Aprensiones en Chile por fallo de La Haya y visita papal

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Digámoslo sin titubeos: la certeza corre con colores propios. Los equipos diplomáticos chilenos empalidecen ante los de Perú, e incluso ante los de Bolivia, ‘aconsejado y orientado’ por el primero. Esta diferencia de calidad entre las cancillerías del Mapocho y del Rímac se arrastra desde hace un siglo, y aun más. Debido a que contamos con una Cancillería muy poco profesional y bastante débil en materias diplomáticas, las aprensiones se justifican

Chile no posee un Foreign Office, como Inglaterra, ni un Torre Tagle, como Perú, crisoles donde esas naciones forman, capacitan y estructuran a sus respectivos cuerpos diplomáticos para que, independientemente del gobierno de turno, representen a sus países administrando una verdadera política de Estado.

En Chile, los dueños de la férula se creen “distintos” al resto de los habitantes de América Latina, y suponen que es suficiente, en materias diplomáticas, nominar algunos individuos de su “servicio político-doméstico” para representarnos en el exterior y en las organizaciones supranacionales. Los resultados están a la vista.

A priori, en el mes de abril la Corte Internacional de Justicia de La Haya entregará su decisión relativa a la demanda interpuesta por el estado boliviano para “obligar al gobierno de Chile a sostener conversaciones tendientes a otorgar a ese estado una salida soberana al océano Pacífico”.

Habrá que esperar la decisión de los jueces de la Corte Internacional para dar término –de una vez por todas– a viejos diferendos limítrofes que de tiempo en tiempo reverdecen laureles bélicos según sea la conveniencia de los gobiernos de La Paz y/o de Santiago.

De prosperar la demanda boliviana, la actual frontera de Perú con Chile (Línea de la Concordia) podría constituirse en la frontera sur de Perú con Bolivia, y Torre Tagle tendría que desviar su perenne atención sobre La Moneda para centrarla en el Palacio Quemado, su nuevo interlocutor en esas materias.

Todo ello estará, de algún modo, presente en la visita del papa Francisco a nuestro país. El momento de ese viaje protocolar no puede ser más delicado, no sólo por el inacabable conflicto de la Araucanía (región que Francisco I visitará), o por el apoyo papal al cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros, acusado por una importante fracción de la grey católica de esa ciudad de haber sido cómplice silencioso del obispo Karadima, pederasta con amplio prontuario amparado hasta ahora por las altas curias de la Iglesia católica.

“Piensen con la cabeza y no se dejen llevar por acusaciones infundadas de los zurdos. Soy el primero en juzgar y castigar a alguien que tiene acusaciones de este tipo, pero en este caso ninguna prueba, de corazón se los digo: Osorno sufre, sí, pero de tonta, porque no abre su corazón a lo que Dios dice y se deja llevar por las macanas que dice toda la gente. No se dejen llevar de estos que buscan líos no más.”

‘Tontos’, “zurdos”, “macanas de esa gente”, etcétera, son términos que señalan sin lugar a error el verdadero sentimiento que el ex arzobispo de Buenos Aires tiene respecto de las víctimas y sus familias.

Ya lo dije y lo reitero: el momento de tan ilustre (y oneroso) viaje protocolar no podía haber sido más delicado. A lo dicho hay que agregar la saga de coletazos derivada del fallo de la CIJ de La Haya. Recordemos que Francisco I, en su anterior visita a La Paz, deslizó un comentario sobre el tema, no bien recibido en La Moneda. Por otra parte, el hábil canciller boliviano, Choquehuanca, aconsejó hábilmente a Evo Morales, que visitó al papa en Roma algunas semanas antes de su viaje a Chile.

Entretanto, nuestra cancillería sigue en la reposera. Descansando en la fe que dice tener en el Tratado de 1904 (del cual Bolivia no hizo mención alguna en el cuerpo oficial de su demanda), aplicando una lógica que en diplomacia no siempre tiene buenos resultados, como es la judicialización de la política exterior. En pleno siglo veintiuno se deben construir lazos políticos y terminar con el distanciamiento que ha tenido nuestro país con sus vecinos.

Es hora de abandonar la manía chilensis de relacionarse con el exterior exclusivamente en términos comerciales y jurídicos para, de una buena vez, identificarnos con la región como parte activa de ella, abandonando el aislamiento en que henos estado hasta ahora. Ello exige profesionalizar la cancillería (no más ‘pitutos’ para amigos, socios, correligionarios, camaradas y compañeros), y establecer una política de Estado que no se limite a la firma del enésimo TLC, y que esté por sobre las políticas temporales y momentáneas de los gobiernos de turno.

La cuestión de la demanda boliviana, y la visita del papa, tienen hilachas que pueden convertirse en una red difícil de cortar si se funden en un solo cuerpo, generando un conflicto que difícilmente nuestra feble y poco profesional Cancillería lograría gestionar.

Si la dudosa labor de Heraldo Muñoz a la cabeza de la cancillería no está exenta críticas, la visita de Pancho Primero –este papa ‘barra brava’, fanático del club San Lorenzo de Almagro, que carece de términos medios pues como en el fútbol juega al todo o nada– permitirá a la gente del Palacio Quemado y de Torre Tagle pulsear la capacidad diplomática del gobierno encabezado por Sebastián Piñera, un hombre que ha sabido moverse exitosamente en las especulaciones financieras y audaces negociados no muy claros, pero célebre por sus patochadas diplomáticas.

En controversias de alto vuelo, la cosa cambia. Aunque parezca de Perogrullo, cualquier decisión que sobre este asunto deban tomar el Ejecutivo y el Legislativo, requeriría –por sanidad democrática e histórica– ser consultado a la ciudadanía mediante un plebiscito vinculante. De lo contrario, cualquier decisión oficial tendría un fuerte y desagradable aroma a negociado particular… como ocurrió en otra controversia con uno de nuestros vecinos.

Palacio Quemado y Torre Tagle están al acecho, expectantes…

2 Comentarios
  1. ILDEFONSO REYES dice

    1.Creo que el gas se lo pueden guardar. El momento ya pasó, como lo planteó Don Ricardo Lagos Escobar.
    2.Ahora hay más resistencia de parte la de población chilena a ceder o revisar tratados.
    3. Bolivia con su dictador de turno, violó un tratado. ¿Quién garantiza que no lo hará nuevamente?
    4. El sufrido pueblo boliviano, a sido victima de sus propios gobiernos. Toda culpa de su subdesarrollo y explotación ..se le ha echado al culpa ..a la falta de mar.
    5. Lo de las cinco familias…son asuntos internos de Chile… como el caso de los médicos ahora en Bolivia.
    6. Que seriedad pueden dar instituciones como por ejemplo, una policía que tiene camionetas robadas..»No sabían que http://wWW.xxx.Cl corresponde a Chile» ¿Cuantos vehículos robados han sido devuelto según compromiso?
    5. Bolivia fue quién le declaró la guerra a Chile. Chile no tomó «TODO» el litoral. Sólo lo que estimaba que era su territorio antes del tratado de 1874. Bolivia no aceptó el arbitraje.
    6. ¿Bolivia devolverá las 300.000 mil libras esterlinas de la época, pagadas como parte de la indemnización y deuda externa boliviana? y ¿Costo del ferrocarril de Arica a la Paz?

  2. Antonio Casalduero Recuero dice

    En algún momento oí hablar sobre una academia para diplomáticos de Chile, se denominaba «Academia Andrés Bello».
    En cuanto al otro punto, Chile posee uno de los litorales más extensos del mundo, nada menos que de cinco mil kilómetros, no entiendo qué mal podría ocasionar ceder una franja de par de kilómetros a Bolivia. A cambio, Bolivia podría ceder gas a Chile por un período determinado o indeterminado, eso es negociable. Ambos países saldrían ganando si se sientan a conversar. En el país altiplánico por décadas se ha hecho célebre la consigna «Gas por Mar», y tienen razón, nadie es propietario del mar, salvo en Chile, donde el mar pertenece a siete familias riquísimas.

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