Por qué me voy de Facebook/ Censura arbitraria a la divulgación de la ciencia académica

Después de 10 años haciendo divulgación a través de Facebook, he decidido cerrar mi perfil público en esta red social. Facebook ha sido una herramienta muy útil para entrar en contacto con otras personas, para compartir contenidos de interés común (incluyendo posts de este blog) e incluso para recabar información. Ha sido una etapa provechosa, pero que ahora debe llegar a su fin.

Facebook es una red social que pertenece a una empresa privada, que como es lógico pretende conseguir beneficios económicos con su actividad. Eso hace que la red tenga ciertos sesgos, algunos de los cuales llevaba tiempo observando. Por ejemplo, no siempre te notifica las cosas que más te interesan, sino aquéllas que le interesan a Facebook según sus propios algoritmos (que combinan información de tu perfil con elementos de su propio interés comercial – publicidad, más que nada). The Oil Crash 1 (2010-2011) – 15/15\15

También es reseñable el límite de 5.000 contactos para los perfiles gratuitos (los que tenemos la mayoría), que hacen que a medida que te acercas a ese límite algunas personas que te incluyeron como «amigo» dejen de manera silenciosa y automática de serlo, sobre todo si Facebook se da cuenta de que no interactuáis frecuentemente.

Por otro parte, es conocido que Facebook genera un cierto efecto pecera: uno tiene la impresión de estar llegando a mucha y muy diversa gente cuando en realidad se mueve en círculos muy pequeños y muy alineados ideológicamente.

Todos estos problemas y limitaciones hace tiempo que los conocemos, y a pesar de eso, valorando pros y contras, yo, al igual que muchos otros, decidí que merecía la pena seguir en Facebook.

Pero ya no.

La gota que ha hecho colmar el vaso ha sido la censura implacable que Facebook le ha aplicado al blog «Usted no se lo cree», de Ferran Puig Vilar. Hoy hace justamente un mes que Facebook bloquea cualquier intento de enlazar cualquier artículo de ese blog. Se da la circunstancia de que «Usted no se lo cree» es uno de las mejores páginas web sobre cambio climático en castellano, con un nivel de documentación y rigor científico que para sí quisieran muchas.

Este blog recibió en 2010 el premio de comunicación de su categoría de la Fundación Biodiversidad, que le fue entregado al propio Puig Vilar de manos de la actual ministra de Transición Ecológica y Vicepresidenta del Gobierno español, Teresa Ribera. En cuanto a su autor, Ferran Puig Vilar, ingeniero de formación, ex presidente de la Asociación de Prensa Profesional, es un ejemplo de tesón, decoro y pulcritud informativa a un nivel que, de nuevo, ya desearían muchos alcanzar.

Usted no se lo cree | Divulgación científica y comunicación sobre cambio climático y escasez energética: una visión multidisciplinarDurante este mes, numerosas personas se han interesado por intentar comprender las razones de Facebook para bloquear de manera completa este blog. Se han escrito numerosas reclamaciones a Facebook (incluso yo mismo escribí una), preguntando sobre los motivos de la censura, y nunca hemos obtenido respuesta. Encima, para añadir infamia al daño, cuando alguien intenta enlazar la web en cuestión desde Facebook, un mensaje te advierte que no es posible porque esa página «no cumple los estándares de la comunidad», aunque en otras ocasiones alega que «difunde información falsa» o bien «es spam«.

A cualquier usuario de Facebook ajeno al contexto de esta censura le parecerá que la página de Ferran tiene algo de dudoso, de ilícito. Facebook, sin decirlo explícitamente, sin haber aclarado nunca por qué bloquea «Usted no se lo cree», da a entender que hay algo oscuro e inadecuado con esa página. El daño, por tanto, es doble, porque no solo no se le permite a Ferran continuar haciendo divulgación sobre el Cambio Climático en Facebook, sino que veladamente se le acusa de fraude. Es la calumnia perfecta, porque no se formula explícitamente pero consigue crear la duda.

Para añadir una nota inquietante, estas últimas semanas se han observado ciertos problemas cada vez que se discutía de este tema, con la ralentización de la publicación de comentarios y, en algunos casos, su desaparición (a mi me han desaparecido varios).

Llegó la hora de desconfiar de Facebook – Noticias Codigo 13Hace ya algún tiempo que Facebook muestra una cierta y peligrosa deriva, una escora sumisa a los intereses económicos de terceros. Ya no estamos hablando de rentabilizar los perfiles o de sesgar contenidos para instilar publicidad; hablamos, ya, de desterrar ciertos contenidos y primar otros, con inconfesables objetivos. Que Facebook ose vetar una página sobre un tema tan sensible como es el Cambio Climático solo pone en evidencia los derroteros que ha tomado la red social.

No sé cuales son las razones profundas. No sé si es un exceso de confianza en los algoritmos automáticos y el desprecio general a los usuarios (que hace que se ignoren las solicitudes de reparación). No sé si esta censura es un síntoma más de la deriva de nuestra sociedad, a medida que la crisis existencial que afrontamos se va asentando. No lo sé, y la verdad es que no me importa. Me son absolutamente igual las excusas: ya he tenido bastante de esto y no quiero más, gracias.

Es hora de escapar de ese ambiente viciado.

Me voy de Facebook por dignidad, porque no puedo tolerar que le pase esto a Ferran, un buen amigo, y que yo no haga nada. Me voy de Facebook, también, mientras me quede dignidad, porque no quiero que se me aplique la famosa frase de Martin Niemöller; y antes de que vengan a por mi (que acabarán viniendo: la verdad no genera negocio) prefiero irme yo.

Soy consciente de que posiblemente algún día esto mismo pasará con blogger, la plataforma que aloja este blog. Ese día, también, recogeré los bártulos y me iré a buscar otros vientos, a respirar aire fresco.

De momento, aquéllos a los que les interese pueden unirse al canal de Telegram de The Oil Crash, o al foro asociado. La página de Facebook de The Oil Crash también seguirá activa (hasta que la censuren), aunque ya no la gestionaré yo, sino otras personas a cuyas competentes manos la he confiado.

Y eso es todo.  A la medianoche del día de hoy, 8 de septiembre de 2020, borraré mi perfil público de Facebook, y empezaré una nueva etapa en mi actividad de divulgación.

+++

Anexo

Contra la censura arbitraria a la divulgación de la ciencia académica

Como consecuencia de la censura de Facebook a distintos blogs sobre cambio climático, entre ellos éste, un grupo de medios y personas han promovido esta declaración, que está siendo publicada hoy simultáneamente en todos ellos.

Declaración

Quienes suscriben este texto, un amplio grupo de científicos, filósofos, economistas, ingenieros y divulgadores de la crisis ecológica y la problemática de las crisis climática y energética, denunciamos la censura por parte de Facebook de narrativas con base científica  comprobable pero no coincidentes con el discurso oficial que llega al gran público y a los profesionales.

La divulgadora científica británica Gaia Vince, que publica en Science, New Scientist y The Guardian ha visto su web censurado por Facebook.

En España, dicha censura se ha iniciado con el bloqueo por parte de Facebook a los enlaces al blog sobre cambio climático y temas relacionados “Usted no se lo Cree” de Ferran Puig Vilar, fundado en 2009 y premiado por la Fundación Biodiversidad, premio entregado en su día por la actual Ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Desde por lo menos el pasado mes de agosto, cuando una persona usuaria desea enlazar a uno de estos blogs, Facebook le responde con distintos mensajes de alerta, según los cuales dichos sitios web no cumplen con sus normas comunitarias (community standards) o bien que realizan spam, lo cual es rotundamente falso. Esto causa un doble daño: por una parte se hurta el acceso a esa información; por otra, de manera sibilina se proyecta una velada acusación de falsedad: en definitiva, se acalla y se calumnia.

Afirmamos que el rigor científico y la honestidad intelectual caracterizan el trabajo de ambos autores de forma destacada y denunciamos este ataque a la libertad de expresión.

Las personas que suscribimos esta denuncia, muchas de ellas editoras de diferentes blogs y espacios de comunicación y divulgación en Internet (ver listado al final), compartimos  las siguientes constataciones en relación con la crisis civilizatoria y existencial en curso:

  • La gravedad del cambio climático es mucho mayor de lo que se suele afirmar en los medios de comunicación convencionales. Los acuerdos de París son manifiestamente insuficientes, e incluso contraproducentes.
  • La crisis económica y social en ciernes es una consecuencia de la crisis ecológica y, en particular, de la ausencia de respuestas a la crisis energética que comenzó a mediados de la década pasada y se va a incrementar y profundizar próximamente de forma evidente y muy acelerada, según los mejores estudios científicos de los últimos años.Facebook Censura al que piensa diferente - INCREÍBLE INF. PRODUCCIONES - YouTube
  • Las consecuencias de la crisis ecológica, climática y energética son existenciales. El irreparable daño que estamos causando a los sistemas de soporte de la vida en la Tierra, y a la vida misma, se está revolviendo ya contra nosotros, y la crisis energética (a raíz del fin de la energía fósil abundante y la incapacidad de las llamadas energías ‘”renovables” para suplirla en usos y escala) impedirá la implementación de respuestas otrora tal vez viables.
  • El actual paradigma socioeconómico de desarrollo industrial, caracterizado por su cortoplacismo e individualismo metodológico, resulta progresivamente disfuncional y es intrínsecamente incapaz de abordar estos problemas. En este marco, la consideración de la información como “producto” impide que estas cuestiones, consideradas incómodas o inadecuadas para el propósito empresarial, lleguen al gran público y puedan ser objeto de debate abierto.
  • La tecnología es necesaria para facilitar ciertos procesos individuales y sociales, y para el progreso y la prosperidad de la Humanidad. Sin embargo, el discurso dominante que afirma que la tecnología es la única respuesta válida o viable a estos problemas es profundamente erróneo y altamente peligroso. No hay, ni presumiblemente habrá, tecnología avanzada que no requiera del concurso de la energía fósil, ni tampoco una mayor complejidad tecnológica sin un aumento de la energía neta y de la disponibilidad de los materiales que los sistemas requieren para su diseño, fabricación, funcionamiento y desmantelamiento. Y si, como estamos comprobando, la energía neta disminuye y distintos materiales escasean, no va a ser posible desarrollar a la escala que sería necesaria sistemas tecnológicos adecuados a tiempo de evitar o incluso amortiguar el daño.
  • El paradigma cultural nos confina en una burbuja perceptiva intramuros que limita la consideración del daño ecológico y ético extramuros, pero el cerco se está estrechando a gran velocidad. La reciente pandemia nos está mostrando un ejemplo moderado de lo que está por venir.

Muchas de las personas abajo firmantes somos gente conocida y reconocida por nuestra actividad divulgativa de todos estos problemas de sostenibilidad. Compartimos niveles de formación y ocupación de alto o muy alto nivel y responsabilidad. No estamos especulando. Conocemos amplia y profundamente los fundamentos e implicaciones  de las proposiciones que enunciamos, y sabemos que las conclusiones que dominan el discurso de la sociedad no están fundamentadas en la mejor ciencia disponible al no tener en consideración suficiente los límites físicos y sociales.

Aunque el momento preciso en que esta crisis multifactorial vaya a ser públicamente percibida como la auténtica emergencia global que constituye sea difícil de predecir con precisión, muchos creemos que nos encontramos ya inexorablemente inmersos en una crisis civilizatoria de origen cultural y moral sin precedentes en la historia de la humanidad.

El Manifiesto | Última llamada (Manifiesto)En 2015, el manifiesto “Última llamada”, suscrito, entre otras personas, por políticos – algunos de ellos actualmente en cargos con responsabilidad de gobierno – afirmaba:

“Hoy se acumulan las noticias que indican que la vía del crecimiento es ya un genocidio a cámara lenta. El declive en la disponibilidad de energía barata, los escenarios catastróficos del cambio climático y las tensiones geopolíticas por los recursos muestran que las tendencias de progreso del pasado se están quebrando. Frente a este desafío no bastan los mantras cosméticos del desarrollo sostenible, ni la mera apuesta por tecnologías ecoeficientes, ni una supuesta “economía verde” que encubre la mercantilización generalizada de bienes naturales y servicios ecosistémicos”.

Quienes suscribimos esta declaración y denuncia compartimos este diagnóstico, pero albergamos respuestas diversas en relación con la forma de abordar los problemas y retos a los que nos enfrentamos. Sin embargo, un criterio que mantenemos en común es la imperiosa y urgente necesidad de un decrecimiento (material y energético) sistémico, ordenado, justo y democrático, especialmente el de los países y los individuos con mayor poder adquisitivo, entre los que nos encontramos una parte mayoritaria de las personas del mundo “occidental”[1].

Son éstos los principales responsables del galopante deterioro de la situación y de la omisión de los magníficos riesgos que representa para el desarrollo humano y la vida presente y futura sobre el planeta, la mayoría de los cuales siguen sin tener presencia suficiente en los medios de comunicación.

Con toda probabilidad son nuestras posiciones y objeciones en contra del crecimiento económico perpetuo como pilar fundamental del desarrollo humano, sólidamente fundamentadas, las que  motivan la censura de las expresiones libres que las describen con rigor. La omisión a la opinión pública de la situación y la problemática que describimos y denunciamos es precisamente la causa de que el decrecimiento y las propuestas de la economía ecológica aparezcan todavía como insuficientemente desarrolladas.Zuckerberg destaca la libertad de expresión en Facebook y señala la censura en China

En consecuencia, como respuesta a este espurio y arbitrario comportamiento de Facebook y como medida de protesta y de presión, algunos de nosotros que aún manteníamos un perfil en esa red social vamos a cesar toda actividad en ella.

Como colectivo exigimos a Facebook que respete la libertad de expresión, y singularmente la de base científica, y que en todo caso restituya la integridad y el buen nombre de los blogs censurados.

Asimismo, demandamos a los poderes públicos y medios de comunicación que comiencen a otorgar a estas perspectivas la importancia y la relevancia cruciales que resultan acordes con la gravedad de la situación en la que nos encontramos.

Notas

[1] Alrededor del 10% de la población mundial es responsable de cerca del 50% de las emisiones de CO2

También podría gustarte
Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.