«Juan Agustín Figueroa es un perfil incompatible con la Fundación Neruda»

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En Ñuñoa, Santiago de Chile, Jaime Valdivieso habla de Neruda y —ante la solicitud de exhumación presentada por el Partido Comunista como parte de las diligencias para investigar la causa de su deceso— considera: “Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta”.| MARIO CASASÚS.*

 

Sobre Neruda dice: “Lo conocí una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío. Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana.

 

«Por supuesto que todo eso me impresionó mucho. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros”.

 

Autor de: El muchacho (1958); Tornillito y otros cuentos.(1961); Un asalto a la tradición (1962); La condena de todos (1965); País sin nombre (1969);  Realidad y ficción en Latinoamérica (1975); Bajo el signo de Orfeo (1980); Las máscaras del Ruiseñor (1982); País de la ausencia (1987); Chile: un mito y su ruptura (1989); Centro de gravedad (1989); Violencia de los animales (1991); Voces de alarma (FCE, 1992); El espejo y la palabra (1997); Escritura encadenada (1999); Señores y Ovejas Negras (Lom, 2000) y Ventajas de la tortuga (2002), entre otros libros.

 

El escritor y poeta oriundo de Valparaíso, vivió fragmentos de exilio en Temixco, a unos pasos de Cuernavaca, la ciudad mexicana emblemática en la vida de Neruda. Años después de regresar a Chile, fue invitado al directorio de la revista Cuadernos de la Fundación Neruda, sin embargo renunció cuando censuraron su ensayo La poesía mapuche como resistencia.

 

Argumentaron que el presidente de la Fundación Neruda había sufrido un atentado contra su fundo en Temuco, supuestamente perpetrado por dos lonkos de Traiguén, y por esa razón no podían reivindicar la poesía mapuche (¡sic!). En opinión de Jaime Valdivieso: “Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos”.

 

—¿Cuándo conoció a Neruda?
—Conocí la poesía de Neruda en un hospital donde me mejoraba de una leve tuberculosis en la montaña, allá por el año 1952 o 1953. Me impresionó mucho por supuesto, se trataba de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada (publicado en1924).

 

«Luego lo conocí, años más tarde, una noche en casa de Volodia Teitelboim. Y poco después lo fui a ver a La Chascona donde estaba en cama con un resfrío. Se hallaba en cama como quien está en una barca, pues de allí miraba una cascada que caía frente a su ventana. Por supuesto que todo eso me impresionó mucho.

 

«Recuerdo que en una larga conversación junto a su cama me habló de que una revista lo comparaba con Jorge Luis Borges. “¿Qué tengo yo que ver con Borges?”, me dijo, y seguimos conversando. Tenía en su cama una serie de libros sobre pájaros. También me habló de la importancia para un escritor que era conocer su tierra».

 

—¿Recuerda dónde estaba al recibir la noticia de la muerte de Neruda?
—Estaba en Texas, impartía una cátedra de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Houston.

 

—¿Aumentó el interés de sus estudiantes sobre Neruda durante los años del exilio mexicano?
—Sí, en México me preguntaban mucho en los talleres que hice en el norte, en Sonora y Laredo.

 

—¿Cuál es su conclusión sobre la denuncia del presunto asesinato de Neruda y la posible exhumación?
—Creo que es muy posible que lo hayan asesinado en la Clínica Santa María, por el odio de la dictadura y del propio Pinochet contra el poeta.

 

—¿Qué objetivos debería cumplir la Fundación Neruda?, ¿cuál era la última voluntad del poeta?
—Su objetivo era formar poetas con espíritu chileno y Latinoamericano, de hermandad entre los países con culturas originarias y mestizos, como somos los chilenos con nuestro mestizaje con los mapuches.

 

—¿Estudió la iniciativa de Neruda para fundar la Universidad Mapuche?
—No, desgraciadamente no la estudié, pero algo supe de su intención.

 

—¿Conversó con el poeta Elikura Chihuailaf sobre la influencia de la cosmogonía mapuche en Neruda?
—Específicamente no conversé ese punto, pero sabía que Elikura conocía la posición y admiración de Neruda sobre el pueblo mapuche.

 

—¿Quién lo invitó a colaborar en el directorio de la revista “Cuadernos” de la Fundación Neruda?
—Me invitó Aída Figueroa, la hermana del presidente de la Fundación Neruda, y acepté porque me pareció que podía hacer una labor patriótica, ya que yo había sido junto con Elikura Chihuailaf el organizador del Primer Encuentro entre poetas chilenos y mapuches en Temuco, el año 1994.

 

…En 2001, renunció al directorio de “Cuadernos” porque censuraron su ensayo: “La poesía mapuche como resistencia”. ¿Era incompatible el perfil editorial de la revista con la vida personal de J. A. Figueroa?
—Era incompatible, pues él tiene tierras en la zona y según dijo los mapuches le habían quemado un galpón y con ese pretexto aplicó la Ley Antiterrorista.

 

—Se distanció de Volodia Teitelboim ante el nulo respaldo en el caso de la revista “Cuadernos”. ¿A qué atribuye la lealtad de algunos intelectuales con la Fundación Neruda?
—Sí, me distancié de Volodia y de la Fundación Neruda hasta el día de hoy. Creo que la lealtad de algunos intelectuales se debe a razones personales. Yo en eso no los critico.

 

—Finalmente, después de retirarse de la revista “Cuadernos”, quedaron en evidencia las irregularidades financieras e incongruencias políticas de la Fundación Neruda. ¿Renunció justo a tiempo?, ¿cómo mira las cosas a la distancia?
—No pude haberlo hecho mejor. Desgraciadamente Juan Agustín Figueroa no era la persona más adecuada para dirigir la Fundación Neruda, ni por su formación cultural, ni por sus intereses económicos.
——

En www.elclarin.cl —se publica aquí por gentileza del autor.

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1 comentario
  1. alvaro leiva dice

    Bueno sería hacer una recolección de firmas de escritores a nivel internacional y nacional. Es un gesto inicial, las historias como estas se recopilan y pueden servir de funa a este usurpador de la memoria de las letras universales.
    Alvaro Leiva, poeta

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