Minería contaminante ¿sabes lo que es?
RW
Es el vídeo equivalente a menos de una carilla de texto (tamaño carta a doble espacio, tipografía grande); algo así como un saludo rápido, pero sincero, en una calle por donde circula una muchedumbre. Y es también una advertencia. Pronto, en vastas regiones de muchos países latinoamericanos será el equivalente a una profecía que ya se cumplió.
Son dos minutos y treinta segundos. Nada. Solo que, de no concienciar su mensaje, más pronto de lo que podría creerse la nada serán los paisajes ausentes. Un paisaje no es una pintura, una fotografía, un instante —o un par de horas— ante eso que llaman maravilla de la naturaleza, belleza salvaje, campos (o mares o montañas o valles) solitarios.
El paisaje real no es un lugar, es lo que vive en el lugar. Todo lo que vive y lo que permite la manifestación de esa vida: esos cuatro elementos clásicos: agua, tierra, aire y fuego; es decir, lo que engendra, lo que cuida, el calor que lo que permite para que nazca lo engendrado y el territorio en que se desarrollará. El mundo, o sea.
Es decir: aquello que la gran minería destruye.
Nos lo cuenta un grupo de actrices y actores argentinos en un mini filme en blanco y negro. Sin aspavientos. Son sus rostros, sus voces, 
las imágenes de lo que los procesos mineros dejan donde antes hubo paisaje: tierras baldías, gentes enfermas, niños que mueren.
Hace un tiempo presentamos una realización semejante y de la misma extensión; se llama Minería contaminante a cielo abierto en Colombia (la puede ver en este enlace). Son parte de una campaña que utiliza recursos que creíamos propios de la comunicación persuasiva (léase propagandística) comercial. Pero no en aquel vídeo ni en éste los rostros y las voces actorales se despliegan para vender.
Al contrario: se diría que buscan —como el tábano socrático— encontrar en cada uno su conciencia. Conciencia, conciencia del riesgo, conciencia de la dignidad, conciencia ciudadana y planetaria.
Permítase ver Minería contaminante ¿sabes lo que es?. No tardará en ello más tiempo que el que ha usado para leer estas líneas —o quizá menos—. Le aseguro que vale la pena.
El vídeo lo encuentra aquí.