La Unión Europea perfila la economía post-crisis

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Pablo Ramos*

El bloque europeo apunta a un Nuevo Orden Económico Mundial para superar la crisis financiera. Aún faltan definiciones esenciales a la iniciativa.
 
El miércoles de la semana pasada, los líderes de la Unión Europea (UE) se reunieron en Bruselas con la crisis financiera originada al otro lado del Atlántico como telón de fondo para evaluar cómo evitar sus peores consecuencias en el Viejo Continente. Pero lo más importante se conoció tras el encuentro en esa ciudad Belga: Los 27 países de la UE coincidieron en que es urgente y necesario refundar el sistema financiero global.
 
Londres y París fueron los principales impulsores de esta iniciativa, con una Alemania que no mostró demasiado entusiasmo pero, ante el acompañamiento de los otros 24 países, Berlín debió encolumnarse tras la decisión. El primer ministro británico, Gordon Brown, explicó que el plan acordado por el Eurogrupo el domingo es la “primera etapa, la estabilización del sistema financiero”.
 
Más adelante, el premiere británico aseguró que el nuevo orden financiero propuesto debiera basarse en tres pilares: un sistema de alerta rápida de crisis; la supervisión de las 30 entidades financieras más grandes el mundo y las calificadoras de riesgo; y una mayor transparencia de los mercados.
 
Al respecto, y tras reunirse en la sede de la UE, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, en concordancia el británico, dijo que "… pasamos a una segunda fase, Europa no dejará pasar esta crisis sin sacar consecuencias, se refundará el capitalismo y la refundación será global". La primera etapa fue el rescate de más de 1,4 billones de dólares que los 27 prometieron inyectar en el sistema financiero.
 
Este sábado el paquete es presentado a la Casa Blanca por el propio Sarkozy para convencer a la administración del saliente presidente George W. Bush de la urgencia y necesidad de cambiar este sistema en colapso.
 
Bruselas quiere poner el énfasis en lo que ellos definen como los puntos más oscuros del sistema financiero dominante: los paraísos fiscales y los fondos especulativos. "Los agujeros negros de los paraísos fiscales no deberían existir más.", dijo al respecto el premier francés, François Fillon. Según información del Parlamento Europeo, por los paraísos fiscales se fugan entre 6.000 y 8.000 millones de euros al año.
 
Este cambio global incluye a los organismos multilaterales: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Paradójicamente, ambas instituciones surgieron tras los acuerdos de Bretton Woods en 1944 con una ideología keynesiana, es decir, intervencionista, pero con el tiempo viró hacia la actual postura neoclásica o neoliberal.
 
Este sistema por ahora europeo de prevención de crisis debe reportar “información inmediata y confidencial” a las cuatro autoridades principales de Bruselas: el presidente de turno de la UE (actualmente, el francés Sarkozy), y los titulares de la Comisión Europea, del Eurogrupo y del Banco Central Europeo (BCE).
 
El Grupo de los 8 (G8) integrado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Canadá y la Federación Rusa, aceptó el llamado de la UE y se anuncio la concreción de una reunión para aprobar "una agenda de reformas para hacer frente a los desafíos del siglo XXI".
 
"Europa presentará una ambiciosa visión común. No queremos (que la crisis) comience de nuevo. Realmente estamos determinados a ir hasta el final en esta reforma", sentenció Sarkozy.
 
Más allá de que lo que buscan los europeos es reciclar el capitalismo, surgen algunas dudas con respecto a las propuestas presentadas. En primer lugar, la supervisión de los mayores bancos y las calificadoras de riesgos promete traer cola sobre la intromisión estatal en el trabajo de estas instituciones. Pero, además, se trataría de una especie de contralor de las calificadoras, es decir, un organismo que también controle a las naciones y empresas que las calificadoras observan.
 
La mayor transparencia de los mercados puede traer mayores rechazos, sobre todo en lo referente a los paraísos fiscales. ¿Acaso no es en estos paraísos donde los estados reciclan sus operaciones encubiertas? Ese dinero sucio es el que paga campañas políticas, acciones militares clandestinas, intervenciones en los asuntos internos de otras naciones, apoyos a gobiernos o grupos internos afines…
 
Cualquier intento de reforma global debe contar con la aprobación de Washington. Al respecto, la Casa Blanca sólo manifestó su acuerdo con que algo debe revisarse, pero la posición que adopte Estados Unidos no va a recaer sobre George Bush, sino sobre quién resulte vencedor el 4 de noviembre próximo.
 
* Publicado en APM

 

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