Diputados y senadorers de once partidos de gobierno y oposición acordaron crear los mecanismos hacia una nueva constitución, a partir de abril de 2020. El acuerdo causó euforia en el gobierno, la clase política y al mercado, pero no parece alcanzar para salvar la crisis política ni salvar a un gobierno y a un presidente terriblemente dañado pot la terrible represión desatada contra estudiantes, obreros, ciudadanos en general durante tres semanas de manifestaciones. Un análisis situacional de Paul Walder.
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