Las guerras del coltán y China

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El coltán es un mineral compuesto de otros dos: niobio y óxido de tantalio. Es una rara mezcla que se da en lugares muy determinados, especialmente en la República Democrática del Congo que cuenta con el 80% de las reservas a nivel mundial. También se encuentra en Brasil y Sierra Leona que tienen un 15% de las reservas entre ambos países. El resto está más esparcido por el mundo.| EDUARDO OLIER.*

 

Se trata de un elemento esencial en la fabricación de aparatos electrónicos: teléfonos móviles, pantallas de plasma, equipos de satélites, etc. Sobre todo porque con este mineral se elabora un dispositivo electrónico muy usado en los modernos aparatos electrónicos antes indicados. Se trata de los condensadores electrolíticos de tecnología SMD. Una tecnología de gran fiabilidad, lo que les hace muy aptos para este tipo de aplicaciones, aunque sea más cara que la tecnología tradicional.

 

Las guerras por el coltán no son nuevas. Ya desde hace años se han escrito completos informes sobre este tema. Este es uno de ellos: European Companies and the Coltan Trade: An Update (en castellano puede leerse una referencia , donde también se encuentran los enlaces al original y su puesta al día, en inglés, formato pdf).

 

Estos informes muestran, desgraciadamente, como las constantes guerras en la República Democrática del Congo (RDC) tienen mucho que ver con sus recursos naturales, especialmente con el coltán. Donde siempre aparecen ciertas empresas de origen europeo.

 

Millones de congoleños han muerto por esta causa desde la segunda guerra del Congo iniciada en 1998. En el informe que comentamos, y que hace referencia a otro informe de las Naciones Unidas: Report of the Panel of Experts on the Illegal Exploitation of Natural Resources and Other Forms of Wealth of the Democratic Republic of the Congo () donde se explica con detalle un número de empresas europeas que participan en estas actividades y que han tenido mucho que ver con el mantenimiento económico de los rebeldes ruandeses para facilitar su comercio de coltán.

 

Ahí aparecen las empresas belgas Sogecom Sprl, Sogem Unicore, o la alemana Masungiro GmbH, las actividades del suizo Chris Huber o la joint-venture holandesa y americana, Eagle Wins Resources. En un circuito que va desde la explotación minera hasta los fabricantes de tecnología.
Pero ahí no queda todo. Este problema ha abierto, a su vez, un conflicto entre americanos y europeos por el control de este mineral como indica este análisis de la AEGE ( ver aquí). Un enfrentamiento que tiene un tercer oponente: China, que firmó el contrato del siglo con la RDC en septiembre de 2007 para explotar durante 30 años los recursos naturales de la RDC con un esquema de reparto de dividendos donde China se quedará con el 68% y el 32% restante irá a parar a los congoleños. De nuevo la potencia del softpower chino del que nos ocuparemos con más detalle próximamente.

 

Lo que no hay nunca que olvidar: el drama humano que encierran estas actividades económicas de los países desarrollados a los que poco importan las desgracias del sufrido pueblo congoleño. Desgracias que en forma de novela publicó el escritor Alberto Vázquez-Figueroa en 2008.
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* Académico español.
En su «blog» www.geoeconomia.es/economia
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