Venezuela: el cardenal en la Asamblea Nacional

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Néstor Francia.*

Por fin el señor Urosa Savino dio la cara en la Asamblea Nacional. Fue una reunión decorosa donde cada cual jugó su papel. Sin embargo fue inevitable notar en declaraciones del cardenal cierto tono defensivo. Puertas adentro, tal como informó luego Cilia Flores, ponderó positivamente misiones del gobierno. Como Mercal y Milagro, a las cuales tildó de “excelentes” (recibíamos el martes las informaciones "desde adentro").

Le dejó el “pelero” al cardenal Velasco en el asunto del 11-A, y afirmó que él no hubiese firmado el decreto de Carmona. Reconoció a las instituciones. No dejó, sin embargo, en sus declaraciones posteriores, de oponerse expresamente al socialismo y a algunas leyes revolucionarias.

En resumen, podemos decir que hubo una “echada de pulso” donde las cosas salieron mejor para nuestro lado, entre otras razones porque la comparecencia del cardenal es un acto que confirma el talante democrático de nuestro gobierno. Fue una reunión “serena, cordial y franca”, según el propio Urosa.

Este trató, por supuesto, de deslindar el evento de la política: “Vengo como arzobispo de Caracas; es decir, líder religioso y pastor de los cinco millones de católicos de Caracas, sin distinción de simpatías políticas, cardenal de la Iglesia en Venezuela y presidente de honor de la Conferencia Episcopal Venezolana”.

Pero no se puede ocultar el sol con un dedo. Tal como reportó el portal Informe21, “Seguidores y detractores del gobierno venezolano se manifestaron hoy en la Asamblea Nacional para rechazar y apoyar, respectivamente, las acusación del arzobispo de Caracas, cardenal Jorge Urosa, sobre que el presidente Hugo Chávez y los diputados violan la Constitución con su plan socialista”.

Bien, finalmente nos preguntamos ¿será que el Cardenal va  a mantener la boca cerrada por un tiempito? Es difícil creerlo, estamos en elecciones.

La huerta de la diplomacia

La diplomacia agresiva venezolana de la que hablamos ayer comienza a dar sus frutos. Colombia se vio obligada a saltar para rechazar sin más ni más la propuesta de paz de Venezuela, que ni siquiera se conoce públicamente. El gobierno del país vecino rechazó ayer discutir un plan de paz que Caracas llevará a la reunión de cancilleres de Unasur este jueves en Quito, y advirtió que no hará una rectificación a su denuncia de presencia de guerrillas colombianas en Venezuela, según dijo el canciller Jaime Bermúdez.

En esa reunión, según Bermúdez, Colombia insistirá en “conseguir un mecanismo concreto y eficaz que permita la verificación” y señaló que ese mecanismo debe “mejor aún, impedir la presencia de terroristas”. Hay que dejarlo en claro: a Unasur Venezuela lleva la bandera de la paz, Colombia la de la guerra. Ese es punto el que debe quedar claro, aunque es evidente que no saldrá del cónclave ninguna resolución, ya que esta solo puede ser adoptada por consenso.

También el presidente colombiano Alvaro Uribe criticó este martes la posibilidad de una propuesta de paz, en un acto en el ministerio de la Defensa: “Algunos quieren hacer equivocar a Colombia de nuevo, para aflojarle el pescuezo a la culebra a fin de que vuelva a tomar oxígeno y nos vuelva a envenenar. Cuidado con eso. Algunos hablan de paz, pero ignoran la seguridad”.

En su discurso Uribe criticó que se quiera “internacionalizar” la demanda de un posible diálogo con las guerrillas: “En esa trampita no vamos a caer. Solamente demandamos de la comunidad internacional cumplir las normas internacionales que nosotros cumplimos: luchar contra el terrorismo y no albergarlo en parte alguna”. Es decir, Uribe no quiere internacionalizar la paz, sino la guerra. Es un buen argumento para los nuestros en Unasur.

A todas éstas, ayer el senador demócrata estadounidense Bob Menéndez pidió al designado nuevo embajador de Estados Unidos en Venezuela, Larry Palmer, más contundencia con Venezuela, al indicar que el Gobierno de Chávez “sigue actuando de una forma que no es democrática”.

Menéndez señaló que “Tendré más conversaciones con él (el embajador). Quizá es su temperamento; no enseña una fortaleza que creo que es necesaria en esta relación…Tenemos una inquietud: que el presidente Chávez sigue actuando de una forma que no es democrática… usando el poder de forma incorrecta y antidemocrática”. 

A todas luces, con Venezuela se repite el viejo dilema gringo de la lucha de estilos (con los mismos fines) de halcones y palomas. Solo que cada vez más a las palomas les salen también garras.

* Analista de asuntos políticos.

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