Alemania abre archivos sobre Colonia Dignidad

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El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, anunció la apertura de los archivos clasificados de la Colonia Dignidad, una secta de colonos alemanes que se instaló en la zona centro-sur de Chile en 1961 y cuyas actividades a lo largo de más de tres décadas constituyeron una pesadilla. En ese recinto se mezclaron abusos sexuales de niños, esclavitud, fabricación de armas, manipulación de tóxicos químicos y biológicos, torturas y asesinato de hombres y mujeres opositores a la dictadura militar.

La Colonia Dignidad representó para los chilenos y para muchos de los propios colonos alemanes una prolongación de los peores horrores del nazismo. Su existencia, sin embargo, fue tolerada por gobiernos chilenos y amparada por sucesivos gobiernos alemanes pese a las denuncias realizadas por los afectados y diversos organismos internacionales.

Expertos coinciden en que la notificación del ministro Steinmeier constituye tardío reconocimiento de que la existencia de Colonia Dignidad es un oscuro y vergonzoso lastre del país germano. Jan Stehle,miembro del Centro de Investigación y Documentación Chile-Latinoamérica (FDCL), en Berlín, quien ha dedicado más de 20 años al estudio de Colonia Dignidad y que ha revisado miles de documentos, declaró a PF desde Alemania sus expectativas respecto al anuncio del ministro Steinmeier:

“El archivo político del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores -dijo-, cuenta con cientos de tomos de documentos sobre Colonia Dignidad. Gran parte conciernen a la correspondencia que mantuvo el Ministerio Federal en Bonn con la embajada de Alemania Federal en Santiago. Del análisis de este material se desprende que la diplomacia alemana tuvo indicios concretos sobre los crímenes que se cometían allí. También permiten conocer el trabajo de lobby que los jerarcas de Colonia Dignidad hacían ante la embajada y autoridades chilenas y alemanas. También están los contactos que mantenían los diplomáticos con algunos generales chilenos de ascendencia alemana como (Fernando) Matthei y (Rodolfo) Stange.

De la revisión de los documentos hasta ahora clasificados espero obtener mayores hechos que permitan explicar por qué la RFA no intervino de manera decidida para parar los crímenes de Colonia Dignidad. Parte de la explicación podría ser el papel que jugó el traficante de armas alemán Gerhard Mertins que trabajaba para el servicio secreto germano. Mertins fue amigo de Manuel Contreras, jefe de la Dina, y de Paul Schäfer, jefe de Colonia Dignidad, y traficaba armas a través de esa Colonia.chile colonia dignidad desap

Colonia Dignidad es una tragedia bilateral de los derechos humanos en que ambos Estados, Chile y la República Federal de Alemania, comparten responsabilidades. El anuncio del ministro Steinmeier ha sido un primer paso. Ahora falta que ambos Estados dialoguen sobre medidas concretas para esclarecer los crímenes, castigar a los culpables y reparar a las víctimas. En la ex Colonia Dignidad en vez de fiestas de la cerveza hay que instalar un memorial en recuerdo de las víctimas. La próxima visita del presidente alemán, Joachim Gauck, a Chile será una buena oportunidad para que ambos Estados expresen su voluntad de trabajar en esa dirección”, agregó Stehle.

Los primeros años

Al promediar la década de los 60 los chilenos empezaron a conocer de fugas de colonos alemanes, denuncias de malos tratos y extraños hábitos de vida en la Colonia avecindada desde 1961 en la zona precordillerana de Parral, 270 kilómetros al sur de Santiago. La Colonia la dirigía un pastor bautista, Paul Schäfer. Incluso hubo una investigación parlamentaria dirigida por Patricio Aylwin que recomendó indagar lo que ocurría en el recinto habitado por unos 300 colonos, casi todos alemanes más algunos austríacos y un holandés.

Schäfer y sus más cercanos colaboradores construyeron una red de protección que incluyó personeros de variados ámbitos de Chile. Así la Colonia consiguió llegar hasta el gobierno de la Unidad Popular, cuando se alineó decididamente en contra del presidente Salvador Allende. Schäfer ofreció las instalaciones de Dignidad como base de apoyo del movimiento terrorista Patria y Libertad (PyL) y de otros complotadores para derrocar a la UP. Allí se refugió Roberto Thieme, jefe operativo de PyL, tras simular que su avioneta se había estrellado. Allí aterrizaban también los despachos de armas y explosivos que los miembros del frente exterior de PyL, distribuidos al otro lado de la cordillera, enviaban a Chile para deponer al presidente Allende. Schäfer incrementó en ese periodo sus vínculos con oficiales del ejército, Carabineros y la Fuerza Aérea.

chile colonia dignidad Paul SchaferLuego del golpe militar, Schäfer vio la oportunidad de consolidar su bastión de más de quince mil hectáreas y decidió prestar colaboración a las acciones represivas de la Dina, que dirigía el coronel Manuel Contreras. El supuesto pastor bautista le proporcionó a la Dina sus contactos en Alemania y otros países, a la vez transformó la Colonia Dignidad en un centro de detención, tortura y exterminio de opositores de la dictadura militar.

A la vez Paul Schäfer abusaba sexualmente de niños alemanes y chilenos recluidos en el asentamiento. En la década de los 80, medios de prensa germanos y las nacientes revistas opositoras chilenas comenzaron a revelar los secretos de la Colonia Dignidad. Se informó de la existencia de laboratorios para experimentos militares, de la búsqueda de minerales estratégicos como uranio, titanio y vanadio, de la construcción de túneles y espacios subterráneos, y de tráfico de armas convencionales, químicas y biológicas.

Todo intento de aproximarse a la Colonia era reprimido por sus vigilantes. Modernos equipos electrónicos y una red de protección organizada entre lugareños, impedían acercarse al territorio ocupado por los colonos alemanes. Ayudantes de Schäfer mantenían relación con uno de los editores de El Mercurio, diario que publicaba frecuentes artículos favorables a la Colonia.

Poco a poco, sin embargo, comenzaron a surgir informes de lo que ocurría en el enclave alemán. Salvo algunas excepciones, los funcionarios de la embajada de la RFA en Santiago no escuchaban, ni leían, ni veían nada.

Desde mediados de los sesenta diplomáticos y políticos alemanes visitaron Colonia Dignidad. Informes de Amnistía Internacional y relatos de testigos indicaban que en el lugar se violaban los derechos humanos. Pese a ello, el gobierno alemán no tomó ninguna iniciativa para aclarar la conducta de sus súbditos en Chile. Las pocas personas que lograron escapar de Colonia Dignidad no sólo no recibieron ayuda de la embajada alemana sino que fueron obligados a volver a la Colonia. El médico y mano derecha de Schäfer, Hartmut Hopp, compareció ante el Comité de Derechos Humanos y Ayuda Humanitaria del Parlamento alemán y fue interrogado por las acusaciones de tortura que pesaban contra la Colonia Dignidad. Tampoco fue suficiente para que la Fiscalía de Bonn iniciara una investigación seria.

En julio de 2005 agentes policiales allanaron la Colonia en busca de vehículos enterrados que pertenecieron a detenidos desaparecidos por la Dina y la CNI. Encontraron unas cuarenta mil fichas de personas, que probaban la relación entre Dignidad y la Dina. Muchas permanecen aún en secreto y se sigue especulando sobre su contenido.

Hace solo cuatro años, la Fiscalía de Krefeld, Alemania, abrió una investigación contra el doctor Hopp, después que este huyera de la justicia chilena al ser condenado a cinco años de prisión por complicidad en abuso sexual de menores. Hopp está en libertad en Krefeld.

Los diplomáticos alemanes durante la dictadura militar en Chile, así como los responsables del Ministerio de Defensa y del Bundesnachrichtendienst (BND), la inteligencia germana, tampoco han dado cuenta de la conducta que asumieron frente a las violaciones a los derechos humanos en la Colonia Dignidad y el tráfico de armas que se efectuó a través de ella.

El trágico balancechile colonia dignidad armas

Después de casi medio siglo de denuncias, está claro que la mayoría de ellas eran ciertas. Existe certeza jurídica de que a lo menos siete personas fueron torturadas, asesinadas y hechas desaparecer en la Colonia Dignidad entre 1974 y 1976. También existe convicción de que otro centenar de detenidos fueron asesinados por los alemanes en complicidad con agentes de la Dina, y sepultados en fosas clandestinas.

Paul Schäfer murió en la cárcel en Santiago tras haber sido capturado en Argentina. Fue condenado a cadena perpetua por abuso de menores y otros delitos. Varios de sus colaboradores cumplen penas de presidio y otros han logrado eludir la justicia. La Corte Suprema debe pronunciarse sobre la existencia de una asociación ilícita criminal en la supuesta Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad.

Schäfer abusaba sexualmente de niños que eran torturados, como se desprende de las declaraciones de la doctora Gisela Seewald, quien reconoció haber tratado con electroshocks y sedantes a niños que su jefe decía que estaban “poseídos por el demonio”.

El 14 de junio de 2005 una investigación judicial permitió encontrar en tres contenedores un arsenal oculto en la Colonia. Había lanzacohetes, granadas, material explosivo, elementos químicos y municiones. Había también armas camufladas como bolígrafos, bastones y una cámara fotográfica que disparaba proyectiles. El proveedor fue Gerhard Mertins, traficante de armas que realizó negocios ilegales en la década de los 50 y hasta su muerte, en 1993. Era un ex oficial de las SS nazis que operó con apoyo del BND alemán y de la CIA estadounidense. Mertins vendió los deshechos bélicos de Alemania tras la segunda guerra mundial, para que el gobierno de postguerra adquiriera nuevos pertrechos bélicos en Estados Unidos. Más tarde amplió sus negocios y trianguló ventas de armas a países del Tercer Mundo. Mertins visitaba con frecuencia la Colonia Dignidad y efectuaba negocios de armas con la dictadura.

La doctora Margarita Romero, del Instituto Nacional de Derechos Humanos y presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, dijo a PF que las sentencias dictadas contra miembros de la Colonia sin bien han sido importantes, sólo abarcan parte de los crímenes perpetrados en ese asentamiento alemán. “Esperamos reunirnos con el presidente Joachim Gauck en julio próximo, cuando visite nuestro país, para representarle nuestro deseo de verdad y justicia, de memoria y reparación, por lo ocurrido en Colonia Dignidad”, agregó la doctora Romero.

El periodista Carlos Basso, uno de los principales expertos en Colonia Dignidad, que ha escrito varios libros sobre el tema, señaló a PF: “Ciertamente será muy interesante conocer los documentos que Alemania está desclasificando sobre Colonia Dignidad. No obstante, lo que me parecería trascendental a priori sería que la inteligencia alemana desclasificara -como ya lo hizo respecto al criminal nazi Walter Rauff- la documentación que posee sobre la Colonia, Paul Schäfer y sus vínculos con el traficante de armas Gerhard Mertins y la fabricación de armas químicas y bacteriológicas en la Colonia”.

*Publicado en “Punto Final”, edición Nº 851, 13 de mayo 2016.

 

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1 comentario
  1. Carlos dice

    Nunca van a «desclasificar» nada de importancia, ya que lo que realmente subyace debajo de Colonia Dignidad es el trasfondo sobre todo el conocimiento y la fuga de la elite Nazi a las bases antárticas y subterráneas, si salta eso, se cae la historia del siglo XX…

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