Movimiento sociales: La riquezad de la diversidad
Para la aplicación de su proyecto privatizador, concentrador y excluyente, las clases en el poder requieren fragmentar a los movimientos populares y sociales, y reducirlos a su mínima expresión. Es indudable que esta estrategia ha ganado terreno en nuestro país, sembrando desconcierto y desesperanza.
Pero a diferencia de otros países de América Latina en donde el tejido social fue casi completamente desarticulado, los movimientos sociales en el Ecuador han resistido a las políticas neoliberales, han demostrado que tienen presencia y mucho que decir y proponer a las puertas del nuevo milenio.
El campo popular, en la última década, ha sufrido los embates de sucesivos temblores ideológicos y políticos y una serie de reacomodos, derivados, en gran parte, de los rápidos cambios económicos, políticos, tecnológicos y sociales ocurridos en el escenario nacional e internacional.
Junto a la pérdida del protagonismo del movimiento sindical nucleado alrededor del Frente Unitario de Trabajadores, FUT, se ha producido un proceso de constitución o reafirmación de las identidades de nuevos actores sociales, que buscan tener sus propias expresiones organizativas y políticas que representen de mejor manera sus aspiraciones actuales y futuras. Estos son los movimientos de indígenas, mujeres, jóvenes, negros, ambientalistas, defensores de los derechos humanos.