Los países se alejan del cumplimiento de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible que la ultraderecha combate

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Los representantes de los 193 países presentes en la ONU aprobaron una resolución en 2015 con la que se comprometieron a cumplir con la denominada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un programa de acción que persigue mejorar el bienestar de la humanidad, con especial incidencia en los habitantes de las naciones más pobres, y del planeta, que está amenazado por la contaminación y el cambio climático provocados por el hombre. Esta agenda se compone de 17 objetivos, conocido por sus siglas ODS y que deben alcanzarse para finales de esta década, como acabar con la pobreza y el hambre o impulsar la energía limpia.

Sin embargo, cuando ya se ha cumplido la mitad del plazo, “al ritmo actual de progreso” ninguno de los objetivos se alcanzará en 2030, según un informe elaborado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (SDSN, sus siglas en inglés), una organización vinculada a la secretaria general de las Naciones Unidas.

La lona de Vox en Madrid contra el feminismo y el colectivo LGTBIQ+

Los autores del estudio difundido este miércoles afirman que “mientras que entre 2015 y 2019 el mundo estaba alcanzando un progreso modesto en los ODS, desde el estallido de la pandemia de Covid-19 y las crisis y retrocesos mundiales simultáneos, el progreso se ha estancado”. Además, “existe el riesgo de que la brecha en los resultados de los ODS entre los países de ingresos altos y bajos sea mayor en 2030 (29 puntos) que en 2015 (28 puntos), lo que subraya el peligro de perder una década de avances hacia la convergencia mundial”.

El informe incluye una clasificación de todas las naciones sobre el grado de cumplimiento de estos objetivos. Finlandia ocupa el primer puesto de este ranking, seguida de Suecia, Dinamarca, Alemania y Austria. “Los países europeos siguen liderando el índice de los ODS (ocupan los 10 primeros puestos) y están en vías de alcanzar más metas que cualquier otra región”. Por el contrario, Líbano, Yemen, Papúa Nueva Guinea, Venezuela y Myanmar tienen el mayor número de metas de los ODS que van en la dirección equivocada. España ocupa el puesto 16 este año, mientras Chile ocupa el 30, Brasil el 50, Argentina el 51 y México el 80.

Fábrica de bulos

La fábrica de bulos ha puesto en el punto de mira últimamente al medio ambiente y, en especial, al cambio climático. Y sobre la mayoría de esas teorías conspiranoicas sobrevuela la Agenda 2030, que los diversos negacionistas y desinformadores pintan como un gran plan maligno. “La agenda real es muy distinta: es destrozar nuestra soberanía como nación, es someternos, en vez de ciudadanos nos convierte en meros títeres de estas oligarquías de poder”, sostiene una de estas desinformadoras en una de sus apariciones en canales de Youtube vinculados a la extrema derecha.

Históricamente, los bulos y conspiraciones en España, a diferencia de otros países, no estaban vinculados claramente a la derecha o la izquierda. Pero algunos investigadores sostienen que se ha producido un giro y estos bulos se están ligando de forma evidente también con la ultraderecha política.

Malaga (España) La Viñuela 10/05/2023 Vista del estado actual del pantano y embalse de La Viñuela que se encuentra con un nivel muy bajo de agua por el efecto de la sequia.Foto: Garcia-Santos
La fábrica de bulos del clima se pone a toda máquina cuando llega el calor

El ejemplo más claro es Vox, que ha comprado la retórica contra la Agenda 2030 en su discurso político cotidiano. Hace unos días, este partido colocó una lona en un edificio de la calle madrileña de Alcalá, una de las más importantes y transitadas de la capital, donde una mano que luce una pulsera con la bandera de España tira a la basura papeles con los símbolos de todo aquello a lo que se opone el partido ultra. Además de los símbolos del feminismo, los okupas, el movimiento LGTBIQ+, las banderas comunistas y la independentista catalana, el cartel incluye el logo de la Agenda 2030.

La supuesta imposición de esta agenda es lo que está detrás de las conspiraciones que inventan los desinformadores, que distribuyen sus falsos mensajes por las redes. Por ejemplo, imponer esa Agenda 2030 es el motivo por el que se provoca la sequía fumigando extrañas sustancias desde aviones, algo completamente falso. O es también la razón por la que se derriban presas en España, algo que también es mentira. Según estas teorías de la conspiración, tras la pandemia también estaba esa Agenda 2030. Paradójicamente, lo que sí es cierto es que la pandemia y las sucesivas crisis lo que están haciendo es que se aleje el cumplimiento de este programa de desarrollo sostenible, como explica el informe de SDSN publicado este miércoles.

Además de los 17 objetivos, la Agenda 2030 cuenta con 169 metas. El análisis del SDSN apunta a que “menos del 20 % de las metas de los ODS están en vías de alcanzarse”. “Algunos de los indicadores que experimentaron los retrocesos más significativos son el bienestar subjetivo, el acceso a la vacunación, la pobreza y la tasa de desempleo”, explica esta organización. “Entre los objetivos más retrasados se encuentran aquellos ODS relacionados con el hambre, las dietas sostenibles y en materia de salud, al igual que aquellos relativos a la biodiversidad terrestre y marina, la contaminación atmosférica y de plásticos y las instituciones sólidas y las sociedades pacíficas”, abunda.

El problema de fondo es de financiación, que debería fluir desde las naciones más ricas a los países en vías de desarrollo. “En su esencia, los ODS son un programa de inversión”, explica SDSN. “La actual arquitectura financiera mundial no está canalizando el ahorro mundial hacia las inversiones en los ODS al ritmo y la escala necesarios”, concluye esta organización sobre un asunto que se abordará durante esta semana en una cumbre internacional que se celebra bajo el impulso del Gobierno de Francia.

 

*Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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