En Rosario, Argentina – SOLIDARIDAD Y DENUNCIA DE LA TORTURA

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Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

En 2004 Karina participó de la ocupación de una empresa petrolera en Las Heras, Santa Cruz, al sur de la Patagonia, organizada por la Coordinadora de Desocupados Solidaridad, reclamando la obtención de 65 puestos de trabajo. Por eso fue encarcelada, y debido a las torturas que sufrió en la comisaría perdió un embarazo de cuatro meses.

Como toda historia, la del pueblo tiene un marco. En los años 1999-2000 Las Heras fue una las ciudades que estuvieron a punto de desaparecer debido a los despidos masivos; se rebelo con medidas de cortes de ruta y toma de plantas de almacenaje; fueron los primeros en la región que lograron incorporar desocupados al petróleo. Era tal la magnitud dramática de la lucha que una vez el intendente de la ciudad tomo una planta de REPSOL. En 2002 en un corte de ruta fueron atropelladas ex profeso 12 personas.

Karina Sauco se integra a la lucha por una razón: la sobrevivencia no es un asunto personal, es un asunto de todos. Ella estuvo cuando empleados –o sicarios– de una petrolera embistieron en 2002 a 12 de los que protestaban. Los primeros movimientos estuvieron formados en en 70 por ciento por mujeres.

En noviembre de 2004 la Coordinadora tomó la planta Oil M&S para hacer cumplir un acta firmada por la cual la empresa se había comprometido en emplear a personas La noche del 30 la gendarmería reprimió. 10 fueron presos, el resto logró huir ayudados por los vecinos. Mientras tanto, más de mil personas se manifestaron para que se detenga la represión. El 31 se emitieron órdenes de captura y allanamiento, entre otros para Claudio Bustos, compañero de vida de Karina. Él y ella fueron llevados a la comisaría.

Allí la separaron de los varones y la llevaron a la cocina. Le ataron de manos y pies y un oficial de apellido Volquez la golpeó con inusitada ferocidad. Después le hundió un bastón en el vientre, haciéndome perder mi embarazo. Cuanta Sauco: «Al otro día me operó el director del hospital, doctor Sarmiento, que se negó a darme un informe sobre las lesiones».

«Cuando me dieron el alta fuimos a Pico Truncado para hacer la denuncia, pero no me la tomaron. Después a Comodoro Rivadavia, pero el juez se declaró incompetente. Entonces con Claudio decidimos venir a Buenos Aires, porque no teníamos ni abogado defensor. Desde entonces mi casa que tenía en comodato, fue ocupada por orden del intendente Martinelli».

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