridades georgianas a la paz". Pero durante todo el martes las agencias de noticias reportaron versiones de enfrentamientos y bombardeos de ciudades georgianas, como Gori, donde falleció un periodista holandés. También continuaron las acusaciones mutuas y los desmentidos desde las partes involucradas.
 
Este miércoles, el ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, advirtió que el acuerdo alcanzado por Rusia y Georgia para el cese temporal de las hostilidades es "muy volátil" y ahora lo que hace falta es que los dos países acuerden un "alto el fuego definitivo". 
 
Kouchner, a su llegada a la reunión de emergencia de los ministros de Exteriores de los Veintisiete para abordar el conflicto en Osetia del Sur, subrayó que el plan de paz al que ambos contendientes han dado su visto bueno "es un trozo de papel. Hay que superar los éxitos (ya logrados) porque son muy volátiles",señaló. "Teóricamente, según ese documento, el alto el fuego es efectivo", prosiguió.
 
Rusia y Georgia aceptaron ayer un "plan de paz" de seis puntos propuesto por la Unión Europea.
 
Ahora, según el jefe de la Diplomacia francesa, "hace falta que el alto el fuego sea definitivo". Para ello, opinó, "hay que trabajar durante varios días, quizá más, incluso mucho más, ya veremos".
 
La Casa Blanca, por su parte, el martes sembró dudas de que Rusia esté efectivamente cumpliendo con su promesa de cese del fuego en Georgia y urgió a los dirigentes de ese país a que detengan de inmediato toda actividad militar a fin de buscar soluciones diplomáticas a la crisis desatada la pasada semana sobre Osetia del Sur.
 
Después de varias horas de silencio oficial a la espera de una versión propia sobre el desarrollo de los acontecimientos en Georgia, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, admitió que "pueden haberse producido ciertos progresos", pero respaldó en cierto modo las denuncias de las autoridades georgianas de que los ataques rusos continuaban y llamó a su cese inmediato.
 
Agradeció las gestiones diplomáticas realizadas por el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en representación de la UE, pero rebajó notablemente el optimismo europeo sobre los resultados de esas gestiones.
 
"Rusia tiene que detener las acciones militares en Georgia, tal como aparentemente han dicho que harán. Las operaciones militares tienen realmente que ser detenidas", manifestó Rice.
 
La secretaria de Estado añadió que, posteriormente, los soldados rusos deben abandonar el territorio del país vecino. A cambio, la responsable de la diplomacia norteamericana ofreció la posibilidad de una negociación política sobre el conflicto de la región independentista de Osetia del Sur más favorable a los términos de Rusia.
 
"Una vez que se retiren las tropas rusas, podremos centrarnos en cómo resolver el conflicto a largo plazo", dijo Rice. Advirtió, no obstante, que una condición imprescindible de esa solución debe ser el reconocimiento a "la soberanía y la integridad territorial de Georgia".
 
Por otra parte, el ministro de Exteriores ruso Sergei Lavrov reiteró el miércoles que su país respeta la soberanía territorial de Georgia y defendió los bombardeos llevados a cabo por su Ejército desde el pasado viernes como una "respuesta proporcionada a un ataque no provocado" sobre la población de Osetia del Sur. Además, mostró el compromiso de Rusia con el "cese temporal de hostilidades" propuesto por la UE ayer y que fue aceptado por ambos países.
 
En un artículo publicado este miércoles por el diario británico Financial Times, Lavrov aseguró que las acusaciones de que su país tratase de hacerse con el poder en Georgia y derrocar al Gobierno del presidente Mijail Saakashvili, "carecían de sentido". Rusia, escribió Lavrov, "no tiene intención de anexionarse u ocupar ninguna región de Georgia y ha reiterado su respeto por su soberanía".
 
En el artículo, titulado "¿Por qué la respuesta de Rusia a Georgia fue correcta?", el ministro criticó que desde Georgia y desde algunos países occidentales se haya descrito el conflicto como una nueva versión de la pelea entre David y Goliat en la que "la valiente república de Georgia, con pocos millones de habitantes, fue atacada por su gigante vecino oriental". Además calificó la respuesta de las fuerzas armadas rusas a la incursión realizada por el Ejército de Georgia en Osetia del Sur como una "respuesta proporcionada y legítima".
 
El Alto Representante comunitario para la política Exterior y de Seguridad de la Unión Europea, Javier Solana, insistió en que lo fundamental en este momento dentro del conflicto de Osetia del Sur es que Georgia y Rusia respeten el alto el fuego "con todas las consecuencias".
 
Según Solana, que hoy participa en la reunión de ministros europeos de Exteriores que analiza el conflicto, el mensaje de la UE es "claro" y se centra en la necesidad de mantener el alto el fuego y en que este de aplique de forma "total" por las partes.
 
"Después habrá que ver cómo se puede llegar a un acuerdo político, pero lo primero es que el alto el fuego se mantenga", dijo. El jefe de la diplomacia europea felicitó a la presidencia francesa de la UE por su mediación en el conflicto
 
"Me gustaría pensar que las palabras significan algo", comentó el martes, en Tiflis, Metthew Bryza, un alto funcionario del Departamento de Estado desplazado a esa ciudad. "Es posible que un alto a los combates no sea precisamente un cese del fuego", añadió por su parte en Washington el portavoz de la Casa Blanca, Tony Fratto.
 
El mismo escepticismo se detectaba ayer entre los candidatos presidenciales.
 
El republicano, John McCain, aseguraba que "los ataque rusos continúan" y que "la situación sigue siendo fluida y peligrosa".
 
Por su parte, el aspirante demócrata, Barack Obama, insistió en la necesidad de que se designen lo antes posible observadores internacionales para certificar la situación sobre el terreno en Georgia.
 
En resumen, a la luz del escepticismo y las distintas versiones interesadas reinante, hay que llegar a la conclusión de que -tal como lo sostiene el canciller de Francia- el acuerdo suscripto por Georgia y Moscú es solo un insignificante "pedazo de papel".
 
Y sólo hay una realidad que nadie discute: Las tropas rusas controlan a Georgia y el Cáucaso.
 
Mientras tanto, y según la prensa norteamericana, la Administración de EEUU "mide cuidadosamente" qué pasos dar a partir de ahora evaluando el traspiés con Georgia y analizando el futuro de sus relaciones con Rusia en los puntos calientes
 
Según The New York Times, Washington deberá registrar de ahora en más la "advertencia militar" que lanzó Rusia en la región

 

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