Los héroes están fatigados

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RW
«Mi herencia —dice el realizador de este documental— está en esa combatividad, en esa audacia». Se refiere a la generación de su padre y a su padre mismo; expresa una búsqueda más que mostrar una realidad. Una búsqueda que es política. O puede que no una búsqueda, sino una realidad. Encontrar en un país a la deriva que vuela (o se hunde) un hilo en medio del horizontes de volantines rotos. Pero los volantines —o cometas— no responden.

 

Probablemente la breve filmografía de Marco Enríquez-Ominami —desde VIine a decirles que me voy, cortometraje de 1995, hasta este documental, Los héroes están fatigados, de 2002, no sea otra cosa que la huella de una caminata, exitosa según la óptica de los datos «duros», pero se nos ocurre que no poco aciaga íntimamente, por integrarse a una sociedad que, en definitiva, fue un poco madrastra.

 

No por malvada madrastra —no se trata de un cuento de los Grimm—sino porque debe de resultar difícil compaginar modales, códigos, soledades y sentido del humor; en cierta forma querer hacerse entender sin dejar de ser aquello que lo preparó para otra sociedad, otros modales, otros códigos, otros chistes y una manera diferente de dialogar.

 

Su primera filmación expresa tanto esa dificultad como la voluntad de no ser vencido. De un modo minimalista pretende espantar —al menos escandalizar—. Y lo logra; pero entre 1995 y 2002 el tiempo no pasa en vano.

 

Algunas amistades —tal vez no muchas para conservarlas todavía con orgullo, otras sólidas, de esas que definen a las personas—, la diputación otorgada por el Partido Socialista, el proceso de desencanto subsiguiente, la rebeldía, en fin, que desembocó en 2009 en el gesto audaz de mandarse a mudar y levantar su primera candidatura presidencial.

 

No resulta forzado pensar que este documental es, a la par que un trabajo, también un ajuste de cuentas. Es imposible no ver en los «héroes fatigados» que entrevista MEO una suerte de pandilla digna de la picaresca del Siglo de Oro (pero bien alimentada y vestida); tipos que dejaron atrás sus años de lucha aferrados a escritorios y palabras que no esconden lo que son, sino lo que fueron.

 

Podría decirse que la tragedia de América Latina es nacer a la decadencia sin haber jamás tenido —del siglo XV en adelante— un cénit. Y esos héroes entrevistados por MEO, en general, son nuestros Vidriera contemporáneos.

 

No se pretenda nadar en aguas profundas. Los héroes están fatigados no recuerdan a la vieja película protagonizada por Montand y María Félix; sus aguas son más bien superficiales, pero espinudas: y eso es de suyo un peligro. Como en los filmes de «suspense», no vale la pena mencionar a los entrevistados.

 

La encuentra en el siguiente enlace:

http://www.arcoiris.tv/modules.php?name=Unique&id=15649

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2 Comentarios
  1. Montserrat dice

    A 10 años de su realización yo veo que la película de MEO abarca decicidamente los temas que fueron y siguen siendo el meollo que guía a los actores en nuestra democratura que se elevaron como nuestros representantes: el miedo, el desfase emocional y moral, el cinismo de algunos, la imposibilidad de enfrentar con todo el cuerpo, dar el cuerpo a la responsabilidad que en un momento aceptaron racional e intelectualmente. También ese es un daño que provocó la dictadura. Lo racional a un lado, lo emocional al otro, cerrando la puerta de tu casa. Es una estrategia conocida, que también utilizaron los nazis, la SS, la SA cuando dirigían los campos de concentración y organizaban el exterminio judío. No te jode? Es la unica manera de comulgar con ruedas de carreta y creer que no has muerto en el intento. una pena.

  2. Antonio Casalduero Recuero dice

    En el fondo de esta nota creo percibir un dejo de sarcasmo. Los detractores no le pueden perdonar a Marco su juventud, lo que se traduce en una vivacidad, energía y vitalidad envidiables. Su tesón ha sido tal, que incluso ha tomado clases de dicción, así ha dejado atrás ese hablar atropellado del principio, pero en mi opinión lo más relevante es que Marcos le ha dado un tremendo bofetón político a las dos coaliciones del actual co-gobierno de la derecha y la Concertación; aún más, a raíz del escándalo por el sobreprecio de los aparatitos detectores de drogas, se ha descubierto que ese escandaloso sobreprecio venía operando desde el gobierno de Bachelet, en otras palabras, que bajo ambas administraciones la corruptela pasaba corriendo debajo de las propias narices de los gobernantes, Bachelet y Piñera, y ambos se desvivían sonriéndoles a las cámaras, sin oler el chanchullo que se armaba dentro de la propia Moneda (mal llamada Palacio). Hoy Marco ha lanzado su candidatura y ya figura en las encuestas entre el segundo y el tercer lugar de las preferencias; unos apuntan a Bachelet para seguir profitando del poder que se les fue de las manos, los otros se afirman en la eterna sonrisita aterciopelada de Laurence Goldborn. Los medios de comunicación juegan un papel destacada en estas lides, tan sólo espero que éstos no invisibilicen a Marco por más tiempo, que lo vean y consideren como una carta tan legítima como las demás y le ofrenden un espacio que el juvenil candidato se lo ha ganado lejos.

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