El Imperio at(r)aca (Análisis del Libro Blanco del Comando Aéreo de EEUU)
Andrés Sal.lari
Atracar es un término que se utiliza en naútica para denotar que una embarcación ha llegado a tierra o se ha arrimado a otras. Atracar también se usa para referirse a un robo, a una golpiza o a una estafa. Atacar no necesita demás aclaraciones. Mucho se hablado -pero poco se ha dicho- del famoso Libro Blanco que Hugo Chávez puso sobre la mesa en la última Cumbre Extraordinaria de la Unasur en Bariloche, con el objetivo de demostrar las intenciones imperialistas de las bases estadounidenses en Colombia.
Me pareció oportuno conceptualizar a este documento que será analizado en esta nota, mediante este triple parámetro incluido en las definiciones de ataque y atraque.
Ataque porque las bases sirven como plataformas de agresión para conflictos en distintas partes del mundo. Atraque porque pareciera una figura combinada que sirve para graficar la forma en la que Estados Unidos “desembarca” en muchos países, con todos los atraques que ello trae aparejado.
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, este Libro Blanco es un documento de las Fuerzas Aéreas donde se evalúan única y exclusivamente las opciones de transporte y escalas en todo el mundo.
El Libro Blanco del Comando Aéreo de Estados Unidos (Global En Route Strategy), de la Universidad de la Fuerza Aérea estadunidense, es "tan sólo un documento académico" como tantos otros a disposición del ministerio de Defensa, explicó la portavoz, Maureen Schumann, vía telefónica a la agencia AFP.
En internet puede rastrearse que un Libro Blanco es un documento oficial publicado por un gobierno o una organización internacional, a fin de servir de informe o guía
sobre algún problema y cómo enfrentarlo. Esta definición desmiente las afirmaciones provenientes de Washington.
Pero fuera de esto y pese a estos buenos intentos por lavar la cara del citado texto, los hechos demostrarán que es insignificante si el documento es oficial o no para la administración de Barack Obama.
Son los datos empíricos los que evidenciarán que lo volcado en ese informe responde a la estrategia militar de Estados Unidos en todo el mundo, por encima de las declaraciones políticas que puedan realizar voceros gubernamentales a los propios protagonistas del gobierno de Barack Obama.
Inicio
Entre las primeras líneas del documento se proponen 3 rutas para abastecer a los aviones de combate en el Atlántico y 2 rutas para el pacífico. Comenzamos a entrar en calor al aclarar que estamos hablando de escenarios de guerra globales en donde se planea la mejor forma de abastecer aviones de combate.
El Libro Blanco divide las localidades o bases de apoyo que se utilizarán para tal efecto en 3 niveles, siendo el 1 el de mayor desarrollo y el 3 el de menor. Al nivel 1 lo describe de la siguiente manera: “Posee capacidades de mantenimiento importantes en instalaciones aeroportuarias con servicio completo de distribución en cubo y rayos (puede incluir operaciones de trasbordo y manejo eficiente de pasajeros).”
La infraestructura actual
Un concepto interesante lo podemos descubrir en la sección de antecedentes, donde se afirma que “tanto en los teatros del Pacífico como de Europa, la infraestructura que se obtuvo al final de los armisticios representa la espina dorsal de nuestra infraestructura de apoyo casi 70 años después.”
Esto significa que estos militares reconocen la importancia que tuvo la Segunda Guerra Mundial para desarrollar el esquema ofensivo que hoy poseen, y nos hace reflexionar acerca de la conveniencia que para EEUU tiene generar nuevos escenarios de guerra en los que puedan establecerse nuevas bases una vez que el conflicto particular hubiera finalizado.
Se entiende también que si los Estados Unidos mantienen y valoran las bases que pudieron establecer hace 70 años en Japón y Europa (por poner dos ejemplos destacados), mantendrá, valorará y no abandonará los nuevos establecimientos en Irak ó Afganistán (o en cualquier punto del globo).
Más adelante: “Un estudio denominado ‘Estudio de Requerimientos de Movilidad de 1995-Revisión Completa’, establece la necesidad de poseer 6 bases en Europa y lamenta la perdida operacional de las bases de Torrejón y Zaragoza en España. El estudio es avalado por la Fuerza Aérea Estadounidense en Europa (USAFE, siglas en inglés).”
Aquí aparecen dos elementos, primero que Estados Unidos siente el costo de perder una base sea en el país que fuere. Segundo, la existencia misma de la Fuerza Aérea Estadounidense en Europa, una sola de las patas que evidencia el despliegue imperial de EEUU.
De allí hasta el final del documento, Ud. se podrá topar con las siguientes dependencias militares (sólo mencionamos las que aparecen en el Libro Blanco, la infraestructura total de EEUU merecería un estudio aparte):
1- Comando de Movilidad Aérea (AMC)
2- Ejército Estadounidense en Europa (USAEUR)
3- Comando de Transporte de Estados Unidos (USTRANSCOM)
4- Comando Europeo de Estados Unidos (USEUCOM)
5- Comité de Dirección de la Infraestructura de Tránsito Europeo (EERISC).
6- Comité Directivo de Infraestructura de Tránsito del Pacífico (PEERISC)
7- Comando Estadounidense en África (USAFRICOM)
8- Comando Estadounidense del Pacífico (USPACOM)
9- Escuadrón Expedicionario de Movilidad Aérea (EAMS)
10- Comando Central de los Estados Unidos (USCENTCOM)
11- Comando Sur (USSOUTHCOM)
12- Fuerza Aérea Estadounidense en Europa (USAFE)
Son 12 superestructuras militares destinadas a todos los rincones del globo.
¿Qué dirían los grandes medios de comunicación si Hugo Chávez decidiera crear instancias similares desde Venezuela?
Llama la atención la alarma que causan ciertas adquisiciones militares de Brasil o Venezuela, mientras la existencia de una superestructura militar como esta, pasa totalmente desapercibida ante la opinión pública.
Estos datos que aparecen en el Libro Blanco son dependencias concretas que evidencian un poder de dominación imperial, eso existe, está ahí, resulta insignificante pensar en si parte de un documento oficial o no, y los hechos demuestran que forman parte de una política estructural estadounidense que se mantiene desde por lo menos el fin de la Segunda Guerra Mundial, por lo que ni Obama ni ningún otro presidente tiene potestad para ponerle freno.
Estrategia para África
“En 2005 la Estrategia Militar Nacional estableció a África como una quinta región de vanguardia, lo cual requerirá capacidad de movilidad significativa para apoyar la aplicación de la Estrategia Militar Nacional (que se enmarca en la guerra global contra el terrorismo).”
Aquí aparece África como escenario de guerra, y se afirma la necesidad de reforzar la presencia en ese teatro de operaciones.
Para que no queden dudas sobre la estrategia global de guerra en la que está inmersa la principal potencia mundial, el último párrafo del apartado de antecedentes reza lo siguiente: “En la actualidad, la Estrategia de Seguridad Nacional (NSS) y la Estrategia de Defensa Nacional (SDN) hacen hincapié en el carácter global de nuestros compromisos y obligaciones. Con este fin, la SDN establece que ‘Estados Unidos requiere libertad de acción en las zonas comunes globales y acceso estratégico a regiones importantes del mundo para satisfacer nuestras necesidades de seguridad nacional’. Por ende, una estrategia de movilidad aérea debe ser capaz de brindar acceso a la nación a las regiones importantes del mundo desde el punto de vista estratégico.”
Al terminar de leer estas aseveraciones se concluye que ningún punto del globo escapa a esta estrategia militar, por lo que las 7 bases que EEUU podrá utilizar en Colombia bajo ningún punto pueden excluirse como puntos de lanzamiento para ser utilizados en un conflicto potencial que acontezca en la región o en sus áreas de influencia (principalmente África). Se resalta: “Estados Unidos requiere libertad de acción en las zona comunes globales”.
Más sobre África: “Campo Lemonier, Djibouti, es la única infraestructura permanente en el continente africano prevista por esta estrategia, razón por la cual su importancia no puede exagerarse. De todas las localidades en la ruta sur Djibouti constituye el único punto con la mayor cobertura. Si se utiliza la autonomía del C17 punto a punto de 3.500 millas náuticas es posible tener acceso a todo el continente. Para establecer una capacidad de Nivel 3, como la deseamos, habría que tener una rampa de parqueo más grande y mayores capacidades para manejo de carga.”
Se refuerza el concepto de una fuerte ampliación de la estructura militar en ese continente.
Otro dato, Djibouti es una pequeña nación ubicada entre Somalia y Etiopía. El pasado 14 de septiembre Estados Unidos asesinó mediante un “ataque selectivo” a un supuesto líder de Al Qaeda en Somalia. Luego de atacar con un misil su vehículo, comandos especiales invadieron el territorio para secuestrar el cadáver de la víctima y los de sus acompañantes.
No se informó de dónde habían partido esos comandos, pero no debería extrañar que lo haya hecho de Campo Lemonier, Djibouti.
Inversión en bases
Vamos al punto 3 del documento, “requerimientos de la estrategia”, donde podemos leer que “el criterio para determinar si una localidad puede ser considerada como apoyo de desplazamiento estratégico debería ser si la Oficina del Secretario de Defensa (OSD por sus siglas en inglés) (agente ejecutivo de la USAF) estaría dispuesto a comprometer fondos de construcción militar (MILCON) o financiamiento de nación receptora para la infraestructura de movilidad. La asignación de estos fondos indicaría un compromiso de largo plazo con la misión de movilidad en dicha localidad.”
Aquí no queda claro si el compromiso mencionado se refiere a EEUU o a la nación receptora. En cualquier caso, o Estados Unidos reafirma sus compromisos invirtiendo en bases en el extranjero, o está evaluando el compromiso de terceras naciones en base a si invierten en bases estadounidenses en sus propios territorios.
Esto es lo que ocurre en Japón, donde su gobierno está invirtiendo una suma millonaria para modernizar una base estadounidense, según podrá observar más adelante en este mismo texto.
Si el punto correcto de análisis es el anterior y la inversión estadounidense evidencia el nivel de compromiso con el proyecto exterior, se puede citar el ejemplo de la base de Palanquero en Colombia, donde EEUU acaba de anunciar que invertirá más de 40 millones de dólares para mejorar sus condiciones, lo que evidentemente indica que llegaron para quedarse.
Cualquiera de las dos líneas de análisis es preocupante.
No hay ninguna duda de que la infraestructura existente se mantendrá: “Se hará todo lo necesario para maximizar la infraestructura existente dentro de la estrategia. Es decir, en la medida en que la infraestructura existente se ajuste a la nueva estrategia, se utilizará al máximo.”
“La estrategia debería maximizar la cobertura global al tiempo que se concentra en las áreas de preocupación”.
La guerra global contra el terrorismo
El punto 2 del documento, “justificación de una nueva estrategia”, establece que “los eventos del 11 de septiembre de 2001 que desembocaron en la guerra global contra el terrorismo, han alterado drásticamente nuestra capacidad militar en formas no previstas en 1998”.
Si anteriormente se destacó cuán conveniente resultó ser la Segunda Guerra Mundial para la estrategia imperial, aquí cabe el mismo razonamiento para con los ataques del 11 de septiembre. Ya se ha dicho muchas veces -pero al leer este documento salta otra vez- que con los ataques a las Torres Gemelas, Estados Unidos recuperó una hipótesis de conflicto que había quedado vacía tras el fin de la Guerra Fría.
Se refuerza este análisis con estas líneas en las que queda establecido que la “evolución del espacio de batalla (desde la configuración contigua y lineal de la Guerra Fría, al paradigma no lineal y no contiguo) el cual va a ser mucho más exigente en cuanto a movilidad aérea para el despliegue, suministro y redespliegue.”
Si después de la Guerra Fría no hubieran aparecido los terroristas, ¿a qué hubiéran adaptado sus estrategias? ¿Cómo justificarían semejante despliegue de bases?
“La guerra mundial contra el terrorismo (GWOT) pone en tela de juicio la validez del actual tamaño y alineación del sistema de movilidad de apoyo en tránsito. La realineación de las fuerzas estadounidenses fuera de Corea y Japón obligará a cambiar los Planes Operativos (OPLANS) y los planes de contingencia (CONPLANS), aumentando significativamente el papel de Guam en el área de responsabilidad del Comando Estadounidense del Pacífico (USPACOM).”
Ni una línea acerca de la posibilidad de abandonar las bases de Japón (sólo en la pequeña isla de Okinawa hay 37 bases estadounidenses) que se establecieron hace 70 años cuando Estados Unidos derrotó allí al imperio japonés. Como el terrorismo está en todos lados, entonces debemos mantenernos en todos lados, pues ningún rincón del mundo está a salvo.
En el punto 4, “panorama estratégico”, se va a resaltar una vez más la estrategia global de estos planes, al enterarnos que los resultados de un estudio sugerido en el propio Libro Blanco “servirán de base para una estrategia que nos permita brindar apoyo de transporte, ya sea aéreo, terrestre o marítimo, en cualquier parte del globo.”
Pocos renglones más adelante, agrega que “la meta última de la estrategia es el acceso global y que áreas estratégicas como el suroeste asiático, Corea, África, Eurasia e Indonesia se definen como zonas continuas de hostilidad o inestabilidad.”
Cuesta entender que todo el globo sea una amenaza permanente para un solo país. No parece que el suroeste asiático, Corea, África, Eurasia e Indonesia puedan ser una amenaza, por ejemplo, para México. Tal vez sea porque México no tiene planes de dominación para con terceros países.
A lo mejor sólo conviene pensar que esos países sean amenazantes para EEUU, porque es la única manera de justificar semejante despliegue militar.
Más adelante en el punto 5, “supuestos de la estrategia”, se afirma que “el panorama político global en el 2025 será similar al de hoy día y que no habrá cambio significativo en las restricciones de sobrevuelo.”
Los militares no hacen nada más que consideraciones militares, también tienen sus gabinetes de análisis político, por eso si se operan cambios en cualquier lugar del mundo, y esos cambios van en desmedro de las prioridades de seguridad nacional estadounidenses, esos gobiernos deben ser subvertidos.
La soberanía europea
En el punto 15, “cambios en las localidades”, establece que “gran parte de esta estrategia utiliza la infraestructura existente en su configuración actual, sin embargo, la estrategia recomienda mejoras y reducciones en todo el globo.”
Llama la atención que nombre la palabra “reducciones” cuando en ninguna parte del texto se sugiere la cancelación de ninguna de las bases existentes, todo lo contrario, en el punto 17, “las claves del éxito”, nos explica que “entre las lecciones aprendidas con el paso de los años tenemos que si las localizaciones no se utilizan se pierden, ya sea por reducciones presupuestarias o por decisiones de los países anfitriones. Un ejemplo de esto es el cierre de la base aérea de Zaragoza, España, en 1996 por la Fuerza Aérea Estadounidense en Europa para cumplir con restricciones presupuestarias, y la decisión española el mismo año de negar acceso a Estados Unidos a la base aérea de Torrejón. Si no distribuimos nuestro flujo en todas las localizaciones de tránsito y a consecuencia de ello perdemos acceso a éstas, habremos entorpecido nuestra capacidad de operar y habremos incumplido con lo que la defensa nacional espera de nosotros.”
¿De qué reducciones nos está hablando entonces si dice que las lecciones indican que no hay que dejar de operar en ninguna de las bases para no perderlas por reducciones presupuestarias?
Este concepto reafirma además que los militares estadounidenses no tienen intención de abandonar nunca sus bases establecidas. Y una vez más, no lo reafirma el concepto, lo reafirman los hechos. Las bases que EEUU montó al finalizar la Segunda Guerra Mundial (1945) siguen existiendo y los propios voceros de Obama se niegan a entablar cualquier negociación al respecto.
Vamos a ver ahora las propuestas del Libro Blanco para “reducir” su infraestructura militar repartida por todo el mundo
-Reducir Mildenhall a localidad de Nivel 3.
-Establecer Bagram, Afganistán, como localidad Nivel 3; apoyar los planes de USCENTCOM para expansión de la rampa de transporte aéreo estratégico e infraestructura permanente.
-Ampliar la infraestructura de rampa y de combustibles en la Isla Ascensión.
-Invertir en infraestructura permanente en AlUdeid.
-Ampliar la rampa y establecer infraestructura permanente en Djibouti como localidad de Nivel 3.
-Mejorar la capacidad de mantenimiento en Rota para aumentar su capacidad a Nivel 1.
-Establecer capacidad de Nivel 2 en Sigonella.
-Construir una rampa capaz de recibir aviones de cuerpo ancho en Souda Bay.
-Establecer capacidad expedicionaria en Papa, Hungría.
-Levantar infraestructura de Nivel 2 en Iwakuni ampliando la rampa de transporte aéreo y la capacidad de manejo de material pero sin suministrar el personal que caracteriza las capacidades del Nivel 2 (similar a Elmendorf).
-Establecer capacidad Nivel 3 en UTaphao.
-Establecer acceso y capacidad expedicionaria en Saipan.”
Reflexión final:
Siempre que escuchamos la palabra imperio, nos quieren hacer creer que ese concepto parte de una concepción ideologizada de lo que es Estados Unidos.
Ustedes acaban de leer información y análisis acerca de lo que es militarmente Estados Unidos. Elimine todos los conceptos del análisis y remítase a la información y a los hechos.
Admita al argumento de la administración de Obama. El Libro Blanco no es un documento oficial (aunque soslayar esta posibilidad es una ingenuidad inaceptable). Fuera de todos esto puntos, todavía existen las bases que están allí, no se las inventó ningún comunista ni ningún terrorista.
En 2008, EEUU tenía 865 instalaciones militares en más de 40 países. Se calculan más de 190 mil soldados en más de 46 países. Y un vocero de Obama (volvemos a destacar) ni siquiera está dispuesto la cancelación de una sola de ellas.
¿Por qué no se incluye en la legislación internacional que ningún país pueda establecerse militarmente en otro territorio? Sería un concepto que complementa la línea de soberanía, autodeterminación de los pueblos y no injerencia en los asuntos externos.
Podría seguirse el ejemplo de las constituciones de Bolivia y Ecuador, que en la práctica representan una vanguardia jurídica, al establecer la prohibición de bases extranjeras en sus territorios. Hacia ese punto se debiera avanzar si existiera una voluntad verdaderamente democrática, no imperialista y en dirección de construir un mundo pacífico.
De otro modo podríamos sugerir que esos 46 países instalen sus bases militares en Estados Unidos, si en definitiva estamos en un mundo de iguales. A ver si eso le parece democrático al Pentágono. Todos estos datos evidencian la existencia de un verdadero imperio fuera de cualquier ideologización.
Es indispensable también preguntarse quién gobierna Estados Unidos, porque Obama acaba de declarar en contra del intervencionismo, mientras uno de sus voceros (destacamos por enésima vez) niega la posibilidad de negociar el retiro de una base y Washington anuncia la inversión de más de 40 millones de dólares para Palanquero.
Chávez ha denunciado la existencia de dos facetas en la personalidad del Presidente afroamericano y le ha solicitado que se defina.
Fuera de cualquier posibilidad acerca de las buenas o malas intenciones de Obama, es evidente que ningún presidente estadounidense está en capacidad de cuestionar está política imperial. Lo cierto es que las bases se amplían desde hace 70 años y seguirán expandiéndose mientras al imperio no se le hagan insostenibles políticamente.
Y esta aseveración dispara la última reflexión. Para instalar y mantener este verdadero imperio militar a nombre de la democracia existe un engranaje cultural que lo oculta y en el mejor de los casos lo justifica. Pero abrumadoramente lo oculta, ni siquiera el autor de esta nota, era plenamente consciente de lo que significaba este desarrollo militar.
No era consciente porque nunca tuve acceso a esa información, y soy un trabajador de la información. Imagínense la indefensión de un lector promedio, asediado por medios de comunicación que no tienen la más mínima intención de que todo esto trascienda.
Ahora puedo escribir un informe como este y enterarme de muchas cosas.¿Pero cuánta gente podrá enterarse de esto tal como lo hice yo? Puedo publicarlo en Surysur y mucha gente lo leerá. Saldrá en otros sitios y quienes consumen información alternativa podrán leerlo.
Pero la comunicación masiva la dominan New York Times, CNN, El País, Clarín, El Tiempo y otros como ellos, en los que un informe como este jamás encontrará un espacio de difusión. Ellos (el imperio) dominan la escena cultural y saben como disputar esa batalla, además de bases militares, han desarrollado todas esas bases culturales para lograr afianzar su sistema de dominación.
Como comunicador, soy consciente de que para que esas bases militares estadounidenses expandidas por todo el mundo se transformen en insostenibles (como ellos mismos dicen), una de las tareas fundamentales es que desarrollemos bases culturales (principalemente medios de comunicación) que le permitan al ciudadano común estar al tanto de lo que realmente ocurre en el mundo.
Cuando el imperio pierda la batalla cultural, sus guerras y sus bases serán “insostenibles” y se desmoronará. Es una guerra tremendamente desigual, pero la confrontación existe.La confirmación de este hecho, es que usted haya podido leer esto que acabo de escribir
*Periodista argentino residente en Bolivia