Carta abierta de una actriz a las más altas autoridades chilenas

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No es costumbre de cultura local dirigirse a los personeros de gobierno para representarles el pensamiento ciudadano frente a sus actuaciones. Lo hace en esta ocasión una actriz y escritora —Malucha Pinto—. "Frente a este despertar de la ciudadanía movilizada, ustedes responden con un proyecto de reforma del Código Penal que pisotea las libertades fundamentales y hace de los periodistas confidentes de la policía." Y dice más.

Somos hombres y  mujeres, de esta patria que hemos hecho del arte y la cultura su vocación, su  misión, su razón de ser. Amamos la vida, amamos este país con pasión; lo miramos, nos sumergimos en sus ríos y misterios, contemplamos a nuestro pueblo con sus sueños, anhelos, luchas y contradicciones. |MALUCHA PINTO.*

Pensamos noche tras noche en cómo descifrar los códigos de nuestra patria. Trasvasijamos el latido sutil de la gente de esta nación en los distintos lenguajes que cultivamos. Espejos del alma. Abrimos el corazón para sentir el pulso de los tiempos, ponemos el cuerpo para descifrar lo que se oculta. 

Desde siempre nos hemos entregado al noble oficio de crear y abrazamos la misión de que la vida cante y se exprese soberana en nuestro arte pero, también, que lo haga en nuestro Chile largo y flaco, y que su pueblo pueda expresarse libremente. Defendemos el derecho inalienable de crear comunidad nacional sin censura y en libertad y de decir lo que nos parece y salir a las calles con nuestras banderas, palabras, acciones a construir un país de acuerdo a nuestros sueños y que de cuenta de su diversidad.

Hoy ha entrado un fuerte viento por todas las ventanas. Salen los chicos y chicas a luchar por una educación gratuita y de calidad, por el fin del lucro. Salen los ciudadanos a decir No a Hydroaysén, se marcha por la igualdad, por las tierras ancestrales.

Nuestra sociedad se remece profundamente, reclama cambios, se manifiesta cansada de un sistema abusivo, que segrega, discrimina y no da respuestas a los legítimos anhelos y derechos humanos: Salud, educación, libertad, respeto, cariño, contención. Y en este cansancio también hay rabia, ira legítima, despropósitos y propósitos y creaciones luminosas. Toda explosión quiebra el orden establecido porque ese orden deja de ser orden y se convierte en opresión.

Frente a este despertar de la ciudadanía movilizada, ustedes responden con un proyecto de reforma del Código Penal que pisotea las libertades fundamentales y hace de los periodistas confidentes de la policía.

Amparados por un manto de protección al “orden público” y aceptación de manifestaciones “pacíficas”, se restringe y amenaza con cárcel a quienes disienten y marchan por las calles de la patria, a los que, en señal de protesta, se toman lugares públicos con el fin de llamar la atención.

Por otro lado facultan a carabineros y policías para solicitar y utilizar a discreción contenidos informativos con el objetivo de perseguir a presuntos delincuentes. Un periodista no es un auxiliar ni un confidente de la policía, y esta disposición constituye un incentivo a la delación. 

Entonces hoy, los artistas y gestores culturales de este país, nos preguntamos preocupados ¿qué significa este proyecto que tiene reminiscencias de otros tiempos que quisiéramos que nunca más volvieran a enseñorearse en nuestras calles? Nos llama la atención que mientras en la OEA, usted señor Presidente de la República, alaba al movimiento estudiantil, acá sugiere aplicar esta  ley autoritaria.

Mucha tristeza y muerte nos acongojó en otros años y ya aprendimos que la represión y el silencio nada fecundo generan. Claramente este es un proyecto de ley peligroso, confuso, ambiguo, que solo apunta a cortarnos las alas, a callar el descontento y sus formas históricas de expresarse. ¿Por qué no generar un diálogo ciudadano, generar reflexión en torno a los actos de violencia, hacerse cargo de un fenómeno que tiene causas y cientos de alternativas para abordarlo sin restringir la libertad de disentir y manifestarse pública y colectivamente?

La conversación, el intercambio, la escucha, la apertura al otro, genuina, oportuna, respetuosa, es el camino del arte y puede ser el camino de la política también.

Y recordando a Neruda, nos despedimos, esperando sinceramente y con respeto, que este proyecto de ley, sea retirado del parlamento y no transgredan el derecho irrenunciable a la expresión y movilización ciudadana.

(Firma):
Malucha Pinto.

La misiva la ha dirigido al Señor Presidente de la República.
Sebastián Piñera; al Señor Rodrigo Hinzpeter; Ministro del Interior, y al Señor Teodoro Ribera, Ministro de Justicia.

A modo de posdata, incluye un poema:

Pero si ya pagamos nuestros pasajes en este mundo
¿Por qué, por qué no nos dejan sentarnos y comer?
Queremos mirar las nubes,
Queremos tomar el sol,  oler la sal,
Francamente no se trata de molestar a nadie,
Es tan sencillo: somos pasajeros…

Entonces qué les pasa
¿Por qué andan tan furiosos?
¿A quien andan buscando con revolver?…

Aquí no están contentos,
Así no andan las cosas…

No me gusta en el viaje
hallar, en los rincones, la tristeza,
los ojos sin amor o la boca con hambre…

Después el mar es duro
Y llueve sangre.
 

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