José Muchnik: Me exilié en Francia en 1976 repitiendo la historia de exilios familiares

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Ingeniero y doctor en Antropología, el poeta José Muchnik, entre otros temas, se involucra con los desgarros propios de los exilios, rememora uno de los episodios en los que fue perseguido y apaleado por la guardia de infantería, y nos ofrece un esbozo de su par de encuentros con Julio Cortázar en 1978.

 — ¿Cuál fue tu primer acto de “creación”, a qué edad, de qué se trataba?

¿Seis? ¿Cinco? ¿Siete años? Josecito nació en el fondo de la ferretería deBoedo, cuarto hijo. Cuando cumplí un año nos mudamos a la casa de la calle Colombres, casa de aldaba y zaguán, casa navío, patio largo con habitaciones a estribor, techosaltos arremolinando sueños. Veranos porteños, noches familiares, un niño en la perezosa contemplando estrellas. Cielo que se abre, voces que se esfuman, más y más estrellas, más y más cielo, patio despegando en vuelo estelar. Escribiría mucho después (extraído de “Seres” en “Tierra  viva, luces del mar”):“Mis poemas más bellos / no hechos / / un pulgar sobre venas / donde transitan  pulsos // los pliegues del mar / detrás de mis párpados // cuatro sillas mudas / inclinadas sobre un recuerdo // Mis besos más dulces / no dados / … / en la frente suave / de un rostro adormecido // sobre una lápida crecida / en sangres anteriores // entre labios agrietados / de una tierra ignorada // Mis viajes más dichosos / cuando no ciertos / … / hacia estrellas suspendidas / en un cielo de mi infancia // entre horizontes paralelos / a la línea del amor // a través de países blancos/ engalanados de alelí // Mis poemas más bellos / mis viajes mas dichosos / mis dulces besos / … / en una lágrima / … / ínfimo verso”.

Primera creación poética en ese patio, poema no escrito, poesía evitó filtro entre vida y texto.

– ¿Cómo te llevás con la lluvia y cómo con las tormentas? ¿Cómo con la sangre, con la velocidad, con las contrariedades?

 — Lluvia: nostalgia, contemplación, tristeza. Lluvia exterior / interior en diapasón, recibirla, zambullirme, nadar hacia el fondo, mojarme alma y tripas, volver a la superficie, buscar aire y sol ausente.“Lluvia / … / no sobre mares / ni montañas / ni pastizales // Lluvia / desde un cuarto piso // En el punto donde mezclan / colores con  tristeza / fecundando los tonos / que inventarán otros días // Lluvia / desde mi edad abierta // Despidiendo el típico aroma / que da la historia mojada / en un rincón del pecho // Súbitamente / comprendo las leyes fundamentales // Dos calles que se cruzan /determinan un punto // Tres puntos trasladados bajo la lluvia / generan una ciudad // Una ciudad proyectada hacia el infinito // transforma en polvo el país que la contiene //

Un país / en un globo giratorio / en un tropel de astros ignotos / eleva a la enésima potencia / el valor de la lluvia en este punto / donde se buscaron dos calles / para formar mi esquina” (extraído de “Como una esquina universal” en “Guía poética de Buenos Aires”).

Tormentas: inseguridad, fragilidad, temor. He vivido tormentas, de agua, de arena, de odio. Huir, hacer un tajo entre las nubes, que se vacíen de agua viento demonios. Y esperar, no abandonar en ese instante, después de la tormenta vendrán otras tormentas, seguiré atravesando desiertos sentado entre olas del camello, los oasis existen.

Sangre: ¡Tantas sangres! De niño vena cortada, mano atravesando ventana, sangre escapando de su curso, desmayo, hospital, puntos de sutura. Luego otras sangres, revueltas estudiantiles, carro de asalto, guardia de infantería, suben a una chica, yo ya estaba ahí con un bombazo de gas lacrimógeno en la espalda, la chica tenía la cabeza abierta, la sientan a mi lado, sangre chorrea horriblemente, me mira suplicando. A ver, ¿qué te pasó? Observo su cabeza, tomo un pañuelo, lo aplico en la herida. No es nada, digo para calmarla, me mira agradecida, nos descargan en la comisaría. Nunca supe cómo se llamaba, sólo conocí su sangre.

¡Tantas sangres! También de mi abuela y de mi tío,no llegué a conocerlos, degollados en un pogrom lejano, mucho antes de mi primer llanto en una ciudad llamada Buenos Aires. Sangres que tejieron mis venas / las que vienen navegando / desde otros idiomas / desde otras orillas / mas el mismo pulso / la misma lava / […] / preguntaré qué hora era / en el centro del pueblo / cuando dejó el pogrom / mis raíces en savia viva / preguntaré si ya sumaron / las cifras del bronce / preguntaré si repartieron / la herencia de arcilla / preguntaré cómo me llamaban / antes de darme forma / […] / Preguntaré /  … / si lloraron tanto aquel día / y por eso las miradas / llegaron húmedas al futuro / Preguntaré si escribo / para revivir esas miradas / Les diré / aquí estoy / … /

Nada fue en vano” (extraído de “Preguntas” en “Desgarros…”).

Velocidad: espacio recorrido por unidad de tiempo. Poesía recorre el mundo, brota de humedales y tierra seca, no tiene apuros, perfora el progreso: “Golondrina / Entre el tiempo y el espacio / decidieron las alas / Pues mi pequeño corazón / también dejará un día / el Reino de los latidos[…]¿Años? ¿Horas? / ¿Qué son? ¿Quién vivió? / Tal vez el que grabó / la memoria de alas / sobre amor anegado / de espacios sin tiempo”(extraído de “Una Golondrina” en “Ocho poemas para perder el tiempo”).

 ni pobre ni rico, aprendiz de poeta, una vida de amor con el amor de mi vida. Brindemos: ¡Salud! ¡Salud! ¡Salud! De todos modos ya sabemos, células y neuronas tienen su propio tiempo.

— “En este rincón” el romántico concepto de la “inspiración”; y “en este otro rincón”, por ejemplo, William Faulkner y su “He oído hablar de ella, pero nunca la he visto.” ¿Tus consideraciones?…

 “Poesía fijar vértigos” (Arthur Rimbaud). La experiencia poética no es sólo literaria, concierne a la vida en todas sus dimensiones. El poema trata de plasmar en palabras emociones de vida, objetivo inalcanzable, escalar una montaña con cimas que se alejan.Encontrar las palabras dichas y las palabras no dichas, sonidos y ritmos, para acercarse a una hoja que tiembla, he aquí la tarea desmesurada de los poetas: tratar al mismo tiempo de condensar el lenguaje y de hacerlo estallar, como una gota de perfume cayendo sobre la superficie de las palabras, produciendo ondas y fragancias inesperadas. “Poesía, no forma de escribir, si labios al vivir” expresa bien esta pérdida irremediable entre la vida y los textos” (extraído de mi exposición “Alimentos y poesía. Culturas alimentarias europeas”, pronunciada en francés, en ocasión del 250 aniversario de la Academia de Agricultura de Francia).

Más que de inspiración hablaría de conmoción, de dejarse ser, dejarse flotar en el vértigo de la vida, en un atardecer, una mirada, una palabra, en hojas caídas, zapatillas abandonadas, cangrejos podridos. Sin esa conmoción no hay materia poética, uno no puede vivir al cien por ciento como poeta, sería agotador. Conmoción sola no alcanza para que haya poema, hay que resignarse a escribirlo (o no), hace falta también culo y esfuerzo, sentarse en algún lado y decidirse a fijar la experiencia poética en un texto. También podemos optar por la poesía sublimada: ¿El poema no escrito existe?

— ¿De qué artistas te atraen más sus avatares que la obra?

 No podría decir “más sus avatares que la obra”. Lo que sí me atrae en algunos artistas es lainteracción estrecha entre vida y obra. Las aventuras, locuras, obsesiones… del artista, que podemos percibir en una novela, un poema, un cuadro. Me vienen al espírituMiguel de Cervantes Saavedra, el manco de Lepanto, que plasmó sus campañas militares en el genial “Don Quijote de la Mancha”.

François Villon, el poeta francés de la edad media, nacido en 1431, nadie sabe dónde ni cuándo murió. Gran adicto de bodegones, bebida y peleas, en una de ellas mata a un cura a los veinticuatro años. Encarcelado y condenado a la horca, escribe su célebre “Balade des pendus” (“Balada de los ahorcados”). Finalmente, a los treinta y un años, es amnistiado y forzado al destierro. A partir de ahí, no se sabe nada más de su vida.

Vincent Van Gogh: con sólo pronunciar su nombre se me llenan los ojos de girasoles.

— ¿Lemas, chascarrillos, refranes, proverbios que más veces te hayas escuchado divulgar?

 Proverbios que mi madre decía en ruso. “Medí siete veces y cortá sólo una vez”, “Siglo vivís, siglo aprendés”, “Cántale a tu pueblo y serás universal” (León Tolstói).

También me gustan los proverbios chinos: “Ten confianza pero controla”; “La experiencia es como un farol colgado en la espalda, ilumina sólo el camino recorrido”.

Algunos proverbios del mayo francés (1968): “Bajo los adoquines la playa”; “Si no nos dejan soñar, no los dejaremos dormir”.

— ¿Qué obras artísticas te han —cabal, inequívocamente— estremecido? ¿Y ante cuáles has quedado, seguís quedando, perplejo?

 “Las cuatro estaciones”, de Antonio Vivaldi, que escuchaba a los trece años de un “33 vueltas”, luego de la muerte de mi padre.

Cuando asistí a una exposición de Caravaggio en el “Museo Fabre” de Montpellier: la verdad existe, reside en la emoción, en la lágrima retenida, un detalle, luces de un rostro, pliegues de una túnica, mirada que logra escapar de la tela… Mi lágrima retenida en ese detalle.

Con Alfredo Carlino y Juan Carlos Manoukian

¿Otro estremecimiento? “Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!”: César Vallejo,Los heraldos negros”.

¿Otro estremecimiento? “Relatos de Kolimá” de Varlam Shalámov. Antes de leer, ajustar vuestros cinturones de seguridad.

¿Perplejidades?Confieso que nunca he podido terminar “A la búsqueda del tiempo perdido” de Marcel Proust. Aunque leyéndolo por partes la escritura me parece maravillosa. Se plantea el tema de: ¿cómo abordar, leer, mirar, escuchar, sentir… una obra de arte?

— ¿Tendrás por allí alguna situación irrisoria de la que hayas sido más o menos protagonista y que nos quieras contar?

Año 1978, Asamblea sobre Derechos Humanos, Palacio de Luxemburgo, París. Apercibo a Julio Cortázar en la concurrencia, me las arreglo para sentarme cerca, espero la ocasión, una pausa entre discursos: —Maestro, un gusto saludarlo, me presento, él muy amable, charlamos. Sigo avanzando: Maestro, tengo el manuscrito de un poemario (vaya a saber porqué intuición extraña lo tenía conmigo), me gustaría su opinión. Por supuesto, dejámelo, esto continúa dos días, mañana nos vemos.

Con Ester Furman, su esposa, en Venecia

Día siguiente, lo busco en la asistencia, esta vez no era fácil sentarme cerca, decido esperar la pausa del mediodía, al regreso del almuerzo lo veo tomando un café, me animo: ¿Cómo va? Conversamos sobre las conferencias, ésta qué interesante, ésta un aburrimiento, etc. Finalmente me decido: ¿Tuvo tiempo de leer el manuscrito? Me mira antes de responder, la respuesta estaba clara, agrega por las dudas, la verdad que no, pero te voy a decir una cosa, si escribís y no publicás estás loco o te vas a volver loco. Y a partir de ahí empecé a publicar, durante muchos años no me preocupó difundir, ni ir a lecturas o festivales, publicaba para no volverme loco.

— ¿Qué te promueve la noción de “posteridad”?sefikill, serial financial killers - jose muchnik

Todo es vanidad, en millones de años sólo quedará polvo de estrellas.

— “¿La rutina te aplasta?” ¿Qué rutinas te aplastan?

 Hay rutinas que me encantan, no sé si son rutinas o ritos. Cenar con mi mujer enfrente de la chimenea, pasear por la mañana en un bosque cercano, preparar pastas frescas.

¿Rutinas que me aplastan?: las administrativas.

Laboralmente conocí poco la rutina, desde la ferretería de Boedo, mi aprendizaje del mundo hasta mi trabajo de antropólogo en comarcas lejanas, lejos de ser rutinario, según amigos y colegas, con las “historias de terreno” podría hacer un libro, tal vez varios. “Amazonia he visto” (ver en www.ibuk.com.ar), resultó de la unión entre trabajo antropológico y experiencia poética del mundo.

 CHUPADERO. JOSÉ MUCHNIK. (Libros de Segunda Mano (posteriores a 1936) - Literatura - Otros)— ¿Para vos, “Un estilo perfecto es una limitación perfecta”, como sostuvo el escritor y periodista español Corpus Barga? Y siguió: “…un estilo es una manera y un amaneramiento”.

Estilo, stilus, instrumento que servía para escribir sobre las tabletas de arcilla o de cera, el stilus marcaba, grababa esas tabletas. Todo artista, lo quiera o no, tiene un estilo, una marca que lo caracteriza. De una mirada podemos distinguir un Dalí, un Miró o un Botero. Pero ese estilo brota de las napas freáticas, luego puede ser perfeccionado, pero brota de las profundidades, imposible fabricarse un estilo, hay que esperar que brote, que salga a la superficie. Una misma persona puede escribir poemas, novelas, obras de teatro, notas periodísticas; el estilo es la marca que une esas escrituras como un código invisible pero perceptible.

— ¿Qué sucesos te producen mayor indignación? ¿Cuáles te despiertan algún grado de violencia? ¿Y cuáles te hartan Resultado de imagen para libros jose muchnikinstantáneamente?

 La indignación me reenvía a mi condición de hombre como ser social, solidario de mis congéneres. Me indignan las injusticias sociales, la falta de humanidad, me indignan los inmigrantes que se ahogan en el Mediterráneo o que mueren de sed en el desierto, me indignan los constructores de muros, los traficantes de órganos y seres humanos. Me indignan los SEFIKILL que especulan con el hambre en la bolsa de valores (ver “SErial FInancial KIllers”, editorial CICCUS). Me indignan los artífices del ecocidio, los que arrasan selvas para optimizar beneficios, las mineras que contaminan recursos hídricos, que se jodan los campesinos aguas abajo. Me indignan los apologistas del “sistema”, políticos de forro reversible, periodistas que manipulan verdades, jueces que manipulan justicia. Me indigno conmigo mismo, con mi impotencia frente a esta realidad.

La violencia, a esta altura de mi vida, está bajo control, como el PSA de mi próstata, oscila en niveles aceptables. 

— ¿Qué postal (o postales) de tu niñez o de tu adolescencia compartirías con nosotros?

Bicicleta celeste, muerte de mi padre: trece años, casa de la calle Colombres, velorio, mucha gente con sus pésames, tengo que escaparme de algún modo, escaparme sin irme, a los trece años un niño judío ya hizo su bar mitzvá, es un hombre, tres hermanas mujeres, me tocaba asumir. Se me ocurrió desmontar las ruedas de la bicicleta, volver a montarlas, volver a desmontarlas, así llegué al día siguiente, rodando sin ruedas. En el entierro leí el kadish, como corresponde, luego debía asistir todos los amaneceres a la sinagoga de la calle Asamblea para rezar por la memoria de mi padre, todos los amaneceres durante un año puede ser mucho para un niño-hombre.

Día de invierno con lluvia, digo a mi madre, ma’, hoy no voy, bueno, llueve, quedate en cama… A los diez minutos dos correligionarios adultos vienen por mí, Iósale vamos, si vos no venís no llegamos a diez (el miniem, quórum mínimo para rezar juntos, es de diez personas). Fui, terminada la ceremonia, ocho de la mañana, en vez de volver a casa con mi bicicleta celeste, me “fugo” hacia el parque Chacabuco, al mediodía tenía hambre, se terminó la fuga. Cuando volví, encontré a mi madre más que preocupada, pude negociar que ya no iría todos los amaneceres a la Sinagoga. ¿Ahí comenzó mi ateísmo? ¿A causa de la bicicleta celeste?

— ¿En los universos de qué artistas te agradaría perderte (o encontrarte)? O bien, ¿a qué artistas hubieras elegido o elegirías para que te incluyeran en cuáles de sus obras como personaje o de algún otro modo?

Andréi Tarkovski, película “El sacrificio”. Ser el abuelo que dialoga con su nieto bajo un árbol mientras el fin del mundo comienza a insinuarse.

Tener el rol central en “Affabulazione” de Pier Paolo Passolini.

La interpretación de Vittorio Gassman en el teatro de la Colline, París, años 80, algo maravilloso.

Vivir calma sabiduría y naturaleza en algunos haikus de Basho, vivir la harmonía y belleza que emanan de su obra.

— El silencio, la gravitación de los gestos, la oscuridad, las sorpresas, la desolación, el fervor, la intemperancia: ¿cómo te resultan? ¿Cómo recompondrías lo antes mencionado con algún criterio, orientación o sentido?

 “Si no conoces algo más bello que el silencio, entonces calla”, así dice un viejo proverbio árabe. El ejercicio del silencio y la soledad me parecen fundamentales en la creación artística. Es en ese escenario que gestos oscuridad sombras adquieren otro relieve, absorben sorpresas, diluyen desolaciones, aplacan fervores… dejando intemperancia y llagas vivas.

— ¿A qué artistas en cuya obra prime el sarcasmo, la mordacidad, el ingenio, la acrimonia, la sorna, la causticidad… destacarías?

 Charles Chaplin, Héctor Malamud, Manuel Scorza, Robert Desnos.

 — ¿Qué apreciaciones no apreciás?¿Qué imprecisiones preferís?

 En el curso de mi experiencia como antropólogo / investigador, me sulfuraban las apreciaciones fundadas en cierto academicismo / dogmatismo, que califican, sentencian: el enfoque, el artículo o lo que sea “no es científico”, esa era la frase asesina. Mi preocupación fue siempre de asociar diversas formas / fuentes de conocimiento, en particular la experiencia científica y la experiencia poética:los nuevos paradigmas de sociedad, de producción agrícola, de urbanización, de… no saldrán repentinamente de la investigación científica como del muslo de Júpiter. Sin duda que necesitamos nuevos saberes, pero sobre todo necesitamos un nuevo saber, un saber de una nueva calidad, un saber basado sobre un  principio de unificación de las diversas formas de conocimiento, de las diversas experiencias del mundo” (extraído de “Alimentos y Poesía”). Paradojal y simétricamente los “opinadores seriales” de las “academias poéticas” caen en la misma trampa, blandiendo análoga frase asesina:“esto no es poesía”.

Crear implica salirse de caparazones establecidos; ofender academias con imprecisiones e impurezas.

Con Amalia Perez y Daniel Barroso

— ¿Viste que uno en ciertos casos quiere a personas que no valora o valora poco, y que en otros casos valora a personas que no quiere? ¿Esto te perturba, te entristece? ¿Cómo “lo resolvés”?

 Habría que precisar en qué plano se sitúa la valorización. Tengo amigos que valoro como personas, muy buena gente, pero que no valoro en el plano intelectual. En otros casos puede suceder lo inverso. En otros casos podemos valorar a alguien de manera integral. Es la vida, las cosas son como son, se sienten como se sienten, no me perturba, no hay nada para resolver.

 

 — ¿El mundo fue, es y será una porquería, como aproximadamente así lo afirmara Enrique Santos Discépolo en su tango “Cambalache”?

Con Pablo Melicchio ,Mario Bellochio, Andrea Maggio, Juan Carlos Manoukian y Eduardo Dvorkin

La afirmación esconde lo contrario; que Discépolo lo escriba no quiere decir que no haya participado del encanto del mundo. El mundo para el ser humano siempre fue al mismo tiempo una porquería y una maravilla. Ya en la Biblia podemos constatar la existencia de un Dios terrible y también lleno de bondad.

— Por la fidelidad y entrega a una causa o proyecto, ¿qué personas (de todos los tiempos y de todos los ámbitos) te asombran?

 Leonardo da Vinci, Rosa de Luxemburgo, Camille Claudel, Alfonsina Storni.

 — ¿Qué te hace “reír a mandíbula batiente”?

 La risa depende del contexto y de la edad; el Gordo y el Flaco me hacían reír a los nueve años, ya no tanto. Ahora me hace reír mi nieta Giulia, cuatro años, una Mafalda franco-ítalo-argentina. El desfasaje entre la niña y sus salidas de adulto en miniatura son joyitas de humor. Una de las anécdotas en pocas palabras: Giulia no quiere ir al colegio, su madre (mi hija) se esfuerza en explicarle porqué hay que ir al colegio. Vas a estudiar, más grande vas a tener diplomas, con los diplomas conseguirás trabajo, entonces ganarás plata, para comprarte lo que quieras, para viajar a Italia… Respuesta inapelable de Giulia: Mami también podemos elegir ser pobres.

— ¿Cómo afrontás lo que sea que te produzca suponerte o advertirte, en algunos aspectos o metas, lejos de lo que para vos constituya un ideal? 

En lo referente a la creación poética, cuesta releerme y confirmar que algunos escritos no me gustan. Pienso: captar la poesía de la vida en el poema es imposible, debo aceptar la “frustración original” del acto poético. Eso pienso, pero entre lo que pienso y lo que siento hay una diferencia, me da bronca confrontarme con el poema real.

— El amor, la contemplación, el dinero, la religión, la política… ¿Cómo te has ido relacionando con esos tópicos? 

Varios tomos serían necesarios para responder a esta pregunta. 

Amor

 ¡Oh amor mío! / aún nosotros somos mortales / Aún nosotros / que conocimos el Olimpo / Aún nosotros seremos castigados / y nos dibujarán máscaras terribles

sobre el rostro / y nos doblarán los huesos / poco a poco / y nos quebrarán la voz

bajo el lodo // Mas no podrán  / con nuestras balsas / ………………………… / el reposo en la noche / el desayuno sin prisa / el estar juntos simplemente // Nuestras balsas / amor mío / seguirán transcurriendo / más allá de la condena […]Por eso estos versos // Para ti / para nuestros hijos / para nuestros hermanos / para los excavadores del futuro

// Para decirles / que hubo también amor / hacia los fines de la era del oprobio / No solamente bombas / no sólo ciudades arrasadas / no sólo grises mercaderes // Hubo también amor / …………………………. / por eso existen”(extraído de “Arqueología del amor”).

 Contemplación

 “¿Tal vez pueda la luz / desenredar el tiempo? // En monturas marinas / escalar espumas / enlazar reflejos / diluir cronologías // ¿Años? / ¿Semanas? / ¿Segundos? /… / ¿líquidas estrellas? / ¿utópicos violetas? // Para viajar / anclar en un punto // No ir /… / ni a la playa contigua / ni al próximo shopping / ni a otras golosinas // Excavar este punto / hasta encontrar / las napas de luz / que aclarar puedan / madejas de tiempo

/ ¿Años? / ¿Semanas? / ¿Segundos? / … /¿Qué significan? / … / si de todos modos / vida es un ínfimo instante / y eternidad una gran amnesia // Una pregunta sí / … / ¿Cómo llegar al interior de la burbuja / sin que revienten las primeras ilusiones?”

(extraído de “Burbuja” en “Tierra viva, luces del mar”).

 Dinero: Tener para vivir; no vivir para tener.

 Religión:Ateo involuntario, no me imagino a Dios detrás del cortinado. Envidio a los creyentes. Me apasiona el estudio de las religiones. Leer la Biblia me parece fundamental para entender en qué mundo vivimos. Aún hoy la mayoría de los conflictos bélicos que sufrimos tienen un fondo religioso, velado o manifiesto.

“Como los hombres no pudieron / soportar sus diferencias / crearon los Dioses / a su propia semejanza // Y todo fue en nombre de Dios / En nombre de Dios / las conquistas / En nombre de Dios / las banderas / En nombre de Dios rodando / los ojos con sus cabezas” (extraído de “Nacimiento” en “Cien años de libertad y Coca Cola”).

Con un grupo de poetas franceses y latinoamericanos en 2017

Política: Aunque hayan cambiado formas y plataformas desde mi adolescencia me comprometí con “la política”. Entendiendo a la misma como una forma de vivir en sociedad, de vivir en “la Ciudad”. Platón en su “República” plantea la expulsión de los poetas de la Ciudad ideal, pues eran susceptibles de corromper el alma de los héroes. Victor Hugo y otros grandes escritores plantearon por el contrario la necesidad del compromiso social del poeta: El poeta en días impíos / Viene a preparar días mejores / Es el hombre de las utopías / Los pies aquí los ojos más allá / Es él quien sobre todas las cabezas / En todos los tiempos, como los profetas / En su mano donde todo puede caber / Debe, que lo insulten o lo elogien / Como una antorcha que sacude / Hacer relucir el futuro” Victor Hugo, “Fonction du poète” (1839), en “Les rayons et les ombres” (1840). Trad. J. M.

“La pregunta “¿Usted se considera un poeta social?” me ha sido formulada de manera recurrente en numerosas entrevistas. Digámoslo de manera breve, se trata de un interrogante tautológico, todos los poetas son seres sociales, manejan una lengua precisa en un lugar preciso, en consecuencia, comprometidos, explícita o implícitamente, con una sociedad dada. La cuestión sería otra: ¿Cómo sus poemas plasman la poesía a partir de su experiencia del mundo? Un doble desafío se plantea al poeta: por un lado, no caer en la tentación del hermetismo, de encerrarse en el lenguaje, de que el poema se convierta en un juego de palabras. Por otro, la tentación de agitar conceptos generales, olvidando que el poema debe germinar de sentimientos y emociones / conmociones surgidas de su experiencia del mundo. No es a partir de conceptos, es a partir de su vivencia personal que el poeta puede acceder a lo universal.”(Extraído de “Creciente poética:por un mundo sin muros ni barbarie”. Entrevista de la revista “La Otra”.)

— ¿A qué obras artísticas —espectáculos coreográficos, films, esculturas, música, pinturas, literatura, propuestas teatrales o arquitectónicas, etc.— calificarías de “insufribles”?

 Una película, si no la aguantamos podemos irnos o dormirnos, aunque en general las miro hasta el final; mal cine es también una forma de aprendizaje. Con novelas, ensayos o poemas es diferente: cuando me canso, me voy, a veces tomo una diagonal para escaparme, no me doy tiempo de sufrir. Con las exposiciones de arte plástico si se trata de la obra de un pintor o de un escultor, raramente tuve disgustos. El problema se me ha presentado, en ciertos casos, con obras de teatro: por ética, respeto por los actores, uno no puede irse en mitad de la obra. Agreguemos, que algunas lecturas de poemas, cuando los poetas se suceden sin fin con su narcisismo en erección, también pueden resultar insufribles. Aguantar también es sabiduría.

 Ficha 

José Muchnik nació el 2 de noviembre de 1945 en Buenos Aires, capital de la República Argentina, y reside en Épinay-sur-Orge, Francia. En 1973 obtiene su titulo de Ingeniero Químico, por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires. En 1981 se gradúa de Doctor en Antropología, por l’ Ecole d’Hautes Etudes en Sciences Sociales de París. Presentó fotografías suyas en las siguientes exposiciones (1990-2007): “Le pain des autres”, “Amazonia he visto”, “Mamáfrika” y “Amazonie, rêves et réalités”. Fue, entre otras actividades, compilador de antologías y organizador de manifestaciones poéticas. Publicó desde 1985 los poemarios “Quince poemas por la paz”, “Ocho poemas para perder el tiempo”, “Cien años de libertad y Coca-Cola”, “Proposition poétique pour annuler la dette extérieur” (bilingüe español-francés), “Arqueología del amor”, “Amazonia he visto” (bilingüe español-francés), “Calendario poético 2000”, “Guía poética de Buenos Aires”, “Tierra viva, luces del mar”, “Crítica poética de la razón matemática”, así como los volúmenes de poemas y relatos “Sefikill (Serial Financial Killers)” y “Desgarros: exilios, duelos, muros”, y, únicamente de relatos, “Josecito de la ferretería”. En el género novela se socializaron “Chupadero” (2005) y “Geriatrikón” (2007).

“Nací en 1945 y en el barrio de Boedo de la ciudad de Buenos Aires. Mi infancia estuvo marcada por la ferretería “Don Miguel” y la casa de la calle Colombres, donde anclaron mis padres, inmigrantes rusos en esas tierras. Crecí entre barricas de gomalaca, latas de masilla y tambores de kerosene, entre oleajes de exiliados de diversas latitudes que buscaban un retazo de calma para vivir. Ese mundo mágico, con sus objetos, lenguajes, historias, transparenta en algunas de mis obras (como “Josecito de la ferretería” o “Guía Poética de Buenos Aires”). El patio de esa casa, sus cielos estrellados en noches de verano, fueron arcilla de mis primeros versos. También la figura de “Liolia” (Lionid Ravitz), poeta ruso, tío materno, que nunca conoció la Argentina, bolchevique convencido, participó de la revolución de octubre y de la segunda gran guerra. Cuando llegaban sus libros, Siula (mi madre) me leía emocionada sus poemas en ruso.

Cursé mi bachillerato en el Colegio Nacional Mariano Moreno e ingresé en 1963 en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, orientación ingeniería química. Comprometido con el movimiento estudiantil, fui elegido presidente del Centro de Estudiantes de Ingeniería “La Línea Recta” en 1967 y expulsado de la Facultad en 1968 por alteración del orden público. Readmitido en 1970, me gradué en 1973. Ingresé en la Secretaría Nacional de Industria, pero pocos años después, con la llegada de la nefasta dictadura militar, en 1976, me exilié en Francia repitiendo la historia de exilios familiares. Mi padre había huido de Monastyrich – Ucrania en 1919, luego de un pogrom en su pueblo natal, en el que asesinaron a su madre y un hermano. Las huellas de los exilios pueden apreciarse desde mi primer libro,“Quince poemas por la paz”, editado en 1985 en Costa Rica bajo el seudónimo de “Pablo José”, hasta uno de mis últimos poemarios,“Desgarros…”, editado en Buenos Aires. Ya en Francia, a todas las alteraciones que implica el exilio, agregué el cambio de profesión. Me inscribí en l’ Ecole d’Hautes Etudes en Sciences Sociales de París, donde en 1981 me gradué de antropólogo, especializado en el estudio de culturas alimentarias locales, con mi tesis de doctorado “Tecnologías autóctonas y alimentación en América Latina”. Ingresé al Institut National de la Recherche Agronomique (INRA) donde devine Director de investigaciones. Desarrollé un enfoque sobre los “Sistemas agroalimentarios localizados” (SIAL), el que encontró una importante repercusión en la comunidad científica internacional. Las numerosas investigaciones de terreno en diversos países de África y América Latina, también influyeron en mi obra poética: “Amazonía he visto”,“Pan amor y poesía, culturas alimentarias argentinas” (de este volumen he sido compilador). Como parte de mi trabajo hetomado numerosas fotografías, la mayoría de las cuales aún no han sido divulgadas, si bien realicé cuatro exposiciones fotográficas: en la UNESCO (París), en Montpellier, en la Casa de la Poesía de La Habana.

He sido miembro fundador del grupo franco-argentino “Travesías Poéticas”, del “Collectif Poétique Effraction: Poètes des cinq contienents” ydel grupo “Creciente Poética”. Soy colaborador permanente del periódico “Desde Boedo” y de la revista cultural “Generación Abierta”. Organicé numerosas manifestaciones poéticas en París, así como espectáculos poéticos-musicales asociando tango y poesía. Insisto en que sigo siendo “Josecito de la ferretería”, un habitué del boliche de la cortada San Ignacio, de esa ciudad llamada Buenos Aires, que tal vez sí exista.”

*Cuestionario respondido a través del correo electrónico: en Épinay-sur-Orge, Francia, y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Argentina, distantes entre sí unos once mil kilómetros, José Muchnik y Rolando Revagliatti, 28 de enero de 2019.

 

 

 

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