¡Basta de conversar a puertas cerradas, conversemos al aire!

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Cuando a mediados de noviembre del 2008, invitados por Telesur, se daban cita en Caracas colegas de todo el continente que participaban de la ”Conferencia Internacional Revolución e Intervención en América Latina”  para hablar, una vez más, sobre el terrorismo mediático y las maneras de combatirlo colectivamente, tenían lugar, simultáneamente, otros dos eventos comunicacionales.

Cada uno, a su manera, simbolizaba las tendencias actuales –y las potencialidades futuras-, de los medios de comunicación, en particular de la radiodifusión latinoamericana.

Ese mismo fin de semana se juntaban en el puerto de Valparaíso, Chile comunicadores de doce radios de Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina quienes por cuarta vez se encerraban para capacitarse en como salir al aire más interconectados que antes. Interconexines cono sur es precisamente el nombre del proyecto que está coordinado por la radio La Tribu de Buenos Aires con el fin de interconectar a los vecinos del cono sur, que de tan cerca que están muchas veces parecen ni mirarse ni conversar, salvo en los espejismos que nos seleccionan las grandes agencias de prensa o de televisión. Ese fin de semana los radialistas salieron a la calle y desde una plaza pública de Valparaíso emitieron una señal que fue escuchada por los transeúntes locales y los radioescuchas. En la reunion anterior, realizaza en Radio Alas de El Bolson, al sur de Argentina, habían tambien transmitido un par de horas enlazando radioemisoras de todos los paises del Cono Sur.

También ese mismo fin de semana tenia lugar otro “evento comunicacional” que parecería -a primera vista-, muchísimo más trascendente desde el punto de vista comunicacional. Ese fin de semana una cadena radial comenzaba su programa “Hora 25 Global” con el que comenzaba lo que llama su “campaña de expansión por Latinoamérica”. Se esperaba que la nada despreciable cantidad de 620 emisoras no soy de de America Latina, sino también de los Estados Unidos y España transmitieran el espacio semanal de conversación que según el ejecutivo Alejandro Nieto, citado por el diario La Nación de Santiago, será “el gran programa de de opinión de Latinoamérica y de los países de habla hispana”. Entre sus invitados estarán los ex presidentes Ricardo Lagos y Felipe González, los escritores Jorge Edwards, Tomas Eloy Martinez y Mario Vargas Llosa. Al parecer no estarán considerados ni Hugo Chavez, ni Fidel Castro.

Es que el pequeño detalle es que el programa esta siendo producido para la transnacional de la radiodifusión de origen español Union Radio que se jacta, y hasta ahora es verdad, de ser el primer grupo de radio en el mercados de habla hispana. Más de 28 millones de oyentes dice tener en mil 200 medios propios y asociados de España, México, Colombia, Costa Rica, Panama, Argentina, Chile y Estados Unidos. Tan exitosa ha sido la “expansión” de esta cadena que recientemente compraron en Chile las emisoras propiedad de otra transnacional española, Iberoamerican radio, que ya controlaba 4 cadenas con alcance nacional. Como resultado una empresa termina controlando ¡el 60% de la sintonía y el 37% de la inversión publicitaria en FM!

Y estos son los señores (quizás habrán también algunas señoras) que están aprovechando las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías de las comunicaciones y estos son los que están seleccionando a algunas de nuestro intelectuales (ciertamente no los más cuestionadores) y ellos son los que están marcado pautas y creando la agenda para millones de latinoamericanos.

¿Y porque no estamos nosotros, los periodistas, medios y gobiernos progresistas, los que lo estamos haciendo? ¿Porque las radios que se juntaron en Valparaíso no tienen los recursos y el apoyo profesional para transmitir en red en forma regular y profesional, como lo intentan hacer por nosotros desde España?comunicacion popular3

Y los colegas que se juntaron nuevamente en Venezuela, porqué no transmitieron también su discurso en vivo al mundo. Y si lo hicieron, ¿cómo es que no lo supimos?

¡Hace tiempo ya que llegó el tiempo de actuar colectivamente en comunicaciones!

La distribución y/o interconexión de medios ya existentes y la complementación de equipos profesionales y comunitarios en nuevas iniciativas de emisión y producción es urgente y posible.

No partimos de la nada. Hay redes de radio trabajando y transmitiendo arduamente desde hace años en América Latina, en Colombia, en Bolivia, en Ecuador, en México, en Perú, en Venezuela, en Bolivia y más recientemente en Argentina e incipientemente en Chile y otros países.

¿Pero que hace que sólo algunos de ellos se reúnan y emitan improvisadamente, sólo algunas horas de programación? ¿Y porqué la red satelital de ALER, que está con las antenas en la tierra hace ya mas de una década, no despega como se lo merece y acompaña el vuelo de liberación de los pueblos que aún siguen escuchando mayoritariamente radios comerciales estilo las españolas de Union Radio?

No se trata ciertamente de desconocer ni menospreciar los esfuerzos que han hecho las incipientes redes: no, todo lo contrario, se trata de valorar esos esfuerzos y, por eso, exigirnos urgente y mutuamente dar los saltos cualitativos para liberar espacios en el espectro radioeléctrico, dominado cada vez más por grandes empresas cuasi monopólicas que lejos de aportarnos diversidad y libertad de expresión nos hegemonizan y limitan.

Tenemos las herramientas y los recursos humanos para hacerlo. Los medios económicos irán apareciendo una vez que las voluntades políticas, las mentes y los corazones nos enfoquemos en una misma dirección.

Reconocemos en este sentido la importancia de la red de televisión Telesur, que sin duda es un espacio importantísimo, aunque hay que organizarse para que se pueda difundir aun mas, presionando a los operadores de cable que se niegan a hacerlo a pesar de tener canales disponibles, haciendo accesible decodificadores baratos para bajar directamente la señal para los hogares y/o grupos comunitarios, etc, etc. Urge además el apoyo de otros gobiernos con el fin de aumentar la red de corresponsales y de producciones propias de la Televisión del Sur.

Es muchísimo lo que tenemos que hacer, pero lo estimulante es que es mucho también lo que DESDE YA podemos hacer, con sólo la generosidad y coordinación de los recursos y las personas que vivimos para esto (aunque no siempre de esto).

El problema de la falta de acciones colectivas de los medios de comunicación latinoamericanos -y también las oportunidades que tenemos- no se dan sólo en el campo de la radio y la televisión. Las falencias, que parecen, con todo respeto, muchas veces lindantes con la estupidez, se grafican claramente en los kioscos de las esquinas de nuestras ciudades. Podemos encontrar allí una multitud de revistas y publicaciones en español, aparentemente sobre los más diversos temas: cómo cuidar nuestra salud, como entender la ultima tecnología computacional, como mejor jugar al golf o arreglar nuestro automóvil: como limpiar nuestro cutis o mejorar nuestra relaciones sexuales en la tercera edad. El pequeño detalle, parecido al del nuevo programa de la enorme cadena radial española Unión Radio, es que muchas de estas revistas son producidas (por lo menos en el caso de Chile) por la transnacional mexicana Televisa que no conforme con controlar la televisión de su país de origen, edita e imprime millones de revistas que por supuesto alientan el consumismo y el industrialismo a lo mas norteamericano.

Pero y ¿que ha evitado que las revistas progresistas latinoamericanas se distribuyan a nivel continental? Si bien tienen que ver los factores económicos, como la dificultad en tener los tirajes y las redes de distribución correspondientes, me niego a creer que este sea un motivo ni principal, ni insalvable. Por lo menos un par de publicaciones progresistas de cada pais tienen ciertamente los recursos para distribuir por lo morenos unas docenas de ejemplares en las capitales de América Latina. Las con menores recursos podrían por lo menos mandar un numero para tener en un lugar publico o alguien podrían compilar una suerte de Selecciones, pero de periodismo progresista.

Creemos por lo menos las Ventanas Bolivarianas en cada ciudad de este continente. Espacios en bibliotecas públicas, juntas de vecinos, universidades, escuelas, adonde nuestros hermanos y hermanas latinoamericanas podamos compartir nuestros escritos.

Y sigamos conversando como en Caracas, de más temas y con más compañeros y compañeras, pero salgamos de los limitados espacios cerrados y hagámoslo al aire, alli donde todos nos puedan escuchar y, porque no, hasta rebatir. De eso se trata.

*Periodista Independiente,Chile

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