Pinochet: para la memoria en el futuro. – DICTADOR SANGUINARIO Y DESHONESTO
Lo cierto en que han aflorado las verdaderas causas por las que se dieron las circunstancias para que el golpe de Estado fuera posible, y luego para que se instaurara una dictadura represiva y sangrienta que habría de
durar 17 años, durante los cuales estaba prohibido hablar o escribir de el golpe de Estado por su nombre, y había que decir, en todo caso, «pronunciamiento militar», término que eufemísticamente se usaba para referirse a él, sin llamarlo por su nombre.
Es claro que los jóvenes de esa generación, no supieron lo que sucedió en su Patria en los años setenta, y mucho menos los familiares del dictador, que nacieron durante este período y que tampoco podrían haberse enterado por otros medios, pues así como se prohibió la existencia de los sindicatos, también se hizo lo mismo con los partidos políticos, y con los libros que no podían imprimirse cuando se referían a esta temática.
Los que habían escritos ya, se quemaron en las plazas públicas, así como los periódicos de esas fechas, solamente, creo yo, se salvó la modesta hemeroteca que habíamos integrado en la Embajada de
México, debidamente clasificada, y que ahora está a disposición del público y de los investigadores en el Colegio de México.
En la última conversación que tuvimos con el Presidente Allende, el domingo 9 de septiembre, en el aeropuerto de Pudahuel, él ya se mostraba sumamente preocupado, tanto por en incidente que se había producido en el día anterior, en el que, en un allanamiento que el ejército, amparado por la nueva Ley de Armas de Fuego, que se había aprobado en el Congreso, controlado por la mayoría Demócrata Cristiana, llevó a cabo en una fábrica de muebles blancos llamada Fensa, durante el cual, al levantar un poco de
tierra fresca que acusaba algunas excavaciones en el patio trasero, se empezaron a disparar algunos tiros, no menos de unos cuatro mil, y luego, por un acto que esa mañana de domingo, en un acto que celebró en el
teatro Caupolicán, en el uso de la palabra, Carlos Altamirano, secretario general del Partido Socialista, habría llamado a la subversión a los marinos jóvenes y Allende temía que esto podía ser lo que jalara el gatillo del golpe.
No se equivocó, en ambos casos el presidente. El martes 11 de septiembre, estaba la marina llevando a cabo unas maniobras conjuntas con la marina norteamericana (de EEUU). Salieron en la madrugada, muy temprano ese día hacia alta mar, y una vez allí, la marina chilena se regresó a Valparaíso para iniciar,
todavía en la madrugada, el golpe de Estado. Para continuarse ya formalmente con la participación del ejército y de la fuerza aérea, que habría de bombardear un poco más tarde, el Palacio de La Moneda, en donde ya se
encontraba el Presidente y un puñado de gente leal que junto con él lo defendieron, hasta cuando fue realmente posible.
A eso de las siete de la mañana, empezaron a transmitir por radio los bandos militares que estaba emitiendo la junta militar que se había constituido con la participación de los jefes de la Armada y de la Fuerza Aérea que
eran el almirante Toribio Merino, el geberal. Ruiz Danyau y posteriormente, por los Carabineros, el general Manuel Mendoza Contreras. Por el ejército era el propio Augusto Pinochet, el que formaba parte de la Junta, como uno de sus miembros, para unos días después, erigirse como Presidente de la Junta. Cargo que habría de ostentar, hasta julio del año de 1974, cuando se constituyó, nada menos, que en el presidente de Chile, para permanecer como tal, diecisiete largos y penosos años.
Durante estos diecisiete años, modificó la Constitución de Chile para consolidarse así mismo como presidente, hasta 1990, cuando, como consecuencia del plebiscito que se llevó a cabo, llamado del sí o el no, el pueblo de Chile, triunfó votando en una clara mayoría por el no , y el dictador tuvo que abandonar el Palacio de la Moneda, el 10 de marzo, para dejar paso al presidente de la transición, Patricio Aylwin que gobernó con prudencia durante cuatro años, antes de llamar a elecciones regulares en las que triunfó Eduardo Frei de la Democracia Cristiana, hijo del presidente Frei, quien le entregó el poder a Salvador Allende, en octubre de l970, que gobernó durante mil días, hasta que entregó su vida en el Palacio de la Moneda. Era un socialista demócrata que soñó con hacer una realidad el socialismo por la vía electoral, una tercera vía que resultó ser eso, un sueño imposible de realizarse.
Se realizó sin embargo una democracia que continuó después de Frei, con Ricardo lagos, Socialista del PPD (Partido por la Democracia), quien le entregó el poder, también en un limpia elección a dos vueltas, Michelle
Bachelet, una valiosa mujer que tuvo que sufrir en su juventud, la muerte de su padre, después de haber sido torturado, precisamente por el dictador que ahora acaba de morir, que dividió mediante el golpe de Estado a Chile, en vida, y su cadáver ahora, lo sigue dividiendo, pero esta vez la unidad democrática del pueblo chileno, habrá de triunfar una vez más. Ahora sin derramamiento de sangre. Así lo deseamos para nuestros hermanos del Sur que tanto han luchado por ello.
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* Embajador de México en Chile en 1973 y ex presidente del Consejo Administrativo de La Jornada Morelos.
Actualmente es colaborador de La Jornada México, Artículo en exclusiva para La Jornada (edición Morelos) donde fue publicado el 17 de diciembre de 2006.
Addenda
Gonzalo Martínez Corbalá preparó el asilo para Neruda en 1973, que no pudo ser por la muerte del poeta; puso luego a disposición de Matilde Urrutia sus servicios y desempeñó posteriormente un rol trascendente y activo en la lucha por los derechos humanos desde México, sistemáticamente violados en Chile.
Se agradece la información al periodista Mario Casasús.