Gisela Ortega / Nada de nada y alguna paradoja

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La nada es la ausencia e inexistencia de cualquier objeto. No hay nada, decimos, cuando no existe la cosa que esperábamos encontrar. Caos: así se llama al estado de confusión en que estaban las cosas antes de que —afirman los creyentes— Dios las ordenara. Nadie es ninguna persona o un individuo insignificante y el vacío es el espacio que no contiene aire ni otra materia.*

 

En el sentido común, la palabra nada es usada para referirse a cualquier cosa , suceso o evento de poca importancia —o como respuesta cortés («de nada») cuando a alguien le dan las gracias por algo.

 

El cero indica valor nulo y equivale a nada. El concepto de nada o inexistencia ha sido estudiado por diversos filósofos y teólogos, en particular por Hegel, Heidegger y Sartre, que sostuvieron que la nada es una cosa.

 

El significado de nada varía ampliamente entre las diversas tradiciones filosóficas y culturales, especialmente la occidental y la oriental. Así, el Shunyata es el vacío de la mente en el budismo. En contraste, en la filosofía griega, en la ontología la idea de la nada surgió con los problemas de la negación del ser, de la conservación del ser y de la imposibilidad de afirmar nada.

 

Particularmente, Parménides creyó que del no-ser —la nada— no se puede hablar, mientras que Epicuro y Lucrecio establecieron que la materia no se puede crear de la nada, ni reducirla a la nada, postulados posteriormente negados por el pensamiento religioso cristiano.

 

Heidegger se ocupó con profundidad del problema de la nada. No lo hizo tanto en su obra, i>Ser y tiempo, de 1927, como en su trabajo ¿Qué es metafísica?, donde plantea y elabora el tema, y lo aborda con una interrogante:
¿Por qué hay ente en su totalidad y no más bien la nada?

 

En este escrito se estima que la nada le esta vedada al pensamiento científico, porque la ciencia no quiere saber de ella. Sin embargo Heidegger sostiene que la nada es significativa pues sobre ella descansa o se asienta el ser. Así el problema filosófico se plantea desde el enigma de “que haya algo en vez de nada”.

 

La obra de Sartre El ser y la nada (1944) sostiene que el ingreso de la nada al mundo se debe a la existencia del hombre.

 

La existencia humana está íntimamente ligada a la nada. Hay mucha gente valiosa surgida de la nada; hay muchos que se consideran valiosos y no sirven para nada; hay demasiados que, siendo valiosos, no hacen nada; hay otros a quienes —porque se los estima valiosos— no se les perdona nada, no se les reconoce nada y se trata de volverlos nada; hay quienes no valen nada y quienes prefieren no ser nada; a otros quieren reducirlos a la nada.

 

De nada vale trazar proyectos cuando nada se puede lograr si no se hace nada para llevarlos a feliz término, porque nada se cumple, nada se respeta y todo se transforma en nada.

 

El ser humano siente miedo y zozobra ante la nada, pero desvanecidos estos elementos, la existencia continua angustiada y si a la persona se le interroga por la causa de su intranquilidad, responderá casi espontáneamente: “Por nada”.

 

Hay seres que nada esperan o se conforman con nada, no se les reconoce nada, se reducen a la nada, se ahogan prestigios en la nada, otros que no aportan nada y no dan nada —y otros a quienes soñar no cuesta nada.

 

* Periodista.
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La ilustración de cierre pertenece a Federico Salvador
(http://ferrofedericosalvador.blogspot.com).

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