Ya llegan los piqueteros de Obama (la crisis laboral en EEUU)

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Cira Rodríguez César*
Pese a que la economía estadounidense creció en el tercer trimestre 3,5 por ciento, la Casa Blanca recibe fuertes críticas por su incapacidad para frenar el alto desempleo en el país. Funcionarios de la actual administración estadounidense aseguraron que el plan de estímulo económico de 787 mil millones de dólares salvó o creó unos 650 mil empleos hasta septiembre.

Una de las asesoras económicas del gobierno, Jared Bernstein, dijo que en total el país va en camino de alcanzar los 3,5 millones de empleos instaurados o preservados para fines del próximo año.

Sin embargo, el programa aprobado por el Congreso en febrero de este año a instancias del presidente Barack Obama, ha recibido una lluvia de críticas por considerar que no ha detenido el alza del desempleo, ubicado en 9,8 por ciento en septiembre. El gobierno trata de contrarrestar ese argumento, en medio de un debate en Washington sobre la necesidad de un segundo plan.

El vicepresidente Joe Biden, que asumió un rol preponderante en la defensa del plan, comentó recientemente a la prensa que la cifra de 650 mil empleos salvados se basa en un análisis de los proyectos locales y estatales, y en las actividades financiadas con el estímulo como la reparación de carreteras y obras de infraestructura.

Comentó que los gastos extraordinarios desde los 787 mil millones de dólares a los créditos fiscales para adquirir viviendas y coches nuevos posibilitaron que la economía vuelva a crecer tras cuatro trimestres consecutivos de contracción. Pero el mercado laboral no ha dado indicio alguno de reactivación, aunque Obama se empeñe en afirmar que el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) es una señal alentadora de que la economía de su país se está moviendo en la dirección correcta.

Tras el eufórico optimismo porque "Estados Unidos salió de la crisis" hubo muestras de cautela al admitir que las cifras del PIB son sólo una parte de la historia, y un paso más en el largo camino hacia la completa recuperación.

Quizás con mucha razón el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, comentó que "la tasa de desempleo sigue siendo inaceptablemente alta para cada persona que no tiene trabajo, para cada familia cuya casa puede embargar el banco, para cada pequeña empresa que tiene que hacer frente a la falta de crédito".

De ahí que muchos economistas se hicieran eco de tales observaciones con el temor de que la economía pierda fuerza debido a una recuperación impulsada principalmente por el paquete de estímulos del gobierno, y pueda no ser sostenible cuando se eliminen esas medidas.

Está claro que el crecimiento de la economía de Estados Unidos es una buena noticia para la economía mundial, pero su sostenibilidad aún es incierta por la difícil situación del mercado laboral, que no mejorará a corto plazo. Para la presidenta del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Christina Romer, es imposible tener una tasa de desempleo del 9,8 por ciento y no estar en problemas.

La Reserva Federal y muchas otras instituciones económicas tampoco esperan que la desocupación caiga por debajo del nueve por ciento en 2010. Además, quedan mucho otros obstáculos en la senda de la recuperación económica, como la aún débil condición de los créditos, el endeble sector bancario y la amenaza de la inflación.

En tal sentido la Asociación Nacional para la Economía Empresarial predijo que el crecimiento se ralentizará hasta un 2,4 por ciento en el cuarto trimestre.

También espera un incremento del 2,5 por ciento en el primer trimestre de 2010, aunque otros economistas opinan que el ritmo podría ser aún más lento, cerca del uno por ciento. Lo cierto es que hay mucha incertidumbre sobre la fortaleza y la velocidad de la recuperación de la mayor economía del planeta, que tiene ante sí apenas una luz al final de un largo túnel.

Justo a un año de su elección para la presidencia, Barack Obama tiene ante sí a una descarrilada economía que se esfuerza por sacarse de encima una crisis, que aun no se sabe si llegó al fin o tendrá una recaída. Los economistas piensan que las vigorosas medidas adoptadas por el gobierno y la Reserva Federal evitaron problemas muchos más graves que los sufridos en la Gran Depresión de los años 1930.

Pero para el ciudadano común el plan de rescate ha sido muy costoso y no ha solucionado el conflicto del desempleo, cuyas consecuencias siente a diario en su bolsillo y economía familiar. De acuerdo con los registros ya son más de siete millones 400 mil las personas sin trabajo desde diciembre de 2007, fecha en que comenzó el agravamiento de la actual crisis, y en total 15 millones las desocupadas en la mayor economía mundial.

*Periodista cubana de Prensa Latina desde Washington

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