¿Herr Alfred descansa en paz?

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Herr Alfredo fue un personaje interesante. Empresario e inventor ordenado, tranquilo, metódico e incansable, tuvo la suerte o entereza de generar, desarrollar, patentar y producir industrialmente grandes e importantes inventos que, geopolíticamente hablando, tuvieron la virtud – ¿o el defecto? – de impactar dramáticamente en la sociedad de su tiempo. Sin embargo Herr Alfred no fue del todo feliz por las desgracias que ocasionaron en todo el mundo sus inventos, en los hechos, productos industriales.
De verdad que Herr Alfred mientras más se acercaba a la vejez y al término de sus días en la tierra, los remordimientos lo acosaban de tal manera que no podía vivir en paz.
Los remordimientos de culpa, como sabemos, son capaces de herir la conciencia de tal modo que los pensamientos sólo giran en el interior recordándole, al que se siente culpable, cada uno de los delitos sobre los cuales se siente responsable.
¿Y cómo no habría de sufrir Herr Alfred si gracias a su brillante intelecto aparecieron sobre la faz de la tierra la dinamita y la balistita, o pólvora sin humo, que contribuyeron definitivamente para que la guerra adquiriera matices de mortandad que jamás se habían visto a lo largo de la historia humana?suecia-nobel
Él, Herr Alfred, no sólo las inventó, sino que con sus industrias dotó de los instrumentos de destrucción más violentos de la historia a las guerras de fines del siglo XIX y XX.
Herr Alfred acumuló enormes riquezas con la fabricación de explosivos, armas y con la explotación petrolera lo cual lo convirtió en uno de los hombres más ricos del planeta.
Como pueden darse cuenta, Herr Alfred Nobel, de él les hablo, no fue en vida un monumento a la Paz.
Herr Alfred Nobel, insisto, no fue un hombre de paz, como quizá muchos de nosotros pudiéramos pensar al ver que año tras año se entregan premios que tienen tal objetivo. Alfred Nobel, por lo contrario fue un hombre de guerra y, como hombre de guerra, un notable impulsor de la industria militar, por lo tanto, ha sido uno de los directos responsables de las grandes masacres bélicas que se generaron a partir de sus inventos.
Sin embargo, poco antes de morir, acometido por sus complejos de culpa decidió destinar las riquezas obtenidas con sus industrias bélicas para formar un fondo que permitiera instauraran cinco premios para galardonar a las personas que más hubieran hecho en beneficio de la Humanidad en los terrenos de la Física, la Química, la Medicina, la Literatura y la Paz. Esos son los llamados Premios Nobel.
¿Descansa en paz Alfred Nobel cuando sólo después de muerto se preocupó de la paz?
¿Habrá un Cielo especial para los comerciantes inescrupulosos que se enriquecen fabricando armas e instrumentos de destrucción masiva?
Lo cierto es que desde que se instauró la Fundación Nobel en 1900 bajo el encargo de entregar cinco Premios Nobel a las personas más destacadas en cada uno de los mencionados campos se han entregado poco más de ochocientos premios.
Nos merece especial atención comentar sobre uno de los premios, me refiero al Premio Nobel de la Paz porque es el que mayores críticas ha recibido porque no siempre ha sido concedido a personas amantes de la paz. Es más, en los últimos decenios ha sido entregado con un claro sesgo político para apoyar movimientos que no se identifican con la paz e, incluso, en algunas ocasiones fue entregado a personas que se destacaron en su actividad belicista, como es el caso de Henry Kissinger, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1973, pese a que fue el instigador directo de la mayoría de los Golpes Militares y genocidios que se sucedieron en América Latina en esa época, y de la extensión de la Guerra de Vietnam. Lo mismo puede afirmarse respecto al premio concedido a Barack Obama actual Presidente de EEUU Barack Obama, que comenzó su periodo presidencial el 20 de enero de 2009, el 9 de octubre del mismo año el comité Nobel se apresuró servilmente a entregarle el premio Nobel de la Paz en circunstancias que recién comenzaba su actividad como Presidente y no tenía merecimiento alguno para hacerse acreedor a tal galardón.
El tiempo ha demostrado que, al igual que el premio entregado a Henry Kissinger en 1973, la actividad belicista del Presidente Obama ha puesto en medio de una guerra prolongada a todo el medio Oriente, dejando muy comprometidas las acciones del sueco Comité Nobel, a tal punto que podemos concluir que el Nobel debe descansar en paz al igual que lo hace su progenitor Herr Alfred Nobel en el cementerio Norra Begravningsplatsen de Estocolmo, Suecia.
¿Pueden ustedes decirme si Herr Nobel ha logrado descansar en paz viendo como millones de personas huyen de las zonas de guerra mientras el premio por él instaurado se entrega por acuerdos políticos no tan Santos?

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