Venezuela: la extraña masacre del Táchira

Néstor Francia.*

Todo se da en medio de la intensificación de la campaña contra Chávez. Se responsabiliza al ELN sin investigar los hechos o presentar pruebas. Además se denuncia al gobierno como cómplice de la guerrilla colombiana. un conocido mecanismo que tiene como pivotes a los medios de la derecha. Las autoridades bolivarianas reaccionan rápidamente y asoma un interrogante, ¿es el gobernador del Táchira (der.) culpable de traición a la Patria?

El caso de los colombianos secuestrados y asesinados por irregulares en el Táchira presenta aristas que no pueden pasar inadvertidas, mucho menos si tomamos en cuenta que se da en medio de una intensificación de la campaña de la derecha internacional contra Chávez y la Revolución Bolivariana. Llama la atención como las autoridades regionales, identificadas abiertamente con la derecha venezolana y con Alvaro Uribe (El gobernador Pérez Vivas no escondió, en reciente entrevista de El Nacional, su admiración por el narcopresidente colombiano) han achacado de inmediato la masacre, sin investigaciones, al ELN y denunciado la supuesta complicidad de nuestro gobierno con los grupos guerrilleros del hermano país.

Pérez Vivas dijo expresamente que en su opinión hay complicidad por parte de las autoridades nacionales con los grupos irregulares y no existe una política seria para combatirlos. El gobernador derechista afirmó que desde hace tres meses se ha hecho mayor el hostigamiento de “grupos armados extranjeros” en Táchira, con supuesta presencia en los municipios Rafael Urdaneta, Junín, Fernández Feo y Uribante (Lo cual generó el gran titular de primera página en El Nuevo País de hoy: “Irregulares dominan 4 municipios en Táchira”).

Al mismo tiempo, y esto no es, por supuesto, una coincidencia, el presidente de Colombia declaró: “Hago un llamado al gobierno de Venezuela, a su presidente, para que por encima de cualquier diferencia busquemos cómo puede haber una coordinación de actividades para proteger el derecho a la vida de los ciudadanos colombianos y de los ciudadanos venezolanos”.

Sin duda, estas aseveraciones de Uribe encajan perfectamente en la matriz lanzada por Pérez Vivas, en el sentido de que “no hay una política seria” para combatir a los grupos en armas. Pérez Vivas aseguró que el sobreviviente de la masacre, Manuel Júnior Cortés, que resultó herido en el múltiple crimen y se repone en un hospital de Caracas, había afirmado que el secuestro fue perpetrado por el ELN, cuando más bien la mencionada víctima dijo no saber qué grupo fue el autor de la masacre.

El gobierno venezolano, claro está, no ha guardado silencio ante las calumnias de Pérez Vivas, sirviente del imperio y de Uribe. El vicepresidente Carrizales (der.) informó ayer a Telesur que “el Gobierno Nacional le entregó una nota de protesta a la embajadora de Colombia por las continuas actividades del DAS en nuestro territorio tratando de sobornar a funcionarios, buscando información. Se tiene documentos que hablan de un plan regional de desestabilización, entonces estos son actos inamistosos que nosotros tenemos que reclamar y exigirle al gobierno colombiano cesar en esto”.

Sobre el caso de los ocho colombianos asesinados en el estado fronterizo del Táchira, Carrizales afirmó que pertenecían a grupos armados que operan con el apoyo del gobernador opositor de esa localidad, César Pérez Vivas: “Expresaban muchos de ellos que eran paramilitares, que estaban aquí sostenidos por personas que aún están por identificar; entonces todas estas actuaciones, la manera como llegaron, tenían identidad como grupo, nos hace pensar que es parte de esos planes de infiltración del gobierno colombiano, apoyado por factores internos”

El mecanismo utilizado en esta acción, como parte del plan desestabilizador contra nuestra revolución, es claro: declaraciones desde afuera y desde adentro generan la matriz de que somos cómplices de la guerrilla colombiana, le permitimos actuar en nuestro territorio y no investigamos seriamente sus desmanes. Estas “informaciones” son repicadas y repetidas de distintas maneras por los medios colombianos y venezolanos de la derecha, y se venden como verdades aunque no responden a ninguna investigación y son meticulosamente armadas con fines contrarrevolucionarios. Es una práctica conocida y mil veces usada por el imperio y sus secuaces.

Pérez Vivas está cometiendo, a todas luces, actos de traición a la Patria y en algún momento del futuro nuestro pueblo tendrá que cobrarle su felonía. Entretanto hay que irle armando el expediente negro con el cual lo juzgaremos algún día, si tenemos la capacidad de consolidar esta revolución y atar firmemente todos los hilos del poder popular.

* Anlista de asuntos políticos.