La princesa y el filósofo

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El psiquiatra e investigador Bruce Greyson cuenta que hace algunas décadas, una mujer que acababa de intentar suicidarse le hizo cuestionar todo lo que sabía acerca de la mente y el cerebro. Estaba a punto de saborear unos espaguetis, recuerda, cuando mi teléfono sonó y el tenedor se me cayó de la mano salpicando salsa de tomate en mi corbata. La llamada era para comunicarme que había llegado a Emergencia una paciente con una sobredosis y su compañera de habitación estaba esperando para hablar con conmigo.

Cogí la bata blanca, me la abroché hasta arriba para esconder la mancha y bajé a Emergencia. En las notas leí que Holly, una  estudiante universitaria, por el momento estaba estable, pero inconsciente. Cuando la visité en la sala de Emergencia con los cables de los monitores atados a su cuerpo, no reaccionó cuando la llame por su nombre. Su compañera me esperaba en otra sala  al final del pasillo. Al juntarme con ella la invité a sentarse y me desabotoné la bata debido al calor, dirigiendo el ventilador hacia nosotros. Nahtod | Bruce Greyson im Gespräch - YouTube

Me contó lo que había ocurrido: La encontré inconsciente en su cama, me dijo. Probablemente una sobredosis del antidepresivo que acostumbra a tomar. Luego de recolectar toda la información que pude volví a la habitación y el enfermero que la atendía me dijo que ella no se había movido y seguía inconsciente. A la mañana siguiente volví a verla. La llamé con voz suave.

Abrió los ojos y le dije, soy el doctor Greyson, de psiquiatría. Cerró los ojos y asintió. Segundos después murmuró en voz baja: Sé quien eres. Te recuerdo de anoche... ¿Como así? le pregunté. Anoche parecías dormida, no creo que pudieras verme. Y, con los ojos semicerrados, murmuró: No en la habitación. Te vi hablando con Susan, sentados en el sofá. Le pregunté ¿alguien te lo dijo? No. Te vi. En ese momento no supe cómo proceder. Llevabas una corbata a rayas que tenia una mancha roja, dijo con convicción.

Y continuó replicando la conversación que había tenido con Susan, sin ningún error, incluyendo el momento en que moví el ventilador. Quedé totalmente desconcertado. Era imposible.  ¿Cómo podía saber todos esos detalles? En la sala Susan y yo estábamos solos. Nadie sabía los detalles de nuestra conversación. Y solo alguien que hubiera estado en la sala podía haber visto la mancha en mi corbata. Pero ella lo sabía. Recién acababa de volver en sí y no había hablado con su compañera desde el día anterior. Luego, su respiración errática me indicó que se había vuelto a dormir.

Aquel incidente me dejó bloqueado, porque no podía explicarlo. Sólo había una imposible alternativa, que la parte de Holly que pensaba, oía y recordaba había salido de su cuerpo  de algún modo y me había seguido por el pasillo hasta la sala de espera. Y, sin tener ojos ni oídos, había percibido mi conversación con Susan. Pero esto obviamente no tiene sentido. A no ser que pensemos que el cuerpo y la mente son dos sustancias diferentes.

Y esto es justamente lo que pensó Descartes. La materia o la res extensa, según el filósofo francés, es esencialmente espacial. Tiene altura, profundidad y longitud o una o más de ellas. No podemos decir lo mismo de la mente o la res cogitans. Ella no ocupa espacio, no tiene forma ni dimensiones. Su característica esencial no es el volumen, sino la conciencia. Y estas dos sustancias, a pesar de ello, interactúan.

Aparentemente Descartes no vio que aquí hay un problema. Y fue nada menos que una Princesa, Elisabeth de Bohemia, la que se lo dio a conocer en una carta de mayo de 1643: si la mente afecta el cuerpo, debe entonces hacer contacto con él y para ello debe estar en el espacio  y tener extensión. En ese caso, el alma es física.

En otras palabras, si hacemos una clara distinción entre física y fisiología, por un lado, y psicología, por el otro, nos quedamos sin un principio  que nos indique cómo se conectan o, mejor aún,  como interactúan. Y esta es la paradoja que da origen al problema del cuerpo y la mente. Un tremendo problema que no se lo debemos a Descartes sino a la Princesa que lo vio con una claridad meridiana y que nos persigue hasta hoy.

Una paradoja es un grupo de proposiciones verdaderas, pero que tomadas en conjunto son inconsistentes. Y esto es lo que ocurre con el problema de cuerpo y mente. En breve:

La mente es algo no físico.

El cuerpo es una cosa física.

La mente y el cuerpo interactúan.

Las cosas físicas y no físicas no pueden interactuar.

No podemos  negar ninguna de estas proposiciones. Pero, igualmente, no podemos afirmar que en conjunto sean consistentes. A lo menos una de ellas debe ser eliminada. Y al hacerlo terminamos con que la realidad fundamental es enteramente material o enteramente inmaterial o, parcialmente material y parcialmente inmaterial.

Con absoluta certeza, dice el idealista, no puedo negar la posibilidad de que estoy en la Matrix y que toda mi experiencia del mundo exterior es sólo una mera ilusión. Todo lo que tenemos son sólo nuestras propias percepciones sensoriales ubicadas en la mente. Mas allá de ella no hay nada: “esse es percipe”. La llamada materia del mundo es fundamentalmente materia mental. Y nada más.

Es bien difícil aceptar la creencia de que el sustrato de todo es de carácter mental. Pero, al mismo tiempo, también es bien difícil negar que la mente es lo primario y más directo en nuestra experiencia y que todo lo demás es inferencia, a pesar de que la creencia mas común en nuestros días es la de que las sensaciones son parcialmente causadas por la realidad. Pero, a pesar de ello, hay que tener en cuenta que ciertamente es el cerebro el que las construye completamente para presentarnos el mundo en la forma que necesitamos para abrirnos camino en él.

Esto no significa, sin embargo, que no haya un mundo real ahí afuera que no depende de nuestras No-dualidad Artículos | El mundo es irreal (I)percepciones. Uno que a veces nos machaca y destruye. Para los naturalistas la realidad fundamental es completamente física y todo lo que hay depende finalmente de ella. La psicología, la fisiología, la neurología, la física y las ciencias cognitivas operan con el principio de que no hay actividad mental en ausencia del cerebro, del sistema nervioso o de estructuras físicas análogas.

La evidencia es abrumadora. El daño de una parte del cerebro destruye parte de nuestros pensamientos, elimina habilidades cognitivas y altera capacidades personales y emocionales. Si tienes alguna duda mira solo a alguien con daño cerebral. Cuando se restauran las funciones electroquímicas del cerebro se renuevan las funciones mentales. Cuando alteramos la química del cerebro a través de drogas, por ejemplo, alteramos también nuestros pensamientos, percepciones  y emociones.

La dependencia causal en todos estos casos es innegable. La mente, por tanto, depende de las reacciones químicas y eléctricas específicas del sistema nervioso. No hay mente sin cerebro al igual que no hay sonrisa sin rostro.

Obvio, con meridiana claridad podemos identificar las estructuras necesarias para que la consciencia se manifieste. El problema, sin embargo, es que no encontramos la consciencia en el cerebro, lo que nos hace sospechar de que la mente  no puede reducirse a una cosa meramente física. El neurólogo puede observar la actividad de tu cerebro con la ayuda de la imagen de resonancia magnética pero no podrá observar tus pensamientos ni captar “como es” tu experiencia del mundo exterior.La conciencia y el cerebro dividido

Nuestras experiencias del aroma del jazmín, del azul del cielo o de mi dolor de muelas, son sólo experiencias de la primera persona… ¿Podrías explicarle a otra persona que carece de olfato como se siente el aroma de la flor o el ritmo del jazz si carece de audición? Ese rojo del copihue que yo veo ¿será el mismo rojo que tu ves?

El neurocientífico tiene  una explicación de cómo exactamente el cerebro causa tu repuesta al dolor, pero la explicación deja afuera la sensación de dolor. El no puede doler mi dolor. Estos son aspectos cualitativos de nuestra experiencia consciente  que no pueden ser captados solamente por la materia en movimiento o por cualquier tipo de mecanismo o instrumento físico. El fisicalismo no tiene una respuesta de como los procesos físicos en el cerebro dan lugar a la experiencia consciente.

Pareciera, entonces, que hay “algo más” que la pura arquitectura fisiológica del cerebro. ¿Cómo explicamos la aparición de este “algo más”? Una idea es la de que la consciencia emerge como una función de la “integración informativa“ o complejidad cerebral. El cerebro de una hormiga, por ejemplo, manipula información de manera bastante simple, por tanto, su nivel de información integrativa y su consciencia es bastante baja, aunque no tanto como la de un termostato, que sería mucho menor, si pensamos en el pansiquismo.

Una consciencia como la humana, en cambio, sólo puede surgir con un cerebro mucho más complejo. Y la consciencia, cualquiera sea el nivel de complejidad cerebral que logre, según esta idea, es una entidad básica que no puede ser analizada en términos de otra cosa. La experiencia puede correlacionarse con estados cerebrales, pero no es lo mismo que esos estados. Son dos cosas radicalmente diferentes. Cierto.Materialismo, consciencia y el problema mente cuerpo

Pero, la cosa es que si la mente surge de lo físico, pero no es física… ¿cómo ha surgido? Y, peor aún… ¿cómo puede interactuar con lo físico? Todavía no lo sabemos.

Una mejor aproximación, aunque no total, es la del monismo neutral, un elemento neutral, considerado en una secuencia física. Es físico, pero el mismo elemento, considerado en una secuencia mental es, por esa razón, considerado mental. Un color, por ejemplo, es un objeto físico en cuanto consideramos su dependencia de la luz, de otros colores, de la temperatura, del espacio, etc. Pero cuando consideramos su dependencia de la retina y otros elementos del cerebro es, entonces, un objeto psicológico que experimentamos como sensación.

No es el objeto, sino la dirección de la investigación lo que es diferente. La paradoja del cuerpo y la mente surge cuando mezclamos ambos modos de representación en una misma frase, modos que, en realidad, usados en forma correcta pertenecen a diferentes lenguas. El mantener los dos modos separados no impide, sin embargo, que la mente y el cuerpo interactúen. Pero… nuevamente aquí no tenemos ningún detalle de cómo esa interacción funciona, de cómo un proceso físico se experimenta como un proceso subjetivo.IPS: los pacientes deambulan por los pasillos y la buena atención está ausente - Periodismo Joven - ABC Color

Actualmente tenemos una rica variación de teorías basadas en una u otra de estas ideas o una combinación de ellas. El problema es que todas ellas topan con las mismas limitaciones y ninguna nos puede dar indicios de que pasó con Holly… ¿Cómo explicamos que personas que tuvieron experiencias cercanas a la muerte puedan dar información de detalles de su entorno en el momento en que estaban inconscientes, con un EEG plano, que indica ausencia de actividad eléctrica en las partes principales del cerebro?

Este es un problema importante porque no puede ser explicado por ninguno de los mecanismos neuronales conocidos y, mucho más grave, violan algunas leyes fundamentales en las que se basan las ciencias naturales.

La dificultad en el estudio de este tipo de fenómenos es su falta de reproducibilidad. No pueden generarse intencionalmente porque son singularidades de una dinámica que nunca se repite, lo que hace difícil o imposible que puedan investigarse experimentalmente. Y, debido a esto, no se pueden estudiar con las herramientas y métodos científicos de que hoy disponemos.

Puede que algún día descubramos nuevos principios que nos den indicios de los procesos subyacentes en este tipo de fenómenos y alguna evidencia de la transmisión de información a través del espacio y tiempo. O puede, también,  que la consciencia sea un misterio para siempre.

 

* Profesores de Filosofía chilenos graduados en la Universidad de Chile. Residen en Ottawa, Canadá, desde 1975. Nieves estuvo 12 meses presa en uno de los campos de concentración durante la dictadura de Augusto Pinochet. Han publicado seis libros de ensayos y poesía. Colaboran con surysur.net y el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)


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