La OEA no vale una misa     

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Las previstas elecciones para designar a un Secretario General en la Organización de  Estados Americanos (OEA) han provocado singulares episodios en Chile como el de trasladar a un plano regional y al trato con gobiernos, los tradicionales mecanismos sufragistas locales al extremo de que el presidente Lagos se ha convertido en generalísimo de José Miguel Insulza y ha dicho que en el exterior practicó personalmente el «puerta a puerta»…

Nunca quizás conoceremos las reacciones de primeros ministros y presidentes ante tan singular sistema de ganar votos para unos comicios aún sin fecha, pero que  se realizaran al parecer entre la segunda quincena de marzo y junio próximos.

En la OEA asuntos como éste se manejaban con una cierta discreción que ahora se ha perdido luego de la renuncia forzada a la secretaría general de Miguel Angel Rodríguez. Ex presidente de la República en Costa Rica. Rodríguez asumió el cargo en septiembre de 2004 y debió irse en octubre protagonizando así el mandato más breve en la historia de la entidad. En su país fue apresado y enjuiciado por soborno en el ejercicio de la presidencia.

La OEA que se ha especializado en vigilar elecciones, no tendrá inspectores para las propias en las que lidian tres aspirantes . Ellos son, a reserva de sorpresas:

José Miguel Insulza, chileno, abogado y economista, militante del Partido Socialista al cual ingresó durante su exilio en México. Fue canciller del presidente Frei Ruiz-Tagle y en tal calidad le correspondió, solicitar a regañadientes que Londres liberara al ex dictador Augusto Pinochet Ugarte, apresado allí en 1998.

Hoy, y desde que asumió Lagos, es ministro del Interior y como tal, jefe del gabinete de manera que en varias ocasiones ha sido vicepresidente de la República. Caracterizado como un hombre muy inteligente, hábil en las lides políticas y eventual candidato presidencial, ha llamado la atención que, con esos dotes, aspire a un cargo menor como es el de la OEA.

Tiene al apoyo formal de Argentina, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezuela, aunque él mismo y su generalísimo sugieren que además ha obtenido respaldos de naciones caribeñas en tal grado que reuniría los 18 votos que conforman la mitad más uno de los 34 miembros de OEA.

 Luis Ernesto Derbez, actual canciller de México bajo la presidencia de Vicente Fox, ambos miembros del derechista Partido Nacional (PAN). Desafiador, mediante declaraciones a periódicos, le dijo a Insulza que no haga alardes, que en la cancha se ven los gallos y que si está tan seguro por qué no adelantan los comicios…

Cuenta con los votos seguros de Honduras, Belice y Bolivia, aunque, como otros, desliza que también lo apoyan naciones caribeñas.

Francisco Flores, ex presidente de El Salvador que posee el respaldo declarado de Estados Unidos. A su lado están Colombia, varios países centroamericanos que guardan silencio y se mueve asimismo en la incógnita respecto del Caribe.

Bajo el mandato de Flores, El Salvador fue el único país centroamericano que envió soldados a Iraq a pedido de Washington.

¿Quien decide?

A despecho de que Flores es aparentemente el postulante más débil, la prensa latinoamericana se ha encargado de remarcar, hasta el cansancio, de que el verdadero timón de la OEA es Estados Unidos y que nunca en su historia ha triunfado un candidato sin el respaldo esa nación.

Los órganos informativos chilenos que habían guardado cauto silencio al respecto, sí hablaron con fuerza del asunto el 27 de febrero al anunciar que el canciller Ignacio Walker se entrevistara el ocho de marzo próximo, en Washington, con su homologo Condoleezza Rice.

El diario conservador La Tercera, en despacho desde la capital federal estadounidense, revela en los hechos que el gobierno de Chile decidió recurrir a EEUU -padrino gangsteril de la OEA- como última posibilidad para un triunfo de Insulza. (Con el mismo objetivo, Walker hablará el siete de marzo en Canadá con el canciller Pierre Pettigren).

La información del caso confirma asimismo que EEUU está utilizando presión económica sobre los países latinoamericanos y caribeños para imponer el voto favorable a Flores, tarea esa a cargo del conocido Roger Noriega, subsecretario de Estado estadounidense.

El periódico empresarial El Mercurio, de igual fecha, al referirse al tema sostiene que la reunión Walker-Rice «es para recordarle que Chile, pese a los desencuentros sobre Iraq, sigue siendo un gran amigos de EEUU». Reconoce, además, que «La historia y casi todos los analistas afirman que Estados Unidos maneja la OEA y que ningún candidato que no cuente con su apoyo podrá ser el Secretario General del organismo» (sic).

Made in USA

La OEA fue creada en abril de 1948 cuando 21 países se reunieron con ese fin en Bogotá, Colombia. Con 57 años se acerca a la senectud, aunque en realidad es más anciana ya que en la práctica fue un cambio del nombre de la Unión Panamericana y ésta a su vez fue la heredera de la Asociación Internacional de las Repúblicas Americanas que funcionó desde 1890 y tenía mas bien propósitos comerciales.

Desde el origen, todas esas entidades emergieron por iniciativa estadounidense y han tenido -y tiene la OEA- sede en Wáshington. Leo S, Rowe, norteamericano fue el Director General de la Unión Panamericana durante 26 años (l920-1946).

¿Qué hizo y qué hace la OEA? En fecha que en cronología histórica es muy cercana, en el 2000, el escritor Mario Vargas Llosa, nacido en Perú, y conocido por su ideario extremo derechista, escribía en un diario chileno (La Tercera) con el titulo de La inutilidad de la OEA:

 «La OEA ha sido una organización  perfectamente inútil, incapaz de contribuir en lo más mínimo a preservar y promover la democracia y derechos humanos en el Continente». Acotaba luego que las acciones importantes como las negociaciones de paz en las guerras civiles de Centroamérica fueron iniciativas de Naciones Unidas (ONU) o de grandes potencias occidentales «sin que la OEA desempeñara en esas operaciones otro papel que el de una comparsa decorativa».

La OEA es protagonista de sucesos históricos que la retratan: uno es su vergonzante actitud en 1962  cuando por iniciativa de EE.UU, acordó la expulsión de Cuba de la entidad y la ruptura de relaciones diplomáticas con la isla. En Chile, el presidente conservador Jorge Alessandri rechazó la «orden» de ruptura, pero sometido a numerosas presiones lo hizo en 1964. Los lazos diplomáticos se reanudarían sólo en 1970 por decisión de Salvador Allende.

Otro episodio se relaciona con Chile y ocurrió en junio de 1976 cuando la OEA realizó su Asamblea General en Santiago en momentos en que la tiranía de Pinochet continuaba con las matanzas, las torturas y la violación sin precedentes de todos los derechos humanos. (El único gobierno digno y ausente fue el de México).

Es verdad que era la época de las dictaduras castrenses en Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay , Paraguay y otros países, pero ese rasgo no hace sino agravar la falsedad de una organización cuyo estatuto señala que nació para defender la democracia.

Chile y la OEA

 Un chileno, Carlos Dávila, fue Secretario General (1954-1955) pero el país nunca tuvo un papel relevante en la OEA, hasta en estos tiempos en que parecería tener un interés particular y que corresponden al período en que Chile mantiene continuos roces con sus vecinos y se caracterizan también por una obsecuencia hacia Estados Unidos que irrita en otras naciones que, por ejemplo, rechazan el ALCA.

En ese terreno, Chile fue el primer país en aceptar el llamado de Estados Unidos para enviar tropas a Haití , que sólo después del hecho consumado, y como es usual, refrendaría la ONU. Todo esto ocurriría  luego que soldados yanquis depusieran al presidente Aristide conminado a abandonar su país con la pistola al pecho.

Chile ha entrado al terreno peligroso de justificar el uso de la fuerza armada para imponer en Haití una «democracia», crear instituciones y fabricar gobernantes, todo lo cual se parece en demasía a lo que ha ocurrido en Afganistán e Iraq. Lo de Haití tiene el agravante de que, como lo dice sin eufemismos el funcionario chileno Gabriel Gaspar (subsecretario de Guerra), la injerencia militar se explica para impedir que el desgobierno produzca problemas a Estados Unidos como sería, expone el funcionario, una migración masiva hacia las costas norteamericanas.

Esta y no otra parece ser la moneda de cambio entre Walker y Rice.

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(*) Periodista y escritor chileno.
Publicada como Especial en Paralelo 21(www.radio.udg.mx).

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