Ecuador: El cinismo; la falta de sentido común y la mediocridad

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Hace más de 10 años (no recuerdo con precisión, pero fue el Presidente Rodrigo Borja Cevallos, el autor) que dijo una gran verdad; para esos tiempos y para los tiempos actuales: “que los políticos ecuatorianos son de mediocres para abajo”. La cita, desde luego, no es textual; pero sigue siendo una gran verdad. No de otra manera puede entenderse lo que está pasando en este y en otros países de América Latina. ¿Dónde está por lo menos la izquierda lúcida de otros tiempos? | ALBERTO MALDONADO S.*

 

Comienzo por lo de más bulto de estos días: la pretensión de endosarle las culpas propias al pobre señor (Dr. Domingo Paredes) que las oficia de Presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) y a su equipo. Querer endosarle a este señor la culpa de que no tenían el dinero suficiente para pagar por todas las firmas que requerían para ser calificados como movimiento o partido políticos, con derecho a voz y voto en las próximas elecciones (previstas para febrero/2013) es lo mismo que alguna vez se endosó a la Iglesia Católica Apostólica y Romana: que la culpa no era del violador sino de las muchachas que cada día se visten más arriba; y son provocativas.

 

El pobre señor que las oficia de Presidente del CNE ha confesado que fue y sigue siendo de Alianza País. ¿Es esa su culpabilidad?

 

Unos dirigentes de unos partidos-movimientos se aprovechan de la ocasión para hacerse conocer por quienes seguimos leyendo periódicos (cada día menos) muy por la mañana. Por ellos es aplicable aquello de que no votan ni la mamá, porque ya está muerta. O los dirigentes de la izquierda marxista (solo ellos “saben de Marx” Pobre Marx) que al fin tienen lo que siempre han querido: que la prensa burguesa (El Comercio de Quito, a la cabeza) se acuerde de ellos para que por lo menos sepan los ecuatorianos (as) que existen. Y no entienden que el problema no radica ahí; se trata de que la “gran prensa mundial” (como así se autotitula) es cada vez más increíble. Para el buen entendedor, trato de decir que aquella prensa es cada día menos creíble y va despareciendo del planeta.
Es decir, los que se autitulan de “marxistas” llegaron tarde y como de relleno de la gran prensa ecuatoriana.

 

Otro caso de este cretinismo: siempre —desde que el hombre es hombre y la mujer es mujer— ha existido el crimen en sus mil y una formas, el atraco, el mentiroso, etc. Solo que en esos tiempos, la gran prensa que se autotitulaba de seria, no lo advertía o hacía como si no lo advertía. Todo contrato tiene un vicio (unos ganadores y otros perdedores) todo crimen, una respuesta (si no me creen pregunten al señor Dostoievsky, o a Edgar Allan Poe, los dos, por si acaso, ya fallecidos).
Me he puesto a pensar si al biolorruso, señor Aliaksander Barankov (que le han puesto en libertad, bien por él) le dedica la prensa sipiana, primeras páginas; si el nuevo estado, llamado Bielorrusia, seguía como apéndice de la desaparecida URSS ¿hubiera merecido semejante tratamiento? Lo dudo. Ya que, en el mejor de los casos, si esas primeras páginas son para un prófugo de la justicia “soviética” ¡qué mejor!.

 

Casi al mismo tiempo, mientras este Ecuador (país suramericano pequeño) le daba asilo diplomático al señor Julián Assange, en Londres, capital del llamado Reino Unido, y le obligaba a respetar sus localidades diplomáticas de una amenaza, sin la menor duda; al señor Emilio Palacio, otrora editor jefe de El Universo que se edita en la ciudad de Guayaquil y autor confeso de un artículo escrito por él, los Estados Unidos de Norteamérica le daba también asilo “territorial” en su casa. Cabe indicar que el señor Assange está acusado en Suecia de delitos menores sexuales; y que de ser extraditado a Estados Unidos lo menos que le puede pasar es que sea sentenciado a prisión perpetua, por aquello de los “wikileaks”

 

Entonces, según los sipianos, viene el parangón: que los EE.UU se está desquitando del Ecuador, por aquello de Assange. Me parece que entre lo uno y lo otro hay una distancia, que para un gringo o quien se le parezca, es igual. El señor Palacio puede regresar al Ecuador cuando quiera, que no le va a pasar nada. Lo que dice o lo que dice de su país, es reproducido tal cual por la prensa de Ecuador y del mundo entero. Lo del señor Assange, si sale de la Embajada, enseguida los sabuesos de Scoland Yark le caen encima.

 

Y lo curioso es que Suecia no ha dado la suficiente garantía de que no le deportarán a los Uniteds; y a la vieja Australia, de donde es natural el señor Assange, le importa un pepino si le dan la pena de muerte por haber revelado lo que todo el mundo sabía o sospechaba: que las embajadas de los gringos saben y dicen mucho más de lo que les corresponde.

 

Lo cierto es que hay una diferencia entre el asilo diplomático al señor Assange y que le permitan “quedarse” en Estados Unidos al señor Palacio. En el un caso está de por medio la vida del señor Assange, de manera especial si le mandan a USA “a pagar sus cuentas”; y lo que le está pasando al ecuatoriano señor Palacio. Al ecuatoriano está muy lejos de que les pase lo que a los 5 cubanos que espiaban en Miami (Estados Unidos) y que están pagando unas penas que ya quisiéramos que se las pongan al señor Luis Posada Carriles, al médico loco señor Orlando Bosh (que creo que ya murió de tanto matar a otros) y a tantos que han ido por ahí y se han quedado. ¿Qué tal si le deportaran a los hermanos Isaias que disfrutan del negocio “bancario” del Ecuador, en Estados Unidos, desde luego?

 

Otro caso, digno de risa: si las calles se quedan estrechas y cortas para tanto automóvil, camionetas, etc. de uso común y corriente, lo correcto es que se tomen medidas. Si hay exceso de velocidad, hay que prohibir que las carreteras de nuestro país se conviertan en pistas de carreras, especialmente la noche. Si es en la ciudad, hay que prohibir que los “fitipaldi” criollos (o que quieren serlo) se lancen a convertir a las pobres calles en pistas de corretaje.

 

Si hubiera sinceridad, los “criticones”, la gran prensa y sus adláteres, deberían felicitar a la Policía, por las medidas que ha tomado. No que se les pongan a criticar por las medidas tomadas (contra el exceso de velocidad que, de acuerdo a las estadísticas oficiales, es la segunda causa de muerte en este Ecuador) Lo ocurrido es ser o por lo menos cómplice de los “volantes extremos” Y lo que dijeron es cosa del pasado.

 

Otro caso digno de mejor causa. Los esposos Bucaram-Pazmiño (que son asambleístas y que como tales pueden hacer y decir lo que les dé la gana) sacan a sus tiernos hijos (críos, llaman en otras partes) para “demostrar” que el presidente (Rafael) Correa si se comprometió de palabra a lograr que al viejo Abdalá Bucaram (asilado 16 años en Panamá) no le va a pasar nada y que puede ser candidato a Presidente de la República, en las próximas elecciones.

 

Los esposos Bucaram-Pazmiño sacan a sus hijos (que son pequeños y que no pueden protestar) para “comprobar” que el presidente si se comprometió a traerle al “gran ausente” de Panamá (Abdalá, que nos amenaza con “hacerse panameño”: quizá Dios y el señor Michelli le oigan). Pero lo simpático (por lo absurdo) es que los papis se ponen a llorar en público y ante las cámaras, cuando solo ellos son los culpables de semejante desatino.

 

Y es más absurdo que los hijos del señor Abdalá lloren porque un ejecutivo oficialista anuncia que iban a ser enjuiciados por usar en cosas de la política a “menores de edad” e inventan el cuento de que se quieren llevar a los dos niños Una asambleísta preguntó: ¿y qué vamos a hacer con dos hijos del PRE”.

 

Otro absurdo, muy propio de nosotros los ecuatorianos: una señora se quejaba en la Radio Pública del Ecuador, que había ido con un dolor de cabeza a un dispensario médico del Estado; y que ahí le dieron, la que “parecía ser la doctora”, unas pastillas que se tome. La señora seguramente esperaba que le lleven en camilla a un diagnóstico médico y que le “operen” de algo, para sentirse satisfecha. Si ahora puede ir y pedir no solo las “pastillitas” que el recetaron sino que esperaba algo más.

 

La pregunta de cajón: ¿antes porque no se quejaba? No tenía ni quien le dé las patillitas que ellas las botó por algún lado, porque no le servían. Ella sabía más que la doctora que la atendió.

Es decir, el absurdo, el cinismo, la falta de sindéresis y las ganas de joder, en este Ecuador, no faltan. ¿No es verdad que lo dicho por el ex Presidente Borja sigue teniendo razón? Y ni qué hablar de lo que está pasando en México, con el señor Peña Nieto; o en Chile, que se niega a que la educación sea pública y gratuita.
——
* Periodista

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