México: «Hablar de Ignacio Ramírez es generar un huracán en cualquier lugar donde sea mencionado»

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Dice Emilio Arellano en su calidad ya no de abogado, sino de escritor y pensador: “La izquierda mexicana está retomando las ideas de Ignacio Ramírez: la revocación del mandato para los funcionarios públicos, la separación total del Poder Judicial y la designación del Procurador General de la República o ministros de Justicia a través del Congreso Legislativo: decía El Nigromante: ‘si los Procuradores o ministros de la Suprema Corte son designados por el presidente nunca tendremos la certeza de la aplicación correcta de la ley’. | MARIO CASASÚS.*

 

«Ignacio Ramírez —en el siglo XIX— proponía el plebiscito y el referéndum como parte del proceso legislativo”.

 

— Emilio, hace tres años conversamos sobre las Memorias prohibidas de Ignacio Ramírez, ¿por qué publicaste La nueva República?, ¿habían quedado temas en el tintero?[1]
— Efectivamente las Memorias prohibidas son el primer tomo, la idea era presentar una biografía de Ignacio Ramírez a la nueva generación de mexicanos; ante la grave situación social pensamos que era un buen momento para publicar las ideas del Nigromante —documentos censurados por órdenes expresas de diferentes gobiernos— lo que causará un revuelo nacional, por ejemplo las cartas de Ignacio Ramírez al Papa Pío Nono, donde argumentó las razones para abolir el celibato en el clero y la separación de Iglesia y Estado.

 

— ¿No resulta un riesgo que los libros de historia sean utilizados políticamente?, lo pregunto porque las “Memorias prohibidas” fueron citadas por el diputado Gerardo Fernández Noroña y sé que tu actual trabajo será citado por el equipo de Andrés Manuel López Obrador…
— Hablar de Ignacio Ramírez es generar un huracán en cualquier lugar donde sea mencionado; el diputado Gerardo Fernández Noroña le dio demasiada difusión a mi libro entre los políticos e intelectuales de la izquierda mexicana. Otro diputado —Armando Ríos Piter— está retomando algunas ideas de Ignacio Ramírez: la revocación del mandato para los funcionarios públicos, la separación total del Poder Judicial y la designación del Procurador General de la República o ministros de Justicia a través del Congreso Legislativo.
«Decía El Nigromante: “si los Procuradores o ministros de la Suprema Corte son designados por el presidente nunca tendremos la certeza de la aplicación correcta de la ley”. Ignacio Ramírez —en el siglo XIX— proponía el plebiscito y el referéndum como parte del proceso legislativo, por ser ideas de avanzada la izquierda está recurriendo a las propuestas de don Ignacio».


— Además de ser el ideólogo del Estado laico y precursor de la educación gratuita, El Nigromante fundó la Sociedad de Escritores de México y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. ¿Habría un orden de importancia al reivindicar a Ignacio Ramírez entre lo político y lo cultural?
— Lo que sucede es que nos percatamos de la vigencia de los aportes de Ignacio Ramírez, al punto que había profetizado “el avance chicano en los Estados Unidos”; con este libro pretendemos enriquecer el ámbito cultural, pero obviamente sus ideas políticas eran tan avanzadas que todavía nos parecen novedosas.
«De no hacerle caso a don Ignacio el país irá al fracaso, ya lo decía en el siglo XIX: “El pueblo mexicano sigue estigmatizado por dos tormentos: el látigo para la materia terrenal y el tormento de la cruz para las cuestiones espirituales”, ante el intento por diluir la separación de la Iglesia y el Estado —por parte de la actual administración del PAN—, recupera vigencia el pensamiento de don Ignacio Ramírez.

 

—Antes de tus dos libros, ¿cómo era leída la biografía de Ignacio Ramírez en la Historia oficial?
— El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ya no es heredero de la Revolución mexicana, ni de la guerra de Reforma; de hecho es un partido neoliberal más a la derecha, es casi lo mismo que el Partido Acción Nacional (PAN), tienen la misma ideología.
«Durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se estigmatizó a Ignacio Ramírez, sólo un segmento de intelectuales discutían las Obras Completas del Nigromante, gracias a Carlos Monsiváis persistió la ideología de Ignacio Ramírez, de lo contrario estaría encajonado con polvo en el olvido.
«En el libro de texto gratuito fue suprimido totalmente —a pesar de que don Ignacio fue el creador del concepto del libro de texto gratuito en Toluca—, y en el álbum oficial para los festejos del Bicentenario dice: ‘Ignacio Ramírez, El Nigromante, con sus escritos ofensivos a la moral pública fue encarcelado en varias ocasiones’, fíjate los alcances de la mala fe del actual grupo de poder».

 

— Y a nivel académico, ¿cuándo reeditarán los ocho volúmenes de las Obras Completas —corregidas y aumentadas— de Ignacio Ramírez?
— Mario, tú sabes que los espacios editoriales son muy limitados, ahora quisimos englobar los documentos que tienen mayor vigencia y que son desconocidos, pero las Obras Completas —que en parte se deben a Ignacio Manuel Altamirano— definitivamente las reservamos para los eruditos.
«Los lectores tratan de ganar el salario de cada día y sería muy difícil vender los 8 o 10 volúmenes de las Obras Completas, así que los lectores necesitan un libro condensado; en la actualidad sucede un fenómeno social muy importante: la juventud se volvió a interesar en el estudio de la historia y la política».

 


— Si bien Carlos Monsiváis perteneció a una generación anterior, ¿cómo percibes el diálogo de las ideas del Nigromante con los jóvenes periodistas?
— Para la generación anterior de periodistas, don Ignacio, era un dogma de fe laica; y ante la nueva guardia de periodistas causó un estupor impresionante. Si lees los artículos y comentarios sobre las <b>Memorias prohibidas</b> y <b>La nueva República</b> no hay periodista o lector indiferente.
«Es curioso, pero conversando con un periodista de Excélsior le dije: ‘Mire, frente a la oficina de redacción encontrará la estatua de Ignacio Ramírez’; después de 25 años trabajando en el mismo lugar, el periodista no había notado a quién estaba dedicado el monumento de 1888, la nueva generación recibió con grata sorpresa al personaje, como estuvo censurado durante años es una novedad.

 

— ¿Cómo lograr que las ideas de Ignacio Ramírez sean conocidas en el extranjero?
— En algunos países Ignacio Ramírez es considerado persona non grata, por ser ateo y nacionalista. En un capítulo mencioné la polémica entre José Martí y El Nigromante; cuando se conocieron en México discutieron sobre comunismo y socialismo.
«Don Ignacio no creía en el comunismo porque: ‘degradaba al ser humano, considerándolo una máquina sustituible de los intereses del Estado’; en La Internacional de París de 1872 dijo: ‘La solución a los problemas nacionales e internacionales es implementar un socialismo abierto y responsable, la felicidad se alcanza con garantías individuales y otorgando la mismas oportunidades a todos los ciudadanos’, y detestaba al capitalismo porque imponen los intereses empresariales sobre la Constitución de cada país».


— Ignacio Ramírez fue opositor de Benito Juárez y su falsa “austeridad republicana”, a pesar de todo, ¿la izquierda contemporánea podrá reconciliarse con El Nigromante?
— No era liberal ni conservador, sino un nacionalista. De hecho los liberales son una mentira de la Historia oficial en México, no existieron; los liberales eran conservadores moderados.
«La historiadora Patricia Galeana dijo: ‘Juárez, Zarco y Ocampo eran católicos recalcitrantes’, el único ateo de esa generación fue Ignacio Ramírez y el único que se atrevió a criticar a Benito Juárez porque se había entronado 14 años en la presidencia, sólo la muerte impidió que fuera el presidente vitalicio después de la República restaurada en México».

 

— ¿Por qué El Nigromante criticó la “austeridad republicana” de Benito Juárez?
— Estudié tres testamentos del gabinete de Juárez y a cada familia le heredaron ocho haciendas en las provincias, 280.000 pesos de oro, y ocho propiedades en la Ciudad de México.
«Ignacio Ramírez decía: ‘La austeridad republicana de Juárez es un ridículo y absurdo, su allegados y herederos viven como magnates’”.

 

—Finalmente, ¿por qué la historia oficial atribuye la autoría de las Leyes de Reforma a Benito Juárez?, ¿cómo podrías demostrar lo contrario?
— Desde 1833, Valentín Gómez Farías, Lino Ramírez —el padre de Ignacio Ramírez— y varios contemporáneos redactaron las primeras Leyes de Reforma, pensaban implementarlas en México, pero el dictador Antonio López de Santa Anna derrocó al padre del Nigromante como gobernador del Estado de Querétaro, ahí quedó frenado el primer intento; el escribano del proyecto legislativo era un niño de 17 años llamado Ignacio Ramírez.
«En 1857, El Nigromante, Valentín Gómez Farías e Ignacio Manuel Altamirano se reunieron para compilar y discutir los escritos de Lino Ramírez hasta redactar 75 proyectos de Ley, los documentos originales están en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, cada página está firmada: “Ignacio Manuel Altamirano fungió como secretario y escribano de estos proyectos”, pero como Ignacio Ramírez se atrevió a criticar a Benito Juárez, el presidente se adjudicó la autoría de las Leyes de Reforma —junto con Melchor Ocampo—, ambos firmaron los decretos, pero no eran los autores intelectuales de la separación de la Iglesia con el Estado

1] La conversación aludida se encuentra, en este portal, aquí..
——
* Periodista
Publicado en www.elclarin.cl —se reproduce aquí por gentileza del autor.

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1 comentario
  1. antonino ortiz dice

    Queridos exponentes de documentos de don Ignacio Ramirez habla un fan de ese prodigio de hombre que dió Mexico.Yo creo que don Benito Juárez tenía que firmar las leyes de reforma porque era el presidente en turno sin desdoro de la dignidad de quienes fuero los autores de las mismas, don Benito tenía la investidura presidencial en ese momento y aunque el mismo Nigromante lo haya criticado por continuar en el poder,Don Benito Juárez tenía en la bolsa al pueblo y sólo obedecía a vox populi no como el sátrapa de porfirio dias verguenza de México.Sin menoscabo de la íntegridad de don Ignacio Ramirez, quien no necesitó ser reliogioso para observar una conducta vertical a toda prueba, casi diría yo un santo, Don Benito hizo lo que le correspondía a mi muy particular punto de vista.

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