Tener olfato no siempre es lo mismo que olfatear

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olfa1Los sentidos son lo que nos indica y advierte qué pasa a nuestro alrededor, es el mecanismo fisiológico de la percepción. El olfato es el más sensible; se encarga de detectar y procesar los olores. Se dice que la persona que tiene buen olfato es aquella que tiene la capacidad para descubrir lo que está oculto o percibir lo que no es muy evidente. | GISELA ORTEGA.*

 

Cuando la información que dan los ojos y los oídos no es suficiente, la nariz —órgano destinado a percibir los olores— puede dar la pista para resolver el caso; actúa como un gran detective, distingue entre más de 10.000 fragancias diferentes: las buenas y las malas, las aromáticas y las pestilentes, las quemadas, las etéreas, las penetrantes, las repugnantes, las asfixiantes y las insoportables, las fétidas, las nauseabundas, las pútridas, las ambrosíacas, las alcanforadas, las florales, las mentoladas y las picantes.

 

Para nada influye en el olfato el tamaño de la nariz, sea esta griega, romana o puntiaguda, y es falso que padezcan quienes las tienen chatas o que huelan más y profundamente, quienes las tienen larga; tampoco es verdad que sean las narices respingadas las que mejor reciben el olor de las alturas.

 

En nuestro mundo ha habido narices famosas. Se dice que Aristóteles la tenía curvada. El filósofo Blaise Pascal escribió: “Si la nariz de Cleopatra hubiera sido más corta la faz del mundo hubiera sido diferente”.
A Miguel Ángel a raíz de una pelea le rompieron la nariz y a consecuencia de ello le quedo chata toda la vida.
De Cyrano De Bergerac, poeta y dramaturgo francés, su mayor defecto era tener una nariz grande hasta el ridículo. (Thomas Wedders, un ingles nacido en el siglo XVIII, su nariz media 19 centímetros).

 

Hoy se sabe que la persona que tiene la nariz más larga del mundo es el turco Mehmet Uzyurek, su nariz fue medida en 200l y se le determino una longitud de 3.46 pulgadas, desde el puente hasta la punta.

 

Albert Weber, químico farmacéutico, en 1943 se encontraba en su laboratorio de Nueva York analizando diversos tipos de comida cuando recibió una llamada de Boston para avisarle de un embarque de pescado sospechoso. olfa2En esa época no existía ningún método para determinar, si el pescado estaba descompuesto. Weber dio su veredicto. Desde ese momento y durante tres décadas Weber como todo un sabueso olfateo para determinar la calidad de las comidas. De él viene el arte de la organoléptica.

 

Ilja Gort, un músico holandés, aseguro su nariz en 2003, en cinco millones de euros y todo esto porque, según aseguró, la nariz es su activo más importante, puesto que un buen sentido del olfato es esencial para garantizar la calidad de sus vinos.

 

Entre los personajes de ficción nos encontramos con la nariz de Pinocho que crecía cada vez que decía una mentira, y la de Erik, el fantasma de la opera.

 

Entre los artistas, se encuentran el actor francés Gerard Depardieu y Barbra Streisand, cantante y actriz estadounidense.

 

No es tan simple
La acción de olfatear comprende también la de oler: aplicar la nariz sobre algo para captar y percibir su olor, incluye metafóricamente además el sentido de sospechar o adivinar algo que estaba oculto. Husmear expresa y abarca el rastrear con el olfato una cosa. Significa, a su vez, indagar o tratar de averiguar algo que no le concierne.

 

El aroma es perfume, olor muy agradable. Efluvio designa la emisión o exhalación de pequeñas partículas o vapores del cuerpo. Emanación, es el desprendimiento corporal de las sustancias volátiles o radiaciones, como el olor o el aroma.

 

Del mismo modo que fragancia es un olor suave y delicioso, la hediondez denota un mal olor muy subido y penetrante al sentido del olfato y el hedor designa un olor desagradable que, generalmente, proviene de sustancias orgánicas en putrefacción.

 

Miasma es una emanación fétida que se desprende de cuerpos enfermos, de materias en descomposición o de aguas estancadas. Peste es sinónimo de mal olor. Tufo se refiere al olor activo y molesto que despide algo de sí y vaho es el vapor sutil y tenue, que se eleva y sale de alguna cosa húmeda y caliente.

 

Mientras que olfatear es sospechar de algo que pasa ocultamente, la olfacción consiste en la utilización de la nariz sobre algo para percibir y percatarse de su olor.

 

Se dice, que tener olfato es tener buena nariz. Hay cosas evidentes que nos dan en la nariz y otras que nos dan en las narices. No es lo mismo meter la nariz que meter las narices.

 

Hay gobiernos que no utilizan la nariz en sus propios países para olfatear, seguir las huellas, rastros e investigar los que en ellos sucede, y en cambio meten las narices en lo que sucede en los ajenos, sin haber sido llamados y corriendo el riesgo que le den con la puerta en las narices.

 

Se gana o se pierde por una nariz.

 

De acuerdo a su capacidad de oler, las personas se dividen en: quienes tienen olfatos sagaces, alerta y despiertos; quienes nunca lo han tenido. Hay a quienes se les agudiza y otros que lo tuvieron y que parecen haberlo perdido, y otros que adolecen de deficiencias olfatorias y equivocan los olores.

 

Olores los hay sin número. Entre nosotros, los más comunes son: olor a la basura y desperdicios, al guiso, el olor a queso y podredumbre, el olor a tortas, y el «olor a santidad».

 

Los olores cambian, se extinguen, se esfuman aunque los hay persistentes. Hay olores auténticos y olores elaborados. Hay olores auténticos que se tratan de tapar con los artificiales. Los vicios despiden mal olor. A veces oler esta demás.

 

Existen olores que presagian, anticipan y anuncian las situaciones que los provocan y producen. olfa3Cuando se agilizan ciertos procesos judiciales y otros se estancan y retardan, huele a justicia adulterada. Cuando las cuentas bancarias pasan repentinamente a varios millones, huele a corrupción. Cuando hay imprevisión y reajustes presupuestarios, huele a crisis.

 

El animal humano ha llegado a insensibilizarse tanto por los buenos y malos olores, que ya no siente las fragancias ni aromas perfumadas a su alrededor.Pero son tantos y tan penetrantes los malos olores que despide nuestro ambiente, y tan pestilentes las emanaciones de cuánto y cuantos nos rodean, que no hace falta tener buena nariz, para afirmar que esto huele mal.

 

No hay que ser Hamlet para decir: “algo esta podrido en Dinamarca”.
——
* Periodista.

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6 Comentarios
  1. olga martinez dice

    Una lectura diferente y genial.

  2. Después de hacer leído el sensacional artículo de esta gran periodista G. Ortega, sobre el olfato y las narices; sólo se me ocurre esta eterna cita: La inmortalidad existe, se llama conocimiento
    A través de sus palabras y su basta cultura, la periodista con una dosis letal de ironía, nos da a conocer los tipos de buenos y malos olores, grandes y pequeñas narices y, los líderes que con su olfato, pueden cambiar la vida de las personas que viven en un país; incluso en el mundo. Para ser recordados eternamente
    Gracias G. ortega.

  3. Carolina Sánchez dice

    Muy interesante el artìculo, me dio en las narices jajajaja

  4. laura de timpanaro dice

    Querida amiga, felicitaciones por tan pero tan buen artìculo. Una cosa tàn simple y tàn profunda a la vez.
    Los sicilianos dicen que de tal narìz, tal piripicho….jajajaja. Mi marido decìa eso, que la medida era «la narìz» què te parece? jajajajaja
    Gracias, eres muy buena como periodista y como investigadora. Laura

  5. Gisela Ortega dice

    envio de articulo

  6. Gisela Ortega dice

    Envio de artículo.

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