Reapareció en EEUU la secta terrorista La Rosa Blanca

1.357

Ernesto Carmona.*

Al cumplirse 34 años de la voladura del avión cubano en Barbados, la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) de Miami y el terrorista Luis Posada Carriles encubren sus actividades y consiguen financiamiento público y privado mediante el "lobby" y la influencia de su propia fracción parlamentaria en el Congreso de EEUU. El activo grupo de representantes FNCA-Posada ante la legislatura federal está integrado por los congresista republicanos —y por definición, de extrema derecha— Ileana Ros Lehtinen, Lincoln Díaz Balart y su hermano Mario Díaz Balart, junto al representante demócrata —de derecha— Albio Sires y el senador, también demócrata y derechista, Robert (Bob) Menéndez.

Este “grupo de los cuatro” promueve en la Cámara de Representantes y en el Senado la agresión militar y económica contra Cuba, apoya las actividades terroristas de Posada y sus boys —incluidos centenares de intentos de asesinar a Fidel Castro y últimamente, a Hugo Chávez, el presidente de Venezuela— y acciones pretendidamente “humanitarias” como el secuestro del niño Elián González.

Los legisladores estimulan las huelgas de hambre como método de lucha de mercenarios-delincuentes presos en Cuba —tras haber sido corrompidos por el dinero y el título de “periodista” que otorga la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana— y abastecen logística y financieramente a las llamadas Damas de Blanco y a cuanto “disidente” aparezca en las calles de La Habana y ahora también de Caracas.

Internacionalismo de derecha

Las inquietudes internacionalistas de los cuatro congresistas no sólo encajan con actividades desestabilizadoras y abiertamente terroristas, sino además promueven activamente una internacional de extrema derecha. La republicana Ileana Ros Lehtinen y otros tres legisladores conservadores —Connie Mack (Florida), Brian P. Bilbray (California) y Dana Rohrabacher (California)— se gastaron casi 25 mil dólares de los contribuyentes estadounidenses en viajes separados a Honduras para apoyar al régimen golpista de Roberto Micheletti.

El 5 de octubre de 2009, después que la dictadura “cívico-militar” clausurara o pusiera bajo censura a los medios opositores, la congresista partió a Honduras a darle su espaldarazo al régimen de facto usando su alto rango en el Comité de Asuntos Exteriores del Congreso para financiar un viaje que costó 9.562,68 dólares de los fondos públicos.

La visita se produjo en los días en que Micheletti sufrió el significativo golpe del regreso del presidente Manuel Zelaya, a fines de septiembre, quien consiguió retornar al país para quedar atrapado varios meses en la Embajada de Brasil en Tegucigalpa. Durante su visita, Ros Lehtinen “denunció” la decisión del gobierno de EEUU de retirar la ayuda financiera y las visas estadounidenses al gobierno golpista. Y tras permanecer todo el tiempo de su visita sumergida en la burbuja oligárquico-militar-golpista twitteó desde Tegucigalpa que el pueblo hondureño “¡no lo quiere de vuelta [a Zelaya]!”

Como estos viajes de los legisladores a Honduras costaron al erario un total de 24.720,88 dólares, el "twitteo" de Ros Lehtinen salió bastante caro: consumió el 39% de ese gasto del Congreso cargado a los contribuyentes de EEUU. La cantidad puede parecer una gota en el multimillonario presupuesto del gobierno federal, pero en la crisis actual equivale al salario anual de un trabajador estadounidense.

En otras palabras, Ros Lehtinen y sus compinches de extrema derecha dilapidaron fondos públicos para apoyar a un régimen que continúa censurando a los medios opositores, criminaliza a los disidentes y comete toda clase de violaciones a los derechos humanos.[1]

Prontuario de una congresista

Ileana Ros se ganó el calificativo de "loba feroz" por su oposición a que el gobierno de Clinton devolviera a Cuba en 2000 al secuestrado niño Elián González y en su campaña política de 1988 hizo más que nadie por la liberación del pedíatra-terrorista Orlando Bosch, íntimo amigo de su padre Enrique Ros y coautor intelectual —con Posada— del atentado contra la aeronave cubana que explotó el 6 de octubre de 1976 con 73 personas que murieron a bordo, incluido un equipo de esgrima juvenil-infantil.

En otro empeño de la congresista Ros en favor de la mafia, en 2008 abogó por el indulto de Bush hijo al terrorista Eduardo Arocena, autor intelectual del asesinato del diplomático cubano en la ONU Félix García Rodríguez, muerto a balazos en un semáforo de Queens, Nueva York, el 11 de septiembre de 1980, por Pedro Crispín Remón, de origen cubano, sicario profesional de la banda Omega 7 y autor de otros asesinatos.

Arocena, a quien el FBI calificó como al “[cubano-americano] más peligroso en Estados Unidos”, también ordenó la colocación de bombas en servicios públicos estadounidenses. Recientemente, Ros lideró la recaudación de fondos para pagar abogados de Posada.

"Las metas de la FNCA son las mías", dijo la congresista en 1989, después que el poder económico y político de esa organización la postulara y le consiguiera el escaño del Congreso. "Apruebo la posibilidad de ver a alguien asesinar a Fidel Castro", le dijo “claro y raspao” la Ros a un documentalista británico de la BBC en marzo 2006, sentada tranquilamente en su oficina de Wáshington.

Durante la administración Bush padre, en 1991, la congresista Ros obtuvo de la Fuerza Aérea de EEUU tres aviones 0-2, versión militar del Cessna para labores de exploración, entregados al grupo Hermanos al Rescate, que dirige José Basulto, ex mercenario de Playa Girón, conocido terrorista y agente de la CIA. Cuando el grupo inició sus operaciones aéreas, en las fotos de prensa del 19 de julio de 1992 se veían claramente en los aviones las insignias de la USAF (Fuerza Aérea de EEUU), en un reportaje en vuelo del editor del diario Miami Herald.

La rosa blanca de Díaz-Balart

Lincoln Díaz-Balart, cuyo período concluye con esta legislatura a renovarse en diciembre, resucitó en mayo 2010 el grupo terrorista La Rosa Blanca y se proclamó “presidente” de la secta fundada en Miami por su progenitor a los pocos días del triunfo revolucionario de 1959. Para el diario cubano Granma, al abandonar el Congreso tiene “el propósito de erigirse en capo principal de la mafia de Miami”.

La Rosa Blanca fue la primera entidad contrarrevolucionaria fundada en EEUU por esbirros de la dictadura de Fulgencio Batista que huyeron de Cuba para no afrontar sus crímenes y abusos. “La Rosa…” se subordinó tan temprano como en 1959 a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), dirigida entonces por Allen Dulles. Con la ayuda de la CIA y del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo organizaron el levantamiento paramilitar de los bandidos de las montañas del Escambray, de triste recuerdo por haber quemado escuelas, viviendas campesinas, campos de caña e industrias textileras, dejando numerosos muertos, heridos, mutilados y considerables daños económicos.

La pregunta de Granma es ¿por qué y para qué un congresista de EEUU se propone reactivar una organización de índole abiertamente terrorista en pleno siglo 21? Para el diario cubano, “la actual patraña de Díaz Balart no oculta la intención de recibir y canalizar parte de los fondos millonarios destinados por el gobierno de EEUU a la subversión, botín del que todos quieren apoderarse, y al que no renuncian otros connotados terroristas como Roberto Martín Pérez y sus condiscípulos descendientes de torturadores de la dictadura de Batista. que también participaron en la refundación de "La Rosa Blanca".

Trenza congresional-terrorista

Incitados por Ileana Ros, los Díaz-Balart y organizaciones de Miami, Hermanos al Rescate inició vuelos provocadores sobre territorio cubano para boicotear el proceso de conversaciones abierto entre Cuba y EEUU tras los acuerdos migratorios de septiembre de 1994 y mayo de 1995. Esforzándose por provocar un incidente, violaron 25 veces el espacio aéreo en 20 meses para lanzar objetos sobre La Habana, hasta conseguir el derribo de las avionetas el 24 de febrero de 1996. La provocación enrareció las relaciones Cuba-EEUU y estimuló la Ley Helms-Burton, que fortaleció el bloqueo económico, comercial y financiero norteamericano.

La captura en Venezuela y traslado a Cuba del terrorista salvadoreño Francisco Antonio Chávez Abarca creó preocupación entre congresistas y funcionarios cuya carrera política creció a la sombra de Posada, la CIA y la FNCA. Entre los más inquietos aparecen el senador por New Jersey Bob Menéndez y el congresista por Nueva York Albio Sires. Menéndez tuvo como "asesor" a Alfredo Chumaceiro Anillo, que el 24 de julio de 1976 intentó volar el teatro Lincoln Center, durante la actuación de un conjunto de artistas cubanos.

Menéndez fue yerno del fallecido director de la FNCA Arnaldo Monzón Plasencia, contribuyente de sus campañas que aportó 25 mil dólares para los actos terroristas de 1997 en Cuba. También tuvo como ayudante personal a José Manuel Álvarez, alias El Oso, gestor en la preparación del asesinato del diplomático García Rodríguez, crimen perpetrado por Omega 7 bajo el mando de Arocena, que como muchos otros permanece aún impune, escribió Granma. Otro eslabón es el abogado Guillermo Hernández, activo asesor de Menéndez que ahora asiste a Posada para evitar su extradición a Venezuela por la voladura del avión.

El congresista Sires tiene en su equipo de asesores cercanos a Ángel Manuel Alfonso Alemán, alias La Cota, integrante del comando terrorista detenido en Puerto Rico en 1997, a bordo de una embarcación de la FNCA que se dirigía a Isla Margarita, Venezuela, con el propósito de asesinar a Fidel Castro con fusiles calibre 50, durante la VII Cumbre de Jefes de Estado Iberoamericanos. Alemán es otro enlace principal con Posada y la mafia de Miami.

Y los Cinco ¿qué?

Entre tanto, la FNCA vende una imagen aparentemente moderada, mientras financia y abastece las provocaciones de las "Damas de Blanco" y trata de inducir el descontento interno, pagando con dinero propio y plata de fondos públicos estadounidenses. Cuba tiene razones de sobra para defenderse y proseguir su lucha contra el terrorismo, la justicia y la libertad de los Cinco combatientes presos desde hace 12 años en EEUU, castigados precisamente por infiltrar a estos grupos de Miami.

El grueso de la información recogida incluso fue compartido por Cuba con EEUU, pero en vez de perseguir a los verdaderos terroristas, Washington sometió a prisión a los verdaderos héroes Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar y René Gonzalez Sehwerert. Entretanto, en la isla han sepultado a 3.478 muertos y quedaron 2.099 incapacitados físicos a causa del terrorismo de Estado norteamericano y la continuidad impune de quienes planean, inspiran y ejecutan el terrorismo.
(Continuará).

1] Fuente: Narconews.

* Periodista y escritor.

 

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.