Chile: XV Muestra nacional de dramaturgia: Somalía enlazada con Chile

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La obra Somalía, de Álvaro Carmona Jiménez y dirigida por Marco Espinoza, será presentada este sábado 12 de mayo, a las 20:00 horas, en la sala A2 del Centro Gabriela Mistral, GAM, en Santiago. La entrada al espectáculo es libre, por orden de llegada, en esta clausura —y en todas las funciones de la XV Muestra Nacional de Dramaturgia del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.| ERNESTO CARMONA ULLOA.*

 

Álvaro Carmona construyó una actualizada pieza teatral —casi periodística— que enlaza arguentalmente a Chile y Somalía a través de un exitoso científico chileno —creador de un virus probado allá como arma bacteriológica eficaz en la guerra civil— y por un mercenario —de la misma nacionalidad— que se autoexportó al empobrecido país del Cuerno de África para combatir a los llamados “piratas somalíes”, presentados así a menudo por los medios de información.

 

El autor es actor, tiene estudios en la Escuela Teatro Imagen, un postítulo en Actuación por la Universidad Católica de Chile y una licenciatura en Actuación de la Universidad de las Américas. Se ha desempeñado en teatro y televisión. Con su compañía La Matiné ha desarrollado la dramaturgia y dirección escénica, con numerosas creaciones.

 

¿Qué pasa en Somalía?

 

Los piratas alegan que fueron pescadores forzados a convertirse en guardacostas para defender su riqueza marina e impedir que la pesca ilegal y masiva de las grandes potencias les siga robando su alimentación con grandes pesqueros de diferentes banderas del primer mundo, que capturan atunes y otras especies en aguas somalíes porque no hay autoridades que se lo impidan. Alegan también defender sus aguas territoriales convertidas basurero por flotas extranjeras.

 

Este país de África carece de gobierno formal desde 1991, y después que fue invadido sin éxito por EEUU. bajo Clinton, está sumergido en el hambre, las guerras internas y la falta de agua para beber. En ese contexto infernal, los “piratas” también disuaden a las naves que lanzan a sus aguas desechos nucleares, residuos químicos y basura bacteriológica, biológica y hospitalaria de las grandes naciones occidentales, quizás el origen de los verdaderos piratas, de ayer y de hoy.

 

Para colmo de males, los somalíes son negros, como los habitantes de Haití, otra nación declarada “inviable” por algunos blancos con poder.

 

El éxito inicial de los “piratas” frente a la pesca ilegal y la inmersión de basura que los países más ricos no saben dónde esconder, también atrajo lumpen internacional y avezados delincuentes profesionales que explotan el negocio del secuestro con lanchas rápidas de última generación. Así también surgió la necesidad de contratar mercenarios para proteger a los barcos que llegan a desafiar a los piratas, un rubro profesional discreto pero abundante en Chile, por la cantidad de especialistas cesantes de los servicios de la dictadura.

 

Esa mano de obra especializada y hoy desempleada se exporta discreta y generosamente desde Chile, contratada o sub-contratada por grandes empresas del sector guerra, como Blackwater, Xe Services, Dyncorp, Halliburton y KBR, para operar en países conflagrados como Irak, Afganistán o donde existan crisis humanitarias que permiten disfrazar la intromisión extranjera como “ayuda”.

 

Sin gobierno formal desde hace dos décadas y tras ser invadida por EEUU y otras naciones desarrolladas que la despojaron de sus principales riquezas, Somalía sufre guerra, sequía y hambre. Desde que “los señores de la guerra” locales hicieron salir a los estadounidenses, los más diversos grupos armados libran una guerra civil en medio del caos político, la sed y el hambre.

 

Los medios, sin abandonar a los “piratas”, se concentran ahora en los nuevos malos, la milicia islámica radical Al Shabab, que suele aparecer como autora de atroces matanzas realmente perpetradas por las tropas regulares de la vecina Kenia, mostrando de paso que en muchas partes del mundo la guerra se está pareciendo demasiado al teatro. 

 

Funciones GAM de esta semana

 

La Muestra eligió seis piezas seleccionadas por un jurado en un concurso nacional en que compitieron 204 obras enviadas por autores de casi todo el país. «Somalía» se impuso en la categoría «dramaturgia joven».

 

Las demás obras de esta Muestra Nacional de Dramaturgia son “Las tentaciones de San Antonio”, de Tomás Henríquez y dirigida por Cristian Marambio; “El Grito de Odette”, de Camila Paris, dirigida por Andrés Hernández; “Taská”, de Eduardo Pavez,  dirigida por Jesús Urqueta; “Chicago-Nueva York”, de Sergio Gómez, dirigida por  Isidora Stevenson; y “Recuerdos de Cosas que Duelen”, de Alejandra Moffat y dirigida por Andrea Giadach. Todas las obras se representarán esta semana en GAM, del jueves 10 al sábado 12, a partir de las 20:00 horas. Entrada libre.

En Somalía trabajan los actores y actrices Álvaro Carmona, que también es el autor, Benjamín Westfall, Claudia Vergara, Claudio González, Eduardo Herrera, Gabriel Díaz, Gabriela Arroyo, Hugo Medina, José Luis Inostroza, Norma Ortiz, Oscar Hernández, Santiago Meneghello y Sebastián Layseca. Las obras serán llevadas después a Valparaíso, Puerto Montt y Antofagasta.

 

En la Muestra, dirigida por el dramaturgo Cristian Figueroa Acevedo, trabajaron 60 personas. Su director la describió como «una radiografía lo más cercana posible de la expresión dramática de nuestro tiempo y nuestro país. Una fotografía instantánea…”

 

La selección de las obras estuvo a cargo de la actriz Ana Reeves, el director Alberto Kurapel, la dramaturga Ana López Montaner, la autora Xaviera Carrera, el académico Roberto Matamala, el profesor Marcelo Sánchez y el director de la Muestra, Figueroa Acevedo.
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* Periodista y escritor.

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