Resultados del encuentro en Brasilia: Acuerdos mucho más concretos

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Pablo Ramos*

Los presidentes de Brasil y Argentina avanzaron en áreas específicas de la relación bilateral. El primer paso fue la “abolición” del dólar en el comercio.

De los dichos a los hechos. Desde la decisión de implementar reuniones bilaterales semestrales entre el presidente de Brasil, Lula da Silva, y Argentina, Cristina Fernández, a fines de 2007, los encuentros de este tipo se caracterizaron porque en ellos se produjeron avances en los papeles y no sólo en los discursos.

Fernández fue invitada de honor el pasado domingo en el marco de la celebración del Día de la Independencia de Brasil, el 7 de setiembre. Participó de las celebraciones, y al otro día se realizaron las reuniones entre los mandatarios y miembros de los Gabinetes de ambas administraciones en Brasilia.

El “hecho” más concreto fue poner fecha en el 3 de agosto como día de inicio de las operaciones de comercio exterior entre ambas naciones nominadas en las monedas locales. Antes, una transacción de este tipo debía incurrir en una doble conversión de monedas: el peso o real debía convertirse en dólar, luego se realizaba la operación y por fin esos dólares se convertían en la moneda correspondiente (peso en el caso argentino, real en el brasileño).

Esta medida favorece más a las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs). Siempre existe una diferencia o “spreads” cambiario en cada operación de conversión de moneda. Estudios al respecto sostienen que se va a producir un ahorro de entre 3 y 5 por ciento. No parece demasiado, pero si consideramos que el comercio bilateral va a ser de 30.000 millones de dólares este año, se trata de entre 900 y 1.500 millones de la verde moneda.

Luego vienen los acuerdos que no sólo son anunciados, sino que se conforman grupos de trabajo de ambos países para concretarlos. Aquí es donde las propuestas se disparan y se advierte la intención de lograr avances en la “integración verdadera”. Si se cumplen con ellos, y el intercambio bilateral aumenta, en poco tiempo se va a superar el umbral del “no retorno” y los lazos entre ambas economías van a ser muy difíciles de disolver.

Los sectores en los que se avanzó fueron:

Industria aeroespacial: Se va a construir un satélite de observación costera y oceánica, el SABIA-Mar, a cargo del Grupo de Trabajo Brasil-Argentina sobre Cooperación en los Usos Pacíficos del Espacio Exterior. Todavía debe definirse qué cohete lo va a poner en órbita, aunque Brasil busca que sea utilizado el Cyclone-4, de origen ucraniano y que va a ser lanzado desde la base de Alcántara, en el país vecino.

También se discute la posibilidad de que el Area Material Córdoba (en la provincia homónima argentina) se convierta en proveedora de la brasileña Embraer, una de las líderes mundiales en construcción de aviones a reacción de menos de 100 plazas. Este acuerdo está atado a la compra por parte del Estado argentino de unas 26 aeronaves de la clase E-190 para la reestatizada Aerolíneas Argentinas.

En agenda figura también el diseño y ensamble de un avión de entrenamiento básico de uso militar y civil.

Energía atómica: Se puso la piedra fundamental para la creación de una empresa binacional que opere en este amplio universo. Según el diario paulista Estado do Sao Paulo, la compañía debe trabajar en diversas áreas vinculadas con la energía nuclear como enriquecimiento de uranio, desarrollo de reactores nucleares y proyectos en las áreas de salud y agricultura.

Al respecto, se dispuso la creación de una comisión de especialistas argentinos y brasileños bajo el nombre de Comité Binacional de Energía Nuclear (Coben), quienes serán los encargados de desarrollar un modelo de reactor atómico de generación de energía eléctrica para atender las necesidades dos los dos países y la creación de una empresa binacional de enriquecimiento de uranio.

Alfredo Tranjan Filho, miembro del Coben, dijo a la prensa brasileña que la empresa también aspira a atender el "mercado ampliado de América del Sur" con cerca de entre 12 y 15 centrales nucleares que estarán en operaciones en la región en 2030.

Defensa: Se conformaron 16 campos de cooperación en este sector. "En Brasilia quedó constituido el grupo de trabajo conjunto para la Defensa entre Argentina y Brasil, con tres subcomisiones: una terrestre, otra naval y otra aeronáutica", dijo la ministra de Defensa argentina Nilda Garré.

Entre ellos figura la certificación internacional del vehículo de transporte terrestre ligero “Gaucho”, tras lo cual se encargaría un primer pedido por 1.200 unidades en 2009. La cooperación comprende, también, la producción de motores diesel y motores navales, la modernización de propulsores para misiles (desarrollada por el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa, Citefa) y un intercambio de sistemas informáticos para la catalogación de componentes técnicos. Y Brasilia invitó a la industria argentina a participar en la construcción de los 37 buques patrulleros que el país lusoparlante prevé incorporar a su litoral.

Industria naval: Como consecuencia de los descubrimientos recientes de vastos reservorios hidrocarburíferos en la plataforma marina brasileña, ese país necesita 146 barcos para extraer el crudo, el gas natural, así como para exportarlo. Sobre este punto, Garré señaló que "se necesita un esfuerzo conjunto de la industria privada argentina y de los astilleros de Defensa y otros en poder del Estado bonaerense, como Río Santiago, para poder satisfacer las demandas brasileñas".

En este rubro podría incorporarse los convenios sobre cooperación antártica. Buenos Aires y Brasilia van a botar dos buques polares gemelos, uno para cada país, de desplazamiento menor al de un rompehielos. También van a encargar un buque de salvamento y una cuarta unidad para actuar en escenarios de catástrofe natural. La propiedad de las naves va a ser compartida.

Sobre la cooperación antártica, Argentina y Brasil acordaron fabricar dos buques polares (uno para cada país), con capacidades menores que un rompehielos pero inferiores costos operativos, destinados a las campañas en las bases del continente blanco. Por otra parte, la ministra anunció la fabricación de un buque de salvamento y otro para enfrentar catástrofes que serán de propiedad y uso conjunto de ambos estados.

Energía hidroeléctrica: Se adelantó el cronograma tendiente a la construcción de la represa hidroeléctrica de Garabí, sobre el río Uruguay. "Está claro y nadie puede negar que tenemos un problema energético en la región. Sobre todo, un problema que perjudica más a unos países y menos a otros. Por eso, analizamos con Argentina la posibilidad de construir la hidroeléctrica binacional Garabí que dará 3.000 megavatios de energía para repartir entre ambos. Y si llegara a hacer frío en la Argentina, podría ir la totalidad para allí", dijo Lula.

Por su parte, el ministro argentino de Planificación, Julio De Vido, explicó que "habíamos arrancado con un plazo de 50 meses, después se bajó a 30 y ahora estamos para cerrar en 24 meses” para el inicio de las obras de ingeniería.

También se suscribió un acuerdo marco entre la empresa eléctrica brasileña Electrobras y la argentina Emprendimientos Energéticos Binacionales (Ebisa).

Nanotecnología: Otra de las iniciativas consensuada es la creación del Centro Binacional de Nanotecnología (Cban), que a la fecha cumplió con todos los prolegómenos y que se encuentra abocado a la fundación de seis escuelas de esta disciplina.

Financiamiento: Se suscribieron documentos para financiar emprendimientos productivos con énfasis en las PyMEs entre los argentinos Banco Nación, Banco de Inversión y Comercio Exterior, y el brasileño Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes). Este es un pedido histórico de parte del empresariado argentino, que en forma constante se queja de lo difícil de acceder al crédito para sus planes de inversión.

Infraestructura: Además de la construcción de la central de Garabí, se mencionó también iniciar estudios de factibilidad para levantar más puentes sobre el río Uruguay, que sirve de límite entre ambas naciones. También se formó una comisión de integración ferroviaria, y la propuesta original de trazado incluye también a Chile y Paraguay.

En seis meses debe producirse el primer encuentro de 2009 en Buenos Aires. Y allí ya habrán madurado algunas de las iniciativas mencionadas.

*Publicado en APM

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