Jenaro Mejía, la dócil agua
M.S.
El agua permite y alimenta a la vida; también hace posible la acuarela, o quizá porque el agua es vida la acuarela es arte. Jenaro Mejía Kintana es un artista que usa la delicadeza de la acuarela para librar sus batallas. Los artistas a su modo y con sus armas son guerreros. La guerra de Mejía es por la naturaleza. La guerra de Mejía son las batallas por defender su aldea, su aldea es lo que existe en su país, su país es Colombia.
La acuarela hecha forma y color, esto es: luz, refleja con tanta delizadeza comompasión lo que brota en su tierra; su tierra es Colombia y de él se ha dicho que es "el pintor más destacado de la Región de Urabá". Pero es mucho más.
En 1990 el periodista Fausto Panesso escribía "Mejía ha pintado la naturaleza, siempre, obsesiva y recursivamente, ha introducido en su tratamiento una novedosísima variación, 
que tiene mucho más que ver con su modo de hacer pintura que con el tema mismo que lo apasiona.
"Es un acuarelista nato, innovador y formidable, interesado mucho más en saber hasta dónde puede dominar y llevar el virtuosismo expresivo de esta técnica, que en el simple regodeo por plasmar un atardecer arrebolado. Es más: esto jamás lo ha pintado".
Jenaro Mejía, la dócil agua se presentó en el XXIII Festival de cine latino de Triste, Italia (www.cinelatinotrieste.org). Que lo tengan algunos como el estereotipo del paisajista no parece incomodarlo. Panesso avanza un paso más para intentar describir su trabajo: le concede la audacia del artista pintor, pero —advierte— "Su rigor es el de un botánico: ni un pliegue, ni un diente, ni una estría es alterada en la reproducción de su estructura".
Y suma: "Es por esto grato hacer justicia a su trabajo liberándolo del pesado fardo de esta historiografía fácil".
Entrar —o mirar por la ventana que proporciona cada encuadre de este medio metraje— y compartir 
el trabajo de Mejía y hacerlo de la mano de Triana Arenas es, bien dicho, un privilegio,
Ficha
Dirección: Roberto Triana Arenas
Guión: Roberto Triana Arenas
Fotografía (color): Iván Ponce y Manuel Álvarez
Montaje: Hernán Acosta
Sonido: Héctor Tocarema
Producción: Colcultura
Año de Producción: 1995
Duración: 28.50 minutos.