El Universo y la Nada

332

De todas las preguntas que se han planteado desde el inicio de la historia humana sin lugar a dudas el enigma de ¿“por qué hay algo más bien que nada”? ha sido la más profunda, enigmática y fundamental. El misterio primordial de la existencia no se encuentra tanto en cómo es que las cosas existen, sino por qué existen. Una pregunta peligrosa porque el tratar de encontrar la razón de todas las cosas puede guiar fácilmente a la decepción y la insatisfacción, estados de ánimo no muy agradables.

Y, sin embargo, a pesar de ello, desde los albores de la civilización la pregunta sigue resonando en nuestras mentes ¿Por qué la molestia de existir cuando sería mucho más simple que nada existiera? La respuesta siempre nos elude. Desde los tiempos más tempranos se ha venido diciendo que el mundo existe porque Dios lo creó desde la nada. Por eso existe. El por qué Dios existe es algo más o menos nebuloso… se causa a sí mismo, es el fundamento de su propio ser, su existencia está contenida en su propia esencia. En breve: el contiene dentro de Él Mismo, la razón de Su propia existencia. Él es el Ser necesario.LA CREACIÓN

Según Hume y Kant la noción de un ser necesario es una trampa ontológica. Hay, dice Hume, entidades cuya existencia es lógicamente imposible como un círculo cuadrado, por ejemplo. Pero no hay ninguna entidad cuya existencia esté garantizada por la pura lógica. Todo lo que podemos concebir como existente, también podemos concebirlo como no existente. No hay, por tanto, un  ser cuya inexistencia implique una contradicción, incluido Dios.

¿Qué opciones tenemos para responder al misterio de la existencia cuando abandonamos la hipótesis de Dios? A lo menos tres: la científica, la filosófica y la mística.

La respuesta de que lo que hay, siempre ha existido, o que surge de la nada sin causa, o que la pregunta no tiene sentido es sólo el intento de evitar una explicación. Según el principio de la Razón Suficiente de Leibniz, para cada verdad debe haber una razón por la cual es así y no de otra manera y una razón para la existencia de cada cosa. A pesar del desprecio de algunos críticos, el principio ha sido fundamental en la ciencia donde ha tenido un éxito notable, porque funciona. Luego, si el principio es válido, debe haber una explicación de por qué el mundo existe, la encontremos o no.

Lo más que se podría decir, según el consenso contemporáneo, es que el Universo surgió del eterno abismo de la nada o que siempre ha existido. Este “más”, sin embargo, queda corto. La creencia de que la materia es eterna e infinita sufrió un grave golpe cuando las observaciones del telescopio Hubble proveyeron la evidencia empírica de que el Universo debe haber tenido un repentino comienzo en el tiempo, confirmando así la hipótesis de Lamaitre de que todo lo que hay se originó a partir de un átomo primordial cuya expansión comenzó con el “Big Bang”, hace 13,7 mil millones de años atrás, y que en un futuro distante terminara en un “Big Crunch” o en un “Big Chill”.

What is the Big Bang Theory? | SpaceLuego, si así son las cosas… ¿qué había antes del “Big Bang”? ¿De dónde surge el átomo primordial? ¿Cómo algo puede surgir de la nada? Todas estas cuestiones abrieron una nueva y puramente científica investigación del último origen y destino del Universo. La teoría de la relatividad de Einstein, por ejemplo, concluye que el Universo tiene un comienzo en el tiempo y la mecánica cuántica introduce la duda en la idea de causa y efecto al descubrir que a nivel microscópico los eventos ocurren de manera aleatoria violando el principio clásico de la causalidad.

¿Será, entonces, que el Universo surgió espontáneamente de la nada? ¿Pero, como podría ser ésto cuando sabemos que “nada puede surgir de la nada”? Cuando se introduce la gravedad y la mecánica cuántica, dice el astrofísico Lawrence Krauss, la nada se transforma en algo todo el tiempo. En el vacío cuántico partículas virtuales saltan azarosamente a la existencia por una fracción de tiempo para luego desaparecer inmediatamente. Según un influyente grupo de científicos, entre los cuales se contaba Stephen Hawking, la existencia puede deberse a una fluctuación casual en el vacío, un “túnel cuántico” de la nada al ser. De acuerdo a Krauss, suficientes partículas pueden emerger gratuitamente para provocar un “Big Bang” y empezar un Universo.

Pero esto, a todas luces, no es equivalente a decir que surgen de la nada. Este vacío cuántico es algo altamente estructurado que obedece a profundas y complejas leyes físicas. No es “nada”, en sentido filosófico… ¿cierto?Stephen Hawking dice que el Universo "se creó de la nada"

El problema con la respuesta científica es que es circular. El universo comprende todo lo que físicamente existe. Una respuesta científica, entonces, tiene que involucrar algún tipo de causa física. Pero, cualquier causa física es por definición parte del universo y es el universo el que necesita explicación. La ciencia puede dar cuenta como el Universo en el curso de su historia evoluciona desde un estado a otro. Pero, en cuanto al último origen de la realidad, no tiene nada que decir. Si hay una causa para este evento, debe transcender el espacio y el tiempo y, por lo tanto, escapar al alcance de la ciencia.

Este es el caso de las leyes de la física. Si éstas, por ejemplo, son Algo, entonces ellas no pueden explicar porque hay Algo en lugar de Nada, ya que son parte del Algo que debe explicarse. El proceso de tunelización cuántica, por ejemplo, se rige por las mismas leyes fundamentales que describen la evolución posterior del Universo, pero no porque haya evolución en lugar de nada. Da la impresión de que la física sola es impotente para descubrir el secreto. Algunos físicos en busca de solución han empezado a recorrer el sendero abierto dejado por Platón y el místico Pitágoras. Es en este momento cuando la ciencia se topa con la metafísica.

¿Será posible que la realidad esté regida por valores o formas abstractas? La mayoría de los matemáticos creen que los objetos que ellos estudian son perfectos, objetivos, inmutables, intemporales e independientes de la mente humana. El matemático Roger Penrose, entre otros, distingue el mundo Platónico, el mundo físico y el mundo mental y cada uno de estos mundos engendra los otros.

Las Matemáticas crean la Materia, la Materia crea la Mente y la Mente crea las Matemáticas. Los tres mundos se apoyan mutuamente flotando en el abismo de la Nada. Pero, los tres mundos no tienen el mismo estatus ontológico. Es solo el mundo de las perfectas formas el que posee necesidad lógica, siendo los otros dos la sombra del primero.

De qué se trata la matemática? – Instituto Argentino de RadioastronomíaLa creencia de que los objetos matemáticos existen necesariamente fuera de la mente no se sostiene muy bien bajo escrutinio, a pesar de su larga historia ¿Por qué “necesidad lógica” cuando su existencia puede ser negada sin caer en contradicción? Según el filósofo William Quine, inescapablemente la ciencia se refiere a abstracciones matemáticas y, aunque no las observamos directamente, las necesitamos para explicar lo que existe. Son posturas teóricas que ayudan a explicar nuestras observaciones, pero ellas no son responsables de la existencia del mundo físico, porque ellas son parte del tejido de ese mundo.

Una posición mucho más extrema adopta el filósofo americano, Hartry Field, al afirmar en su libro “Science without Numbers”, que las matemáticas no son indispensables para la ciencia, después de todo. Se puede explicar cómo el mundo funciona sin invocar abstracciones matemáticas. Es posible, dice, reformular la teoría de la gravitación de Newton sin referencia a entidades matemáticas y obtener exactamente las mismas predicciones. Si esta reformulación pudiera extenderse a la mecánica cuántica, significaría que Quine estaba equivocado.

Hay en todo esto un aspecto de la realidad que pareciera no tener lugar en este cuadro metafísico: nuestra propia consciencia que, a través de un acceso privilegiado, llegamos a conocer sin la mediación de la ciencia. No hay nada de cuya existencia estemos más seguros, lo que plantea una posibilidad interesante. Quizás la realidad que conocemos indirectamente a través de la ciencia tenga la misma naturaleza interna que la parte que conocemos directamente a través de la introspección, la parte consciente. Tal vez toda la realidad, subjetiva y objetiva, estén hechas de la misma materia básica.

Una hipótesis monista bien atractiva por su simplicidad, tan atractiva que incluso Arthur Eddington declaró que las cosas están compuestas de materia y mente. La idea de que la sustancia fundamental de la realidad sea sustancia mental es, sin embargo, altamente problemática porque tiene implicaciones bien extrañas. Si fuera así, la conciencia debería impregnar no sólo los cerebros, sino también toda la naturaleza física: cada pedazo de materia, grande o pequeña, sean galaxias y agujeros negros, neutrinos y quarks, flores y montañas poseerían conciencia.

Panpsiquismo: la idea de que los objetos inanimados tienen conciencia, gana fuerza en la comunidad científicaDesde tiempos lejanos a esta creencia se le ha llamado pansiquismo y el pansiquismo desde su inicio ya contenía su propio problema, el Problema de la Combinación: ¿como pequeños pedazos de materia-mente se combinan para formar una mente mayor? ¿Cómo las micro-mentes se unen en una macromente? ¿Cómo la vasta variedad de conciencias resultan en una sola consciencia cósmica? Como William James demostrara,  “las mentes privadas no se aglomeran en una mente más alta”.

¿Será que la clave está en la teoría cuántica? Según algunos, el entrelazamiento cuántico pareciera ofrecer una solución al problema de la combinación. Cuando dos distintas partículas se entrelazan en un estado cuántico, ellas pierden su identidad individual y actúan como un sistema unificado. Cualquier cambio en uno inmediatamente es sentido por el otro, incluso si están años de luz aparte. Un fenómeno tan extraño que Einstein lo consideró espeluznante. Ahora bien, si las entidades físicas pueden perder su identidad individual y fusionarse en un todo único, entonces, según algunos físicos, es concebible que las entidades proto-mentales puedan hacer lo mismo.

Ciertamente una teoría monista que fusiona la materia con la conciencia es más simple que una teoría dualista que postula una sustancia material y una sustancia pensante. Ambas tratan de responder al problema de cómo están compuestas las cosas. Pero, otra vez, no al problema de por qué hay cosas en lugar de nada.

Es difícil ver como una teoría final podría explicar el “por qué hay algo en lugar de Nada”.

¿Por qué ésto debería preocuparnos cuando estamos enfrentados a problemas existenciales más urgentes que requieren en estos momentos toda nuestra atención? Es cierto… pero, a pesar de esta urgencia el misterio de la existencia continua siendo el misterio que aguijonea las mentes curiosas.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.