La cultura en tiempos de la peste en Chile

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Entre el 4 y 9 de noviembre, en Valparaíso, en plena primavera austral y a 110 kilómetros de Santiago, se efectuó la décima versión del Festival que organiza la “Fundación Puerto de Ideas”. Desde el año 2010 el encuentro se realiza bajo la dirección de su presidenta, la gestora cultural Chantal Signorio, quien se inspiró en los grandes festivales de poesía, filosofía y arte que se realizan en la tierra de sus ancestros, Italia.

De esta manera dio vida a lo que ha pasado a ser un verdadero referente para los castigados espacios culturales de Chile, por la pandemia, las consecuencias del estallido social de 2019 y la poca relevancia que le otorga la coalición de derecha, que encabeza Sebastián Piñera, quien ha reducido el presupuesto anual del ministerio de Cultura, a solo un 0,34% del PIB. En tiempos normales el festival se realiza también, de manera presencial, en el puerto de Antofagasta, a más de 1.300 kilómetros al norte de la capital chilena, pero las circunstancias de la peste que atraviesa el planeta lo han reducido a la versión digital.

Puerto de Ideas es un espacio donde grandes temas de la realidad contemporánea son abordados de manera multidisciplinaria por destacadas personalidades de la comunidad cienLa cultura en tiempos de la peste en Chile. Por Fernando Ayalatífica, artística, literaria y académica, compartiendo con un público ávido de escuchar y aprender. Almudena Grandes, Julia Kristeva, Carlo Ginzburg, Salvatore Settis o el inolvidable Luis Sepúlveda, han participado en versiones anteriores, junto a intelectuales y artistas nacionales, asistiendo a conversaciones y discusiones con jóvenes, llenando las salas y centros culturales donde se realizan los debates.

Este año, fueron sesiones online, inauguradas por el Premio Nacional de Literatura 2020, Elicura Chihuailaf, donde participaron de manera digital, entre otras personalidades, Salman Rushdie y los premios Nobel de Medicina 2017, Michael Rosbash y de Economía 2001, Joseph Stiglitz.

Este último efectuó una sombría presentación donde señaló que “no habrá recuperación económica hasta que no salgamos de la pandemia”, agregando que la segunda ola de contagios será peor que la primera, lo que hará más difícil volver a los niveles de crecimiento. Fue seguramente una advertencia de lo que se está viviendo en el hemisferio norte y que podría llegar a este lado del mundo, una vez que concluya la temporada estival en marzo de 2021.

Este año, la programación Puerto de Ideas 2020, incluyó también la narración musicalizada de una las últimas obras de Luis Sepúlveda, “Un perro llamado Leal”. Puesta en escena por la compañía Teatro del Canto, que dirige María Izquierdo, esta novela para jóvenes refleja la universalización del conflicto de los pueblos indígenas con la cultura occidental, que golpea fuerte a muchos países de la región incluyendo Chile.

Puerto de Ideas, con su música, arte, filosofía, ciencia, documentales y conferencias que reúnen a miles de personas ha contribuido a que Valparaíso, una ciudad en muchos aspectos abandonada, se convierta en un atractivo centro de atención cultural. Es uno de los principales puertos de la costa pacífica del continente americano, cuenta con un bello patrimonio arquitectónico junto a la magia de sus cerros, ascensores, grafitis, la casa-museo de Pablo Neruda y una rica vida nocturna, bohemia, por la que han transitados las glorias artísticas y literarias nacionales. En la historia de la ciudad abundan las anécdotas de personajes como Charles Darwin o del mismo Neruda.

La ciudad conoció su época de oro antes de la apertura del canal de Panamá, en 1914. Hasta ese año, junto a San Francisco, eran los principales puertos por donde transitaban el comercio y los inmigrantes desde el océano Atlántico al Pacífico, a través del Estrecho de Magallanes. Ingleses, franceses, italianos, austríacos, alemanes, chinos, árabes fueron poblando el sur del continente quedando una importante colonia italiana, especialmente de la Liguria, anclados en Valparaíso.Malecón de Valparaíso, ca. 1900

Ante la incertidumbre actual del planeta, atravesado por crisis que no sabemos cómo terminarán o cómo nos afectarán, tales como las pandemias y el calentamiento global, las personas y en especial los jóvenes buscan respuestas. La ciencia ha hablado claro al respecto, pero es la política la que gobierna, atrapada a su vez por múltiples intereses y visiones de corto plazo. Esta deberá responder a ciudadanos cada vez más exigentes, que al parecer ya no quieren esperar, sino ver acciones concretas. La humanidad ha observado demasiado tiempo mientras la pobreza, el hambre, las guerras, la discriminación y la producción de armas de destrucción siguen creciendo.

Repensar el mundo pasó a ser tarea de todos y en especial de las nuevas generaciones. Ya no se trata de la búsqueda de la utopía revolucionaria, sino del poder ciudadano que desea que los gobiernos hagan las tareas para las han sido elegidos. Encuentros como lo que organiza la Fundación Puerto de Ideas, junto con realzar la importancia y trascendencia de la cultura, nos permiten al menos renovar la esperanza de que hay gente talentosa pensando y acercando a las personas a los grandes problemas actuales. Ello nos da la oportunidad de escuchar y debatir respecto al futuro que nos espera.

*Economista de la Universidad de Zagreb en Croacia y Máster en Ciencia Política de la Universidad Católica de Chile. Exembajador, actualmente es Subdirector de Desarrollo Estratégico de la Universidad de Chile.

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