Treinta millones de desocupados: 25% de jóvenes en América Latina y el Caribe sin trabajo

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La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el informe “Panorama laboral 2020. América Latina y el Caribe”, en el que evidencia que este año 30 millones de personas estuvieron o están desocupadas en la región y donde prevé para 2021 una tasa de tasa de desocupación de 10,6% ‒2,5% más que en 2019‒ pero, si se mantienen las condiciones adversas a causa de la pandemia por Covid-19 la tasa puede llegar a 11,2%.

“Esta es la crisis más grande que haya registrado este informe en toda su existencia”, dijo Vinícius Pinheiro, director regional de la OIT. Pinheiro aseguró que en los últimos diez meses los mercados de trabajo de América Latina y el Caribe han retrocedido al menos diez años, con sectores muy afectados como las mujeres, los jóvenes y los niños. Dijo que la desocupación femenina aumentó más por estar empleadas en los rubros que más sufrieron, por ejemplo el de los servicios.

La reducción en la tasa de participación proporcionalmente fue -10,4% entre las mujeres y -7,4% entre los hombres. Además el teletrabajo tampoco ayudó, porque las mujeres “están siendo afectadas por la división de las tareas del hogar”, y a esto se sumó el cierre de las escuelas. El presidente de la OIT dijo que creció el trabajo infantil e incluso “en mucho países hay violación a los derechos fundamentales de trabajo”.

“La región fue duramente golpeada por esta crisis, incluso más que otras en el mundo, y eso se debió en gran parte a problemas estructurales que existían y conocíamos”, afirmó, y agregó que “ahora es indispensable lograr crecimiento económico con empleo. El empleo es crucial para reducir la pobreza y enfrentar la amplificación de las desigualdades que está dejando como secuela esta pandemia”.

Fabio Bertranou, coordinador del informe y director de la Oficina para el Cono Sur, agregó que las restricciones a la movilidad para evitar contagios de coronavirus hicieron que las personas no pudieran permanecer en sus empleos, y además no pudieron salir a buscar uno nuevo, algo que afecta la fuerza de trabajo.

Entre los jóvenes entre 15 y 24 años, la tasa de desocupación aumentó a 23%, lo que quiere decir que uno de cada cuatro jóvenes en América Latina y el Caribe estaba desocupado durante el tercer trimestre del año. “Veníamos de una situación relativamente crítica y la crisis aumentó este efecto”.

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Durante los primeros tres trimestres de 2020 las tasas de participación y de ocupación juveniles cayeron en torno a los 5,5 puntos porcentuales, hasta ubicarse en 42,7% y 33,0%. La tasa de desocupación juvenil subió 2,7% hasta 23,2%, “un nivel que no había sido registrado antes”.

Sobre los sectores afectados, Bertranou comentó que en todas las categorías hubo una afectación, con un mayor acento en los trabajadores por cuenta propia. “En la economía informal uno observa una caída muy importante en los indicadores de empleo, también hay una caída importante en empleadores y en el servicio doméstico; este es un segmento mayoritariamente ocupado por mujeres, lo que refuerza el impacto de género”.

Con relación al salario real hubo una aparente contradicción, ya que a pesar de la heterogeneidad en los distintos países, algunos registraron “un leve aumento”, puesto que la mayor destrucción de empleo fue en los segmentos de bajos salarios; algo parecido sucedió con la informalidad, que puede haber bajado, pero sólo porque se destruyeron esos empleos; en los dos casos Bertranou dijo que se trata de efectos de muy corto plazo.

En el tercer trimestre de 2021, el informe de la OIT dice que el empleo asalariado total y el empleo por cuenta propia cayeron -6,8% y -8,9%, mientras que en empleadores fue -9,8% y el servicio doméstico tuvo la caída más alta: -19,4%.

Tanto Pinheiro como Bertranou insistieron varias veces en que las cifras de este año son inéditas y que en lo que llevan de registro nunca vieron una caída similar.

Los números

El informe de la OIT confirma algo evidente: un fuerte aumento en la tasa de desocupación “que subiría hasta 2,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior, pasando de 8,1% a 10,6%. Esto significaría que el número de personas buscando empleo que no lo pueden conseguir aumenta en 5,4 millones y llega hasta 30,1 millones”.

 

Que el año que viene la desocupación suba hasta 11,2%, dependerá de factores como el crecimiento económico moderado, en torno a 3,5%, “insuficiente para recuperar el terreno perdido en la crisis, y la incertidumbre en torno a la evolución de la pandemia, incluyendo los temores sobre rebrotes y sobre la eficacia de los procesos de vacunación”, dijeron los expertos.

La contracción del empleo fue particularmente importante en sectores de servicios como hoteles (-17,6%) y comercio (-12,0%). Por otra parte, también se observa que la crisis sanitaria afectó fuertemente el empleo en la construcción (-13,6%) y la industria (-8,9%). La menor caída de la ocupación se observó en la agricultura (-2,7%).

La OIT también midió las medidas adoptadas por los gobiernos para proteger los empleos, los ingresos y el funcionamiento de las empresas. El informe dice que fue un esfuerzo importante, aun cuando “en algunos casos hubo la sensación de que las ayudas llegaron tarde, o bien que no eran suficientes para cubrir los ingresos perdidos”.

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