LUCÍA P. Y EL GROTESCO A LA CHILENA
Sin la protección del Estado no son nada. Tiene sesenta años, indican sus documentos; es la hija mayor de la pareja formada por Augusto P. y Lucía H. Está procesada en Chile por evasión tributaria y falsificación de pasaporte; y como la familia que delinque unida tarde o temprano unida debe enfrentar sus hechos, también resultan inculpados sus cuatro hermanos y su madre.
Las acciones judiciales están en manos del juez Carlos Cerda en un marco más amplio: la eventual corrupción del ex gobernante de facto, y padre de Lucía P., Augusto (a) Tata P.
La cónyuge de P. y tres de sus hijos obtuvieron el beneficio de la libertad provisional bajo fianza. La misma figura jurídica le había sido otorgada a Lucía P. previo pago de US$ 5.660,00. Pero al huir ésta de Chile para no ser notificada de su sometimiento a proceso –un hijo la condujo hasta la ciudad argentina de Mendoza, donde embarcó en un «jet» rumbo a Buebnos Aires para subir allí a otro con destino a EEUU– el magistrado dictó una orden de captura internacional.
Lucía P. ha sido inculpada de evadir el pago de impuestos por algo más de US$ 850.000. La grotesca y criminal familia P. (izq.) adeuda impuestos calculados en alrededor de dos millones de dólares. En su defensa alegan que se los persigue por razones políticas y aseguran no tener dinero para afrontar los gastos procesales. Se estima que Lucía P. ha hecho inversiones en la última década por más de US$ 450 millones.
«No le hace bien al país». El presidente Ricardo Lagos desempolvó el lunes 24 de enero de 2006 una de sus frases favoritas cuando algo no le agrada. Dijo: “no le hace bien al país”, pero no se refería a la fuga de Lucía P., sino al procesamiento de la familia. Más adelante el mandatario, sin embargo, reconoció que entendía «que la justicia tiene que hacer su labor”.
Práctico, el ministro de RREE Horacio Walker situó el problema en su realidad formal: «Lo que correspondería en teoría para la autoridades de Estados Unidos es que ella volviera a Buenos Aires, porque ella tomó el vuelo en Buenos Aires, salvo que consintiera en volver directa y voluntariamente a Chile».
Para alivio de las finanzas de los P. si Lucía P. es expulsada de EEUU o enviada a Chile –se la detuvo por una orden de captura internacional– no deberá pagar el pasaje de su peculio.