México: la caravana en el «epicentro del dolor”

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Mario Casasús.*

En Ciudad Juárez habla el poeta Javier Sicilia: “Las instituciones están en putrefacción, México no tiene instituciones democráticas,  algunos elementos del Estado trabajan en complicidad con el crimen organizado, vemos un uso del Estado para privilegios y prebendas, por eso lanzar una guerra con estas características es poner en estado de indefensión a la ciudadanía, 40.000 asesinados y 10.000 desaparecidos hablan del Estado fallido…". La Caravana por la Paz con Justicia y Dignidad llegó a la ciudad de la muerte.

"Los muertos y el horror de la guerra los estamos pagando los ciudadanos —dice Sicilia—. No queríamos  al jército en las calles, fue un equívoco, tratar a la droga como un asunto de criminalidad nacional, cuando es un problema de salud pública, tenemos que buscar la forma para que el Ejército regrese a sus cuarteles gradualmente”.

—Javier, ¿cómo estás?

—Con mucho ánimo, con mucho dolor, sumando dolores, se van consensuando los dolores, visibilizando los sufrimientos y los agravios de la nación, vamos consolando a las víctimas, viendo el despertar de la conciencia ciudadana, con la esperanza dentro de un país dolido y humillado como el nuestro. 

—Dicen que tú no “encabezas” la Caravana, sino que la “encorazonas”

—Es un buen neologismo, yo hablo desde el amor, nunca desde el odio, ni la violencia.

—La poesía rompió el silencio, cada acto público lo abren entre versos y el sonido de una campana…

—El silencio prepara siempre la palabra verdadera, la campana es una forma de la palabra en mi tradición cristiana, de celebración y dolor, doblan las campanas por nuestros muertos, también para anunciar la resurrección.

—Proponemos algunas pautas en el Pacto de Ciudad Juárez, necesitamos que se contemple la problemática del país, la violencia es un problema estructural, tenemos problemas de desempleo, de salarios, en el campo, en la educación, de no generar una vida democrática vamos a morirnos todos, de continuar en medio de un genocidio estaremos camino a un holocausto sin retorno.
 
—Gracias por tu tiempo Javier, por tu fuerza y palabra.

—Gracias a ti Marito por acompañar nuestra lucha; cada entrevista es siempre un relámpago que ilumina el camino.

* Periodista.
Publicado originalmente en www.elclarin.cl —se reproduce aquí por gentileza del autor.

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