Chile: los presos ahí están; los periodistas no entran o depende

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Denunció la revista Punto Final que, y en día de visita autorizada, a uno de sus periodistas no se le permitió el ingreso a la cárcel de Angol donde se encuentran los presos políticos mapuche en huelga de hambre. Jorge Faundes había llegado a las 7 de la mañana. | NICOLÁS GOMARRO.

 

Erick Montoya, Rodrigo Montoya, Paulino Levipan y Daniel Levinao exigen —a costa de sus vidsas, llevan 45 días en huelga de hambre— que la Corte Suprema de Justicia revise las condenas, sentencias basadas en testimonios secretos y anónimos, que se levanta el estado policial y la invasión a sus comunidades.

 

Paulino Levipán Coyan y Daniel Levinao Montoya fueron condenados a la pena de 10 años y un día por el delito homicidio frustrado a carabineros de servicio y a 541 días por tenencia ilegal de armas de fuego. Hechos ocurridos el 2 de noviembre de 2011 en el camino público a Chequenco, en el marco de lo que se describió como una emboscada al personal policial que escoltaba a trabajadores forestales del sector Requén, en cumplimiento de una medida de protección de la Fiscalía. Ellos niegan su participación en dichos actos.

 

La revista Punto Final señaló, además, que Gendarmería deja entrar libremente, «como Pedro por su casa», a los reporteros de los grandes diarios de Agustín Edwards y Álvaro Saieh, incluso escoltándolos hasta donde están los presos políticos sin el consentimiento de los «entrevistados».

 

Establece en su denuncia de ayer miércoles 10 de octubre Punto Final:
Gendarmeria impide ingreso de periodista del PF a la Carcel de Angol en un claro acto discriminatorio, en tanto que periodistas de La Tercera, La Segunda y El Mercurio acostumbran a ingresar sin mayor autorizacion, ni siquiera con la venia del propio entrevistado Hector Llaitul, quien se ha encontrado en innumerables ocasiones, sorpresivamente,  con periodistas dentro del módulo en que se los tiene confinados sin previamente consultarle si quiere o no recibirlos

 

Traslado de urgencia
Con pérdidas mínimas de alrededor de 13 kilos en su masa corporal y grave descompensación, los cuatro presos políticos de la comunidad Wente Winkul Mapu fueron trasladados con el crepúsculo el miércoles al Hospital Regional de Angol; la decisión fue adoptada por el equipo medico del hospital local y tuvo lugar con un impresionante operativo de seguridad que incluye carros blindados de Gendarmeria y fuerzas especiales de Carabineros.

 

Javiera Sabugo, autoridad local del Ministerio de Justicia en la zona dijo que Gendarmería inició el operativo pasadas las cuatro y media de tarde «para prevenir cualquier situación respecto a la salud de los comuneros», a los que se les controla en forma permanente su estado de salud.
Opinó la Seremi de Justicia:

 

«Después de 44 días en huelga de hambre lógicamente que tienen su salud mas debilitada, han bajado entre 9 y 13 kilos de peso corporal [¿qué otro peso podrñía haber disminuñido, el del alma?] así que en atención a esto y su delicado estado de salud, han sido derivados de manera preventiva».

 

Cabe considerar que ayunos forzados tan prolongados dejan huellas y efectos permanentes en el organismo de los huelgistas. Erick Montoya, Rodrigo Montoya, Paulino Levipán y Daniel Levinao y su fuertemente armada comitiva llegaron al Hospital Regional a filo de las siete y media de la tarde. Numeroso grupo de familiares, amigos y compañeros de lucha se habían ya apostado ante las puertas del hospital para darles ánimo

 

Pocos días antes, a fines de setiembre, los presos políticos de la cárcel de Temuco Leonardo Quijón, Fernando Millacheo, Cristián Levinao, Luis Marileo y Guido Bahamondes (hoy cumplen dos semanas sin ingerir alimentos) habían manifestado «Nuestro máximo apoyo a todos los peñi recluidos en la cárcel de Angol, quienes llevan fuertemente un mes de huelga de hambre, como respuesta a la falta de claridad y objetividad en nuestros procesos.

 

«Desde acá también manifestamos nuestra preocupación por el encarcelamiento de niños mapuche como es el caso de G.V.M, quien está encarcelado en la cárcel de menores de Chol Chol, una realidad que está lejos de preocupar a las autoridades y encargados de velar que se respeten los derechos de la infancia».
Erick Montoya, Rodrigo Montoya, Paulino Levipan y Daniel Levinao exigen —a costa de sus vidas, llevan 45 días en huelga de hambre— que la Corte Suprema de Justicia revise las condenas, sentencias basadas en testimonios secretos y anónimos, que se levanta el estado policial y la invasión a sus comunidades.

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