Mentira piadosa

1.959

Mentira piadosa es la afirmación falsa proferida con intención benevolente. Tiene  como objetivo el tratar de hacer más digerible una verdad, tratando de causar el menor daño posible. Se utiliza para evitar fricciones innecesarias, secuelas o actitudes que pueden ser desagradables para alguien. En política, la mentira noble es asociada con la falsedad de los gobernantes destinada a preservar la armonía social.

Platón, filósofo griego -428-347 a.d.C.- se refiere a este tipo de mentira en su obra “La República”. Menciona  diferentes tipos de metal que los dioses habrían puesto en la sangre de las personas: oro en los mandatarios, plata en los auxiliares, bronce en los campesinos y artesanos. Los hijos de los gobernantes nacerían con oro en las venas y estarían destinados a mandar, pero también los de algunos campesinos y obreros que, por ese hecho, también deberían ascender y gobernar.Platón 427-347 a.n.e.

Platón sostiene que, aunque esto fuera falso, si la gente lo creyera se lograría tener una sociedad ordenada, pues los labradores, y artesanos tendrían la esperanza de que sus  descendientes  pudieran llegar a ser presidentes, lo que convierte al mito en una mentira noble. Además ésta fábula también haría creer a los dirigentes que son mejores que sus súbditos, fomentando en ellos el sentido de responsabilidad.

La pregunta acerca de si es conveniente engañar al pueblo fascinó a los pensadores políticos occidentales durante siglos. Blase  Pascal, matemático, físico y filósofo -1623-1662- negó la existencia de derechos naturales, del contrato social y un derecho divino de los reyes, afirmando, en cambio, que luego del triunfo por la fuerza de un partido sobre otros para poder acceder al poder, es necesario hacer creer al pueblo que las leyes fueron instituidas en su beneficio. La mentira es necesaria porque es imposible gobernar siempre a partir de la fuerza y para que las leyes sean obedecidas.

Abu al-Farabi, filósofo musulmán  de origen turco -872-950- y Moisés Maimónides, médico y teólogo, hebraico-español  -1135-1204- inspirados en Platón, predicaron la moderación política del filósofo, frente a  la imprudencia de  Sócrates.

Emmanuel Kant,  filósofo alemán -1724-1804-  sintetizó su teoría moral. Una máxima  es moral,  si la regla que nos autoriza a realizar ciertas acciones puede ser universal, o sea, que todos se rijan bajo esta norma. Para Kant, el deber de no mentir sistemáticamente, es necesario, porque de otra forma se acarrearía desconfianza entre las personas y no se podría vivir en sociedad, pues la confianza es la base primordial para establecer vínculos entre los individuos.

Además, si la mentira fuera una regla universal todas las personas sabrían que todos mienten, entonces la mentira ya no tendría el efecto esperado.

Por qué decimos mentiras o mentiras piadosas? | Mejores MexicanosEl decir la verdad no debe depender de lo que el sujeto quiera o desee, afirma Kant, sino que debe ser siempre así. Para explicar esto, Kant diferenciaba los deberes categóricos de los llamados “imperativos hipotéticos”, que nos dicen que hacer siempre y cuando la acción sirva para cumplir un deseo. Podemos deshacernos libremente de estos imperativos hipotéticos simplemente no teniendo el deseo de realizar la acción.

En contraste con los “imperativos hipotéticos”, los requisitos morales como no mentir son “deberes” categóricos, estas obligaciones no dependen de si el individuo quiere o desea hacerlos, dependen de que “debe” hacerlos.

Kant basa los “deberes hipotéticos” en los deseos, y los “deberes categóricos” en la razón.

Kant no es el único autor que pensaba que la prohibición de mentir es absoluta. El filósofo inglés, Peter Geach -1916-2013- autor del libro “Las Virtudes,” considera que moralmente está prohibido mentir, pero aprueba las verdades engañosas, como la de San Atanasio, quien remaba en un río cuando los hombres que lo perseguían le preguntaron: “¿dónde está el traidor de Atanasio?”, a lo cual éste respondió tranquilamente: “no está lejos”.

Por su parte, la filósofa y teóloga, irlandesa, Elizabeth Anscombe -1919-2001-  que estaba de acuerdo con Kant en que existen “reglas morales absolutas”, no creía que decir siempre la verdad fuera una de ellas. Señaló que Kant formuló la regla de no mentir demasiado estricta, y que no contempló las consecuencias que podría tener el ser tan radical y prohibir la mentira bajo cualquier circunstancia.Elizabeth Anscombe, la filósofa conversa de Cambridge que no dudaba en «hacer lío» en los abortorios - ReL

Anscombe prefería formular la norma de manera que en algunas ocasiones se pudiera hacer una excepción. Por ejemplo, es permisible mentir cuando hacerlo salvará la vida de alguien. Para Anscombe, la regla de no mentir no es universalísima.

Mientras que, el filósofo alemán, Leo Strauss -1899-1973-  acentúo la necesidad de mentir para ocultar una posición estratégica, o para ayudar a la diplomacia. Distinguía dos tipos de ley divina o revelación: las creencias verdaderas como son los principios filosóficos que solo conocen los sabios y las creencias necesarias que son falsas pero útiles a la sociedad para  la conservación del orden social.

Pese a que las mentiras están mal vistas, se ve como algo normal considerar que hay mentiras peores que otras.

San Agustín, doctor de la Iglesia; teólogo, filosofo y moralista -354-430-  distingue ocho tipos de mentiras: las mentiras en la enseñanza religiosa; las que hacen daño y no ayudan a nadie; las que hacen daño y si ayudan a alguien; las que surgen por el mero placer de mentir; las dichas para complacer a los demás en un discurso; las que no hacen daño y ayudan a alguien; las que no hacen daño y pueden salvar la vida de alguien; y las que no hacen daño y protegen la “puridad” de alguien.

Tomás de Aquino,  teólogo, llamado el doctor Angélico -1225-1274- distingue tres tipos de mentiras: la útil,  la humorística y la maliciosa, que considera  pecados. Las mentiras  útiles y humoristas, son pecados veniales, mientras que la maliciosa es pecado mortal. Dentro de cualquier situación en la que se dan siempre respuestas  duales, si/no, blanco/negro, una persona que está mintiendo consistentemente sería, de forma paradójica una fuente de verdad.  Siendo la más famosa, la que se conoce como la “Paradoja del mentiroso”.

Epiménides fue un legendario poeta filósofo del siglo VI a.C., a quien se le atribuye haber estado dormido durante cincuenta y siete años. La paradoja de Epiménides está relacionada con la filosofía y la lógica. Pertenece al grupo de las falsas, ya que aparenta auto contradecirse si se sigue una lógica, pero se puede demostrar que dicho razonamiento no es correcto.

La Pobre Carta Democrática o la paradoja de Epiménides en términos democráticos.

Se atribuye a Epimédimes, siendo el mismo cretense, haber afirmado:

-“Todos los cretenses son mentirosos”.

¿Decía Epiménides la verdad? Hay mentiras piadosas que no le hacen mal a nadie, como la aceptación de las acciones sobrenaturales de Santa Claus, dirigidas a los niños con el fin primordial de lograr su felicidad.

En la ficción, Pinocho, del escritor italiano Carlo Collodi, el personaje cuyo nombre da título a la obra, es un muñeco de madera cuya nariz crece cada vez que dice una mentira.

Que las mentiras desaparezcan completamente del ámbito de la política, de la justicia, de la diplomacia, del periodismo y de muchos otros ámbitos de la vida social es algo virtualmente imposible, así lo creyeron también los representantes de la filosofía política, desde Maquiavelo,  hasta la “mente noble”  de Platón.

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.