El baño

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RW

 

No se piensa mucho en el baño: está —y eso es todo—, esperamos que funcione bien. Pero, ¿qué pasa si el baño se convierte en reserva, en testimonio, en cómplice, en acusador? ¿Qué pasa si el baño es el campo del objetivo de un lente —clavado en el lugar menos adecuado del cuarto? Nadie perdería su tiempo en un baño. ¿Seguro?

 

Se trata de un baño en una casa; lo frecuentan sus arrendatarios, Hay de todo, el baño no discrimina. Las necesidades de aseo, otras muy personales y aquellas fisiológicas son iguales a despecho de lo que piense el ocupante; los momentos de más intima soledad no es que hermanen situaciones ni clases sociales, nos dejan desnudos en cualquiera de las acepciones y símbolos que el término encubre.

 

A lo largo de 20 años desfilan personajes y sus momentos por el baño; entre 1968, cuando el país, sus habitajtes, algunos al menos —con y sin razones—, pudo pensar que había una libertad como descubrimiento de la época a la vuelta de la esquina de la historia, y 1988, cuando la idea misma de libertad parecía estarse borrando del imaginario. 20 años que intentan una aproximación minimalista al cénit y ocaso del siglo XX en Chile.

 

Es en este espacio consagrado a la más estricta privacidad al que llegan y desde el que se van colegiales, estudiantes, delincuentes, maestros, oficiantes de distintos oficios, agentes de seguridad, hippies, perseguidos y enrolados en la naciente clase de los ejecutivos, solitarios o satisfechos. Extensa procesión al azar, y en el azar de sus gestos, rostros, pasiones y muecas, cuyos distintos participantes toman los rostros de los actores: Pablo Macaya, Alex Zisis, Aline Kuppenheim, Faryde Kaid, Ramón Llao y Jaime Mc Manus, entre otros.

 

El cine como la gran novela es un arte omniabarcador que parece esperar siempre el límite de las cosas y situaciones para justificar su existencia. Si lo logra o no lo resolverá la historia —y la historia suele dar vueltas y revolverse. En especial en un país cuya cultura se ha inficionado de medias palabras, de medio sentidos, de cuasi cegueras, de tanta timidez como hipocresía, de tanto valor como capacidad de olvido.

 

Será por tanto en el futuro que se pueda juzgar si la corta luz del baño pudo de verdad ver lo que se quiso mostrar con una cámara fjia en una ntermnable y apreada sn embargo secuenca; lo que no está en cuestión es que el intento fue y6 merece ser conocido.

 

<b<Ficha
GUION Y DIRECCIÓN: Gregory Cohen
PRODUCIDA por
Producciones Audiovisuales Dospasos Ltda.
PRODUCCIÓN EJECUTIVA
Igor Rosenmann
Rodrigo Orellana
Gregory Cohen
PRODUCCIÓN
Rodrigo Orellana
Andreas Bodenhöfer
PRODUCTOR ASOCIADO
Antonino Ballestrazzi
DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA
Piola Ávalos
DIRECTOR DE ARTE
Yanko Rosenmann
MONTAJE
Alexis Moreno
Gregory Cohen
MUSICA
Andreas Bodenhöfer
SONIDO
Mario Pezoa
DURACIÓN: 88,44 min.

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