Conciliación para la asfixia

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Néstor Francia *

– Honduras y la Cumbre de Tuxla.
– Zelaya: ¿nuevas tácticas para nuevas realidades?
– La doble apuesta de Micheletti.
– Los medios golpistas al lado de Uribe.

Hay que reconocer que los operadores del plan conciliador Obama-Clinton se están moviendo rápido y con posibilidades de éxito. La XI Cumbre del Grupo de Tuxla es un buen ejemplo de ello.

El encuentro, realizada en la localidad de Guanacaste, Costa Rica, reunió a un conjunto de presidentes donde dominan las visiones de derecha, a saber: Alvaro Uribe (Colombia), Felipe Calderón (México), Alvaro Colom (Guatemala), Mauricio Funes (El Salvador) y Ricardo Martinelli (Panamá). Daniel Ortega, ni tonto que fuera, declinó la invitación, pues se ha opuesto, igual que Chávez y los dirigentes populares hondureños, al Acuerdo de San José, una negociación que daría beligerancia a los golpistas y trataría de frenar una aspiración fundamental del pueblo de Honduras en esta etapa histórica: la Asamblea Nacional Constituyente.

En Guanacaste se anotó un éxito el mencionado plan, al recibir apoyo de esos mandatarios el Acuerdo de San José.

Hay que destacar la presencia en Guanacaste de otros dos invitados. Uno es José Miguel Insulza, que fue expresamente a apoyar la propuesta impulsada por Arias, el “mensajero” de Clinton, lo cual refuerza la idea de que ese plan está ganando fuerza. El otro es el Vicepresidente de Zelaya, Arístides Mejía, quien igualmente fue a respaldar la “vía negociada”.

Mejía afirmó: “Hemos apoyado la mediación y queremos que países amigos que son fuertes en Latinoamérica, como México, Argentina o Colombia, redoblen esfuerzos para lograr el objetivo”. En este caso habría que cortar menudo, pues una táctica de la gente de Zelaya puede ser aprovechar el acuerdo para garantizar una elección imparcial el mes de noviembre, evento donde es absolutamente previsible una victoria del candidato que apoye el presidente legítimo.

En política no siempre los caminos son rectos, muchas veces es necesario recorrer recovecos y atajos. La idea de la Asamblea Nacional Constituyente, aunque no pueda ser aplicada en este período presidencial, podría ser el leitmotiv principal de una candidatura zelayista y una fuerza moral movilizadora y organizadora del pueblo hondureño. En un contexto de victoria popular, la aspiración constituyente puede convertirse en una corriente imparable a partir de 2010.

Ponerse o salir del corsé

Tal vez Zelaya y su entorno estén sacando algunas cuentas, asumiendo que las posibilidades de que se imponga  una vía negociadora basada en el Acuerdo de San José han crecido en los últimos días. Por supuesto, si los golpistas aceptan finalmente el acuerdo, sería una victoria del trío Obama-Clinton-Arias, por lo que el pueblo de Honduras, que también sería relativamente victorioso al forzar con su resistencia el retorno de Zelaya a la presidencia, estaría en la obligación de plantearse nuevas tácticas ante la realidad, que esta por encima de todo dogma o idea preconcebida, y que obliga a los revolucionarios a actuar con flexibilidad y capacidad de adaptación.

No olvidemos que la realidad de la Honduras de hoy es muy diferente a la de Venezuela en abril de 2002. Nosotros teníamos ya un nivel de organización por las bases bastante avanzado, en comparación con el caso hondureño, y además un apoyo militar (es decir armado) notable, del cual carece el pueblo hondureño, al menos con relación a la fuerza militar chavista y a su ubicación en las cadenas de mando.

En resumen: el plan Obama-Clinton está ganando protagonismo y adeptos, y los dirigentes hondureños están obligados analizar esta realidad y a realizar movimientos tácticos que le permitan capitalizar los avances del pueblo de Honduras en organización, conciencia, movilización y combatividad.

En medio de todo esto, el gobierno de facto sigue tratando de ganar tiempo para llegar a las elecciones de noviembre, en la esperanza de que un nuevo gobierno, surgido de ese evento electoral, pueda ir revirtiendo la situación de aislamiento internacional. Esto tendría el apoyo de Estados Unidos, si es que fracasa el plan de San José. Ese es el sentido de la nueva propuesta de Micheletti en el sentido de un “diálogo interno” en Honduras.

El presidente golpista afirmó: “Este diálogo, esta comunicación efectiva, debe incluir a todas las partes de la sociedad civil: iglesias, gremios, grupos estudiantiles, asociaciones de empresarios, medios de comunicación, sindicatos, universidades”. Por supuesto, Micheletti excluye del todo a Zelaya, sin embargo sus declaraciones denotan que está sintiendo la presión ejercida, sobre todo, por sus jefes imperiales, señaladamente por el binomio Obama-Clinton. Por eso dijo creer “con toda firmeza que el diálogo de San José, en el cual el mediador es el ciudadano presidente de la República de Costa Rica, don Oscar Arias, es el mejor camino para alcanzar el consenso en Honduras”.

Sin duda Micheletti está jugando una doble apuesta: si se impone el Acuerdo de San José, él y sus acólitos no quedarían por fuera, y si no, podría ganar tiempo para correr la arruga hasta un gobierno surgido de unas elecciones amañadas pero que plantearían nuevos escenarios. No quiere perder por ningún lado.

Quinta columna confesa del belicismo uribista

El conflicto con Colombia como consecuencia de las provocaciones de la oligarquía colombiana para desviar la atención de la entrega de parte de su territorio para la instalación de bases gringas, así como para continuar la campaña de desprestigio contra la Revolución Bolivariana, ve moverse ahora a la diplomacia bogotana a fin de profundizar sus “denuncias”.

En ese sentido, ha estado activa la cancillería colombiana en la Cumbre de Tuxla. Entretanto, y como era de esperarse, los medios golpistas de Venezuela empiezan a cuadrarse con Colombia en su obsesión antichavista y su permanente sujeción a los planes imperiales.

El miércoles la página editorial de El Nacional fue una buena muestra de ello. La mancheta señaló: “Las armas suecas congelaron a Chávez”. Y la caricatura del tránsfuga Pedro León Zapata: “Las armas suecas disparan por la culata”. Y en los principales titulares de hoy, El Nacional: “Colombia acusa a 3 funcionarios de dar las armas a las FARC”, y El Universal: “Conflicto con Colombia encarecerá importaciones”.

Los pitiyanquis del patio no pierden tiempo para lamerle las botas a cualquiera que ataque a nuestra revolución, ni para continuar con el afán mediático de promover el golpismo contra Chávez. Es una historia de nunca acabar, o de solo acabar profundizando la revolución hasta la desaparición política y total de estos desvergonzados.

* Analista político.

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