Venezuela: la santería, no la caballería, al rescate

Aparecida en la revista Piel de Leopardo, integrada a este portal.

Circula en Caracas -y vía correo electrónico en muchas otras partes- que un grupo de santeros habría pronosticado que el preidente de Venezuela perderá el referendo a realizarse el 15 de agotos y en el cual la ciudadanía debe decidir si continía en el poder o deberá dessocupar su despacho en Miraflores.

La santería cubana, el vudú haitiano y de Lousiana (EEUU), los diferentes cultos umbanda de Brasil -con templos en casi todos los países latinoamericanos-, la vertiente rastafari e incluso la veneración a María Lionza, en Venezuela, son producto del cruce de las culturas religiosas africanas, las oriundas de América y aquellas que los africanos forzados a poblar América trajeron consigo entre los siglos XVII y XIX con la doctrina papal.

Son cultos híbridos que han probado una notable capacidad de resistencia y propagación no sólo en el Caribe y América del Sur.

Chávez preocupado

Buena parte de la oposición a Hugo Chávez deja en claro que el dirigente bolivariano es un creyente convencido del poder de las «presencias santeras». Éstas, al fin y al cabo, son tan respetables como el catolicismo o el cristianismo fundamentalista y rampante de maese Bush y acólitos. Sólo que no tanto cuando se enrrostran al presidente veneolano.

Como se sabe, los varios movimientos opositores al gobierno chavista, tras un hilarante -aunque no por ello menos trágico- golpe de Estado intentaron derrocarlo; en una oscura sucesión de hechos Chávez, efectivamente, pasó una noche, o parte de ella, como huésped en un recinto militar hasta ser repuesto al día siguiente.

La historia termina con el llamado a un referendo, a realizarse el próximo mes de agosto, en el cual la ciudadanía venezolana tendrá la alternativa de ratificar o revocar su mandato.

La legendaria caballería estadounidense que tantos pieles rojas masacró en centenares de películas -y también en la vida real, dicho sea entre guiones- no galopa, al menos por ahora, en ayuda de quienes apuestan a revocar el mandato presidencial en Venezuela. Pero no están solos.

En su ayuda vienen los espíritus convocados por los santeros. Y santeros cubanos, por añadidura.

Se afirma que unos santeros, traídos especialmente de Cuba -y probablemente enviados por Fidel Castro- le dejaron caer dieciséis semillas de palma, cuyo significado paralizó por completo al presidente. Lo paralñizó porque los exégetas del rito afrman que ello significa una «tremenda» derrota el 15 de agosto venidero. Ese es el día del referendo.

Agregan que el oficiante del rito adivinatorio fue un sacerdote mayor de El Palo Monte, de las tribus Bantú. La ceremoinia se habría oficiadao luego del sacrificio de dos cabras, cinco gallos negros y una docena de palomas, traídos directamente desde el estado Barinas.

Triste es el presagio para quienes emiten tales noticias y fomentan semejantes discusiones a un mes de un acto cívico tan trascendental.

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