Lecturas de un viaje a Marte
RW
Desde que bendecía la guerra Marte está de moda. Van a ser tres milenios. Ya no se reclama que esté de lado alguno: guerras, muertes y saqueos no lo necesitan. Nuestros días acostumbran matar a mansalva y, si no es por diversión, a distancia, de manera teledirigida. Si Marte ocupa titulares es porque perdió la virginidad que le confirió la lejanía de los hombres.
Un pequeño bicho mecánico y electrónico mueve sus piedras, sacude la arenilla roja, lo fotografía y todos vemos esas fotos como antaño los buenos burgueses calculaban el tamaño de la mancha en la sábana de los recién desposados colgada de un balcón ceremonial.
El vídeo del lanzamiento desde Tierra y llegada del pequeño robot a Marte es en sí mismo una hazaña tecnológica —y no exenta de buen gusto—; tanto, que dan ganas, como lo sugería una vieja película, de pensar que todo eso de la «conquista del espacio» es una serie de entretenimiento. Pero no. Es real.
Tiene una duración de poco más de seis minutos y —aunque carece de subtítulos— merece absolutamente ser visto. Empero, con una advertencia. La planicie marciana muestra un algo triste. Acaso es premonitoria.
Nos explicamos. En estos días de público y secreto discurrir acerca del destino de nuestro planeta: la minería que mata, los cultivos transgénicos que matan, el envenenamiento de las aguas que mata, la biodiversidad que desaparece junto con los bosques, como los hielos de los polos y las altas cumbres, en fin, el aire que con entusiasmo se envenena; en estos días desesperanzados de matanzas, es decir, la superficie de Marte es como un dejà vu de lo que será la Tierra.
Si hubo vida inteligente —como la concebimos aquí y hoy— cabe preguntarse tras ver el vídeo: ¿si la hubo en Marte derivó en un modo de producción capitalista?
El vídeo se encuentra en YouTube
El despeñadero al que se dirige la vida en la Tierra es cada vez más factible. Es perfectamente válido presumir que Marte sea vista como la alternativa para proseguir la actual forma de vida terrestre. Los diversos proyectos para estudiar las posibilidades de vida en ese planeta son cada vez mayores. Las miles de ojivas nucleares existentes hacen que la vida en la Tierra se torne constantemente más precaria e insegura. Los países tecnológicamente más avanzados lo tienen muy claro, de ahí que destinen grandes sumas de dinero a esos proyectos futuros. La futura base humana en Marte -una virtual burbuja- para que pueda subsistir la vida está diseñada desde hace tiempo, sólo falta concretar esos estudios para llevarla a cabo. Las expediciones tripuladas al planeta rojo ya están planificadas para dentro de no más de cinco a diez años. Estados unidos, Rusia, China, principalmente, son los más avanzados en este sentido; ¿y qué ocurrirá con los demás?, pues que se sienten a esperar el Armagedón en la puerta de sus casas.