Piñera politizó el fútbol (…o “futbolizó” la política)

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Ernesto  Carmona*

Un impensado conflicto de intereses fue desatado por la presencia activa del Presidente de Chile en el negocio del fútbol que devino en una inesperada politización del popular deporte y, de paso, “futbolizó” la política. El jefe de Estado sigue siendo porfiadamente dueño importante del Colo Colo, considerado el equipo del pueblo, mientras adversarios, partidarios, neutrales y, ahora, los hinchas le piden a gritos que abandone ese negocio para dedicarse a gobernar con más coherencia.

Todo esto ocurre mientras Michelle Bachelet parece consolidada en su butaca de Naciones Unidas, en la lejana Nueva York, como indiscutible candidata presidencial de oposición para 2013 y los ministros de Sebastián Piñera disputan en las encuestas cuál de ellos será el mejor prospecto de una derecha sin liderazgo claro para suceder a este gobierno que apenas lleva 8 meses del período de 4 años,

El periodista deportivo Felipe Bianchi tuvo el valor de denunciar claramente a Piñera de intervención directa en las elecciones de la Asociación Nacional del Fútbol Profesional (ANFP) y desafió al gobierno a que lo lleven a los tribunales por “calumnia” para que así se investiguen legalmente las llamadas telefónicas desde Palacio a los dirigentes del fútbol que frustraron la reelección segura de su presidente Harold Mayne-Nicholls –quien no es empresario, sino un periodista sindicato como partidario de Bachelet- y torcer la voluntad de los clubes a favor del empresario Jorge Segovia Bonet, dueño de Unión Española.

La crisis precipitó la renuncia del entrenador argentino Marcelo Bielsa. “No puedo ni voy a trabajar con el señor Segovia; es imposible pensarlo.

Firmé un contrato con una conducción porque había coincidencias y entiendo que si no hay coincidencia con el señor Segovia, no trabajaré con él”, aclaró el técnico. Este rebote impensado de la oculta movida gubernamental trajo rabia y tristeza a millones de hinchas, partidarios o no del gobierno, que siguen transversalmente la camiseta roja de la selección nacional. Si la clase política “farandulizó” antes su quehacer, cuando lo trasladó del Congreso a la TV, ahora Piñera “futbolizó” la política y la introdujo en equipos, público, estadios y barras bravas.

Las próximas encuestas –que verdaderamente eligen y crean candidatos a presidentes y parlamentarios en Chile- mostrarán cuánto daño le hizo este inédito conflicto a la popularidad presidencial fabricada por la propaganda oficialista al rescate mediático de los 33 mineros transmitido en vivo y directo durante 68 días de verdadero reality-show, en la práctica, por una cadena goebbeliana nacional de TV. De algún modo, ahora el jefe de Estado está bajo sospecha pública de haber influido en clubes grandes y pequeños contra Mayne-Nicholls en las elecciones de la ANFP y su salida del liderazgo arrastró consigo al entrenador argentino del cuadro nacional, Marcelo Bielsa, en un conflicto aún en curso.

El chileno medio es transversal en su adicción al fútbol e idolatra al técnico Bielsa, porque sacó a la selección de décadas de postración y la condujo a una honrosa participación en el mundial de Sudáfrica. (Quedó en el olvido el vergonzoso incidente “terrorista” fraguado por el fútbol chileno bajo la dictadura con una bengala disparada al arquero en el estadio Maracaná, en el match Brasil-Chile 1-0 del 3 de septiembre de 1989. Entonces la FIFA suspendió de por vida al arquero y al presidente de la ANFP, y “la Roja” no fue admitida en el siguiente mundial).

Equipos “grandes” compran a “chicos”

Bielsa abandona la selección porque sólo se entiende bien con Mayne-Nicholls, quien lo contrató en 2007. En la hinchada deportiva, que al fin de cuentas sostiene este negocio, existe dolor y luto. Los hinchas no tienen derecho a participar en las decisiones del fútbol profesional, pero sí votan en las elecciones regulares chilenas y su opinión política se refleja en las constantes encuestas.

Según abundante información pública de prensa, horas antes de la elección en la ANFP, Piñera anunció millonarios fondos para dos estadios de equipos chicos que apoyaban al dúo Mayne-Nicholls/Bielsa: Playa Ancha de Valparaíso, espacio de Santiago Wanderers, y Sausalito de Viña del Mar, del local Everton. Ambos equipos, al igual que otros pequeños, “se dieron vuelta” y a última hora votaron por el hispano Segovia, quien obtuvo la mayoría de votos. La prensa aludió llamadas telefónicas desde La Moneda para influir el voto y el gobierno Piñera amenazó con demanda judicial por “calumnia”. Los acusadores, entre ellos el periodista deportivo Felipe Bianchi, apoyan un posible juicio diciendo que un permitiría una investigación imparcial de llamadas y presiones, pero no se han vuelto a oír más amenazas judiciales.

  de Chile Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle. Su proyecto “Regula la constitución y organización de equipos de fútbol profesional y establece normas especiales que los rigen” fue el primer antecedente de la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), promulgada en mayo de 2005, que además estableció el pago regular de los sueldos de los jugadores y exigió a los miembros del directorio mantener la rentabilidad de la entidad deportiva”.

¿Quién es Segovia?

Segovia es dueño de la Universidad SEK, de un colegio homónimo y del equipo Unión Española. No hizo fortuna por sí mismo, como Piñera, sino que heredó en España el colegio religioso San Estanislao de Kostka (SEK) –santo polaco del siglo 16-, fundado en 1892 y adquirido por su abuelo Felipe en 1935. En 1958 se hizo cargo del colegio su progenitor, también llamado Felipe, con quien Jorge tuvo algunas diferencias hasta que logro el control al declararlo “mentalmente incapaz”, según el analista político de origen armenio y avecindado en Chile desde 1991 Armen Kouyoumdjian (2).  

La organización SEK se expandió internacionalmente desde su matriz hispana y abrió su primer colegio en Santiago en 1983. La universidad apareció en 1990, al igual que otros establecimientos similares, como la Universidad Santo Tomás de Gerardo Rocha, y en 1994 se abrió el colegio SEK Pacífico de Viña del Mar, que según Kouyoumdjian cobraba las clases de francés a un hijo suyo, pero no se las impartía. En esos años, Segovia decidió emigrar a Chile y hacia 2008, en medio de la crisis global, resolvió abordar otro negocio más rentable, el fútbol, a través de Unión Española.

1) Yo, Piñera, de Ernesto Carmona, pág. 72, editorial Mare Nostrum.
2) http://elpaskin5.lacoctelera.net/post/2010/11/07/marrano-ladr-n-estafador-secuestra-f-tbol-chileno / kouyvina@cmet.net

*Escritor y periodista chileno, autor de Yo, Piñera.

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