UE: entre la indiferencia y el euroescepticismo

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

En las elecciones parlamentarias europeas que se realizaron el pasado fin de semana en los 25 países miembros de la Unión Europea (UE) hubo tres categorías ganadoras: la abstención, los «euroescépticos» y el voto de protesta contra los gobiernos en ejercicio.

En lo que concierne a la abstención, en dos países del Este, Polonia y Eslovaquia, que recientemente entraron a la Unión Europea no votó ni siquiera el 30 por ciento de los electores, mientras en el conjunto de la UE la afluencia a las urnas llegó apenas al 50 por ciento, excepto en algunos países como Italia -donde votó el 73,5 por ciento de los electores- y Chipre donde se registró un 70 por ciento de votantes.

Entre los partidos «euroescépticos» la tónica la dieron los británicos, con el gran avance del «United Kingdom Party» (Ukip), un partido independentista y «eurófobo», cuyo programa es abandonar la UE. También en el Este ex socialista soplaron aires antieuropeos. Por ejemplo en la República Checa, donde los dos partidos ganadores son «euroescépticos» y alcanzan el 50 por ciento del consenso general, mientras en Polonia dos fuerzas de centro derecha, también ambas antieuropeístas, se ubican en el segundo y tercer lugar y aglutinan casi un tercio de los sufragios.

La tercera «categoría» de vencedores es transversal: va desde la centro derecha a la centro izquierda y se conjuga como un voto de protesta a los gobiernos en ejercicio, en la mayor parte de los 25 países de la UE, excepto en Grecia, donde los electores premiaron el gobierno de centro derecha de Kostas Caramanlis y en España, donde el Partido Socialista Español del Primer Ministro José Luis Rodríguez Zapatero confirmó, aunque en menor medida, el triunfo de las últimas elecciones de marzo recién pasado. De cualquier modo, según los expertos, en los dos casos se debe a que ambos ejecutivos llevan solamente pocas semanas de ejercicio y aun dura la «luna de miel» con los electores.

Unidos en el desastre

Una de las «caídas» más consistentes fue la del canciller alemán Gerard Schroeder, que perdió aproximadamente nueve puntos. Junto a una abstención muy alta que llegó a un 57 por ciento; el desastre de los socialdemócratas alemanes se inscribe en la protesta del electorado de cara a las reformas sociales. Según el Gobierno alemán este paquete de reformas tendría que haber constituido una especie de «revolución reformadora», pero en realidad ha enflaquecido la billetera de los electores a raíz de cortes indiscriminados a la salud, al subsidio de cesantía, a las jubilaciones y a los trabajos «socialmente útiles», por citar solamente algunos.

En todo caso es interesante el avance de los verdes del Canciller alemán Joshka Fisher que se confirma como el fiel de la balanza, prerrogativa hasta hace poco del partido liberal alemán.

El jefe de la junta electoral, Johann Hahlen, informó que los 99 escaños alemanes del Parlamento de Estrasburgo se repartirán de la siguiente manera: 49 para la CDU-CSU, 23 para el SPD, 13 para los verdes -que ganan seis-, PDS 7 y FDP 7 -no tenía representación-.

Tampoco tiene mucho parae celebrar el presidente francés Jacques Chirac, que se inscribe en el registro de los perdedores y debe tragar una segunda derrota en menos de tres meses. Tras morder el polvo en las elecciones regionales -donde la oposición socialista lo desbancó en la mayor parte del país- éstas confirmaron la decadencia: apenas el 16,5 por ciento de los votos para el partido de centro derecha del presidente, contra el 29,5 del partido socialista. También aquí el electorado francés reclamó contra las reformas estructurales del gobierno.

Abstención y protesta

Otro dato digno de análisis es la altísima abstención. El 57,5 por ciento de los electores franceses no concurrió a las urnas, cifra que bien puede consideraese un éxito para la derecha extrema y xenófoba cuyo líder es Jean Marie Le Pen, que con el 10 por ciento de los votos se considera vencedor y advierte: «el verdadero perdedor es el europeísmo, lo que es una seria advertencia para Chirac».

En la otra orilla del Canal de la Mancha el primer ministro británico Tony Blair lame sus heridas, puesto que junto al avance -ya mencionado- de los partidos euroescépticos el electorado británico protestó contra la conducción de la política exterior del gabinete y, sobre todo, por el hecho de ser el Reino Unido uno de los aliados más fieles -el otro es Berlusconi, pero a otro nivel- del presidente estadounidense George Bush en su desastrosa aventura iraquí.

Berlusconi debilitado

Más contenido el voto de protesta italiano contra el gobierno del primer ministro Silvio Berlusconi, pero de todas maneras una indicación clara. A pesar de dominar el 90 por ciento del mercado de los medios de comunicación y de pasar tranquilamente sobre la ley electoral al mandar mensajes a los electores por los teléfonos celulares y efectuar una verdadera manifestación en el momento de votar -hecho taxativamente prohibido por la constitución- Forza Italia, el partido-industria de Berlusconi sale herido en un ala de las elecciones europeas.

Aunque el bloque de centro izquierda se convierte en la primera fuerza con el 46,1 por ciento, el avance de los partidos menores de centro derecha ubica al bloque oficialista en un 45,4 por ciento. El gobierno mantiene su mayoría parlamentaria , pero ya no es la primera fuerza del país.

Según las últimas proyecciones el Partido Popular Europeo -centro derecha- se ubica en el primer lugar, con 274 escaños, seguido del grupo socialista, con 199 curules. El grupo liberal se mantiene en el tercer lugar con 67 escaños; el grupo de los Verdes obtiene 42 diputados, mientras la Izquierda Unida Europea logra 36 legisladores europeos.

Obtuvieron también cupos el grupo derechista Unión Europea de las Naciones con 28 curules y Europa de las democracias y las diferencias, con 18 diputados, a los cuales probablemente se agregarán los euroescépticos británicos.

En todo caso, los resultados de las elecciones dejan al descubierto que hay todavía muchos nudos por desenredar y un futuro aun incierto en el camino de la construcción europea.

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* Corresponsal en Italia.

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