Néstor Francia / El triunfo de Cristina Fernández, la muerte de Kadafi y los errores de un entrevistado

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La victoria de Cristina Fernández se sintió en Venezuela como una victoria de las fuerzas alternativas e independentistas de América Latina. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos pidió el viernes que se realice una investigación sobre las circunstancias de la muerte del dirigente libio. Las fantasías de Ronald Denis.

Tal como dice el comunicado del Gobierno venezolano “Se trata además de una nueva victoria del proyecto de Unión Suramericana, que encuentra en la compañera Cristina a una de sus principales abanderadas, como en su momento lo fue el recordado compañero Néstor Kirchner, digno Presidente de esa gran nación y primer Secretario General de la UNASUR…

"Para los pueblos y gobiernos de América Latina, la continuidad de esta dirección política es de fundamental importancia, pues es justo afirmar que su permanencia al frente de los destinos del país, fortalece la esperanza en un futuro de dignidad y soberanía para toda la región”.

Al igual que en el caso de Néstor Kirchner, Fernández ha adelantado un gobierno nacionalista de aliento popular con una activa política social que ha concitado el apoyo de millones de trabajadores y pobres, que forman su principal caudal electoral. El núcleo del respaldo radica en trabajadores y sindicatos, amas de casa con jubilaciones especiales y masas empobrecidas que cobran subsidios alimentarios. En ese sentido, la situación de Argentina tiene algunas similitudes con la de Venezuela, aunque el de Fernández no es un gobierno tan definido en lo político y lo ideológico como el nuestro.

Por ejemplo, la socióloga argentina Analía Del Franco declaró: “La explicación del apoyo es que el alza de la economía entró a las casas, lo siente la gente”. Y el profesor universitario Julio Aurelio: “La gente responde en las encuestas que le va bien y que le va a ir mejor”. También hay semejanza en la ineptitud de la oposición de los dos países: el sociólogo Jorge Giacobbe afirma: “‘Y si no votamos a Cristina, a quién’ dice la gente. No hay nada en Argentina que te haga girar la cabeza para mirar otra vidriera”.

Como se puede ver, el caso de Argentina es diferente al de Chile o al de Perú, donde el “crecimiento” económico ha significado realmente el crecimiento de las fortunas de los ricos y más pobreza para los pobres. En ese sentido, es comparable el crecimiento de Argentina con el de Venezuela, y por eso los de estos dos países son presidentes con gran popularidad, al contrario de Bachelet o Piñera en Chile, y de Alan García en Perú.

La muerte de Kadafi

Se está hablando de una investigación internacional en torno al asesinato de Muamar Gadafi. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos pidió el viernes que se realice una investigación sobre las circunstancias de la muerte del dirigente libio. También el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville, afirmó que son necesarios “más detalles para poder asegurar con certeza si murió en algún tipo de enfrentamiento o si fue ejecutado tras su captura”.

También se han pronunciado oficialmente en ese sentido Rusia y Amnistía Internacional. Pero vemos como se suma a esa solicitud, en voz de Hilary Clinton, el propio Estados Unidos: “Respaldamos enérgicamente una investigación independiente, ya que creemos en el estado de derecho”. Esto no pasará de ser un saludo a la bandera. No se llegará a nada o se buscará algún chivo expiatorio. El magnicidio está consumado y el Imperio saldrá indemne de cualquier investigación.

Entretanto, el método criminal aplicado en Libia contra Gadafi comienza a ser propuesto descaradamente por la derecha nacional y mundial contra Venezuela y Chávez. El periódico Tal Cual, en su edición de fin de semana, publica en primera plana un gran montaje fotográfico de Chávez vestido como un oficial fascista italiano, acompañado de un gran titular que dice “Chávez es una suerte de Mussolini tropical”, citando al tránsfuga chileno Fernando Mires. La analogía es clara, tomando en cuenta la reciente ejecución de Gadafi sin fórmula de juicio. Con Mussolini pasó algo parecido, cuando fue colgado en las calles por una multitud.

En una caricatura del fin de semana firmada por el dibujante escuálido Pam-chito, aparece un espejo donde se refleja el rostro de Gadafi, quien pronuncia la siguiente frase: “¿Te acuerdas hermano, qué tiempos aquellos?”. Lo que se quiere expresar allí es que Chávez debe verse en el espejo de Gadafi porque le esperaría el mismo destino. En otra caricatura de un diario de la derecha, esta vez con la firma de Weil, aparece Gadafi diciendo: “A los que siguen mis pasos les recomiendo que no sigan mis pasos”.

En ese mismo sentido, el fin de semana escribió dos artículos el vocero y empleado de la SIP Ricardo Trotti. Uno se titula “Kadafi y las similitudes” y allí se dice, en referencia a Gadafi, entre otras cosas de parecido tenor: “Como Chávez, es producto de las regalías del subsuelo. Cambió favores y beneficios por barriles de petróleo. Antes era militar y como líder de oficiales derrocó a un gobierno. Echó a los americanos y europeos y nacionalizó empresas y negocios. Cambió leyes y reglas y dijo que la democracia representativa era una farsa; prefería el gobierno de las masas, creó comités populares, lo que no fue más que la excusa para tener todo el poder en sus propias manos…

"En Latinoamérica otros le siguieron, como si se tratara de un manual del perfecto excéntrico. Chávez, que le cambió el sable de Simón Bolívar por un honoris causa, y mimetizado por sus extravagancias, también se abocó a atrasar el horario en media hora, virar hacia la izquierda el caballo en el escudo nacional y alargar el nombre de la república…

"En fin, Kadafi se creía iluminado, mejor, superior. Y de esas ‘cualidades’ emanaban sus abusos de poder. Chávez no es muy distinto y mucho menos sanguinario; pero sí déspota y despiadado”.

El otro artículo se titula “Kadafi y el escarmiento de las ratas”, y allí escribe Trotti: “Kadafi, el exótico personaje que acumulaba riquezas para sí mismo y administraba la pobreza para un pueblo inundado por el petróleo, murió como rata en una alcantarilla. Una historia que muchos quisieran que se repita en otras partes del mundo por donde deambulan autoritarios, ratas y dictadores…

"Más allá de los hechos de ayer, sin dudas que las ratas, los enemigos de la libertad, esos oscuros personajes que se creen ungidos por la providencia divina – estén donde estén, en sillas presidenciales o guaridas – deben estar bien escarmentados.”

Con razón Obama ha descrito lo de Libia como un nuevo método imperial.

En su intención de banalizar el asesinato de líderes “incómodos” y legitimar su ejecución, el imperio acude a todos sus artilugios. La compañía Kuma Games lanzará mañana martes un videojuego sobre la captura en Sirte de Muammar Gadafi. Al igual que ocurrió con la captura y muerte de Osama Bin Laden, la compañía ofrece a los usuarios participar en la captura y muerte del líder libio.

“Kuma War” es un videojuego basado en una serie de recreaciones de juegos de la denominada “Guerra contra el Terror” iniciada por Estados Unidos. El pasado mes de mayo se incorporó a este juego el episodio 107, que permitía a los jugadores adentrarse en una misión cuyo objetivo era acabar con Osama Bin Laden, tal como lo hizo el grupo de seis miembros del cuerpo especial de la marina estadounidense que lo asesinó. Es el mismo juego de la muerte que practica el imperio en la vida real.

Parece que se va a cumplir al pie de la letra lo que dijo Chávez de que la cosa en Libia apenas comienza. Las fuerzas de la resistencia han dicho que esta continuará, pero además los agentes imperiales están profundamente divididos. Las tensiones son notables entre islamistas y liberales, y entre las distintas tribus, reveladas por la incapacidad de los “rebeldes”  para ponerse de acuerdo en septiembre sobre la formación de un nuevo Gobierno.

Mahmud Jibril, número dos del CNT, se preocupaba la pasada semana en torno al “caos” que pueda generar una “batalla política precoz”: “Naturalmente, transitamos del periodo de la revolución a la del Estado y nos ponemos de acuerdo sobre un sistema político basado en una Constitución clara. Lo que pasa es que nos encaminamos hacia una batalla política con unas reglas del juego que no están definidas”.

Mientras, la prepotencia del imperio hace que pierda todo atisbo de vergüenza y revele de manera descarada su talante agresivo. La secretaria de Estado Hilary Clinton afirmó que Irán “no debe equivocarse” a la hora de interpretar la retirada de las tropas estadounidenses de Irak a finales de año: “Irán estaría haciendo un mal cálculo si piensa que vamos a abandonar la región. Tenemos una fuerte presencia en la zona, con nuestro aliado la OTAN, Turquía, y varias bases en la región”.  Es la desvergonzada legitimación de la ocupación imperial del Medio Oriente, bajo la mirada alcahueta de la ONU y otros organismos de la “comunidad internacional” ¡Y aquí los escuálidos viven diciendo que el imperialismo es un invento de Chávez!

Ronald Denis

Hemos querido cerrar este análisis con una necesaria referencia a una entrevista aparecida en Aporrea.org, en la cual Roland Denis muestra los graves errores de interpretación que afecta a cierta izquierda “radical” que, como suele suceder con el ultra-izquierdismo, de situaciones reales extrae conclusiones equivocadas. Son muchas las barbaridades que se señalan en esa entrevista, pero nos concentraremos en las que nos parecieron las más descabelladas.

Denis afirma que es necesario que el respaldo popular a Chávez “no esté dado por el gran líder que es, por la figura que es, por el gran cariño que se le pueda tener, por el rechazo a la derecha o por razones muy primitivas; sino por razones de fondo, programáticas, que deben ser debatidas ampliamente desde la base en grandes asambleas”.

El apoyo a Chávez no es por “razones primitivas”. Esto es un gran irrespeto al pueblo de quien se asume, sin que nadie lo haya elegido ni corroborado, como una especie de representante esclarecido de él. Es verdad que buena parte de nuestro pueblo, inclusive entre quienes votan por Chávez, no tiene el nivel de conciencia que deseamos. Pero hay un muy amplio sector del pueblo con una sólida conciencia política e ideológica. Es un pueblo que ha venido creciendo en esa educación, bajo el liderazgo de Chávez, lo que se refleja en la gran afluencia de organizaciones sociales, miles de ellas, que se han registrado ya en el Gran Polo Patriótico.

Existe una masiva vanguardia política y social innegable, que no tiene “razones primitivas”, sino racionales y muy claras para apoyar esta Revolución. Basta oír esas voces para darse cuenta de esto.
 
Denis se refiere a una propuesta suya que es realmente insólita. Propone que se hagan “10 asambleas” para debatir temas como el de la tierra, los servicios, el poder popular, la política internacional, la política petrolera, la política indígena, las comunidades, el control obrero, el socialismo en sí mismo, la moral dentro del Estado y su “problema estructural”. Según Denis “… esas 10 asambleas deberían generar un consenso programático y una carta de lucha común y esa carta sería debatida y negociada directamente con Hugo Chávez y puesta su firma personal como compromiso programático con aquellos puntos, si es que está de acuerdo, por supuesto”.

¿Y quiénes serían parte de tales asambleas? El mismo Denis, suponemos, y otros que piensan como él. La sola idea de que temas como la política internacional y la petrolera se definan en unas difusas asambleas ya hablan de la gran irresponsabilidad de esa propuesta. En primer lugar, son temas de gran sensibilidad en un mundo tan complejo como este. Lo que pasa es que este “radical” no entiende que el tema del poder es algo muy serio, que no tiene nada que ver con sus devaneos intelectuales. ¡Cuán difícil es interactuar en el terreno internacional en un mundo como el actual! ¡Qué arduo y especializado es el tema petrolero, uno de los más decisivos del planeta, en la base misma de todas las guerras, invasiones y genocidios imperiales! ¡Qué infantil e irresponsable es plantear que estos temas tengan un definición asamblearia!

Pero además, Denis pretende convertir a Chávez en un rehén de sus fantasías: “Ante esa coyuntura, nosotros tendríamos algo más interesante: una carta compromiso firmada por el nuevo presidente que es el mismo presidente. Tendríamos una carta compromiso (firmada por él) en la que refundaríamos, reestructuraríamos el acuerdo programático, por el cual hay un movimiento social que apoya directamente la candidatura de Hugo Chávez… Con este acuerdo, todos los movimientos sociales en Venezuela podrán exigir a Chávez, de acuerdo a su compromiso, el cumplimiento de algunas pautas. Podrán conminarlo. “Bueno mi hermano, usted se comprometió con esto ¿Por qué no ha cumplido?”

¿Ignora Denis que se ese compromiso ya existe, y que reside en la Constitución Bolivariana, en las nuevas leyes revolucionarias, en el Plan Nacional Simón Bolívar, en el Plan Siembra Petrolera, en el ideario socialista revolucionario expresado de mil maneras por Chávez? Es un compromiso con todo el pueblo venezolano, no con Roland Denis y los grupos que lo acompañan.

Según Denis “Hugo Chávez es una figura mediática, simbólica, constituye una dirección “metafísica” en el proceso. Los autogobernados están llevando adelante el ideario original del proceso popular constituyente bolivariano”. Esto es lo mismo que dicen los reaccionarios sobre la relación entre Chávez y el pueblo, que se trata simplemente de una relación “metafísica”, “religiosa”. La obra revolucionaria es negada, así como el camino estratégico propuesto. Chávez es un líder revolucionario, honesto, comprometido, que ha favorecido con su Gobierno a muchos venezolanos que estaban excluidos, y que ahora comen, estudian, han visto mejorar notablemente los servicios de salud, con un aumento innegable de su calidad de vida, a pesar de que hay errores  y dificultades.

El pueblo mayoritario sabe muy bien que Chávez no es un dios, lo quiere porque es el líder de una propuesta que lo incluye, lo beneficia, le alimenta la esperanza y la expectativa de futuro.

El tema del Poder Popular no está resuelto. Esa resolución solo será posible después de un largo proceso que apenas despunta. Hay burocratismo, hay ineficiencia, eso lo reconoce Chávez y lo dice a cada rato. Pero la solución no es “halar el camino hacia nosotros”, sino recorrerlo, sin fantasías, con realismo, conscientes de lo largo y sinuoso que es ese camino. No es cosa de improvisaciones ni arrebatos. Ya lo hemos dicho: el reformismo y el ultra-izquierdismo son ambos desviaciones burocráticas. Ambos intentan impedir que el camino se recorra, conscientemente o no.

El primero pone piedras en ese camino para que el pueblo no avance, el segundo trata de tomar atajos que no llevan a ninguna parte que no sea el abismo.

Aquí hay un líder máximo, se llama Hugo Chávez Frías, y nuestra gran tarea del momento es luchar para que arrase en las elecciones presidenciales de 2012. La lucha contra las taras, las inconsecuencias y las dificultades continuará. Pero continuará por el camino del pueblo, no por el de los reformistas ni el de los ultra-izquierdistas.

Periodista.

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