La guerra civil española: otra óptica

LN
En este mundo cultural hecho de hilachas, de medio verdades y doble mentiras, que rinde culto a la moda que viene y a la memoria que se perdió; en este universo de titulares sin texto, de matar al vecino —o al menos de envidiarlo—, en esta cumplida parábola del lobo del hombre, entre los aires mefíticos de la metralla y los inocentes muertos, en nuestro mundo, no ha podido ser tragado ni por la propaganda ni por el olvido la epopeya del antifacismo español.

Cierto, los tiempos cambian; también es cierto que esos cambios no son gratuitos ni otorgados por un dios ausente (mucho trabajo ha de tener esa divinidad para cubrir con su piedad —y sustraer de su justicia— los desastres de aquellos que son sus pastores) que acaso prefiere la protesta voz en cuello de algunos que la decisión callada de muchos.

Empero, un hecho histórico no ha podido ser sustraído por la avalancha tecnológica de fines del siglo XX y convertido en baile —por lo general sincopado— de mayorías con el alma vaciada: la guerra civil española, que nació en África en 1936.

El material de este documental, editado por InfernalskePandaen, es presentado por sus productores como «el comienzo y el fin de una utopía» —curiosa utopía terminada, pero cuyas canciones, héroes, actos y gestos no se han olvidado.

Sí: la guerra civil española anticipa la hecatombe europea de 1939/45, convertida en guerra mundial después de Pearl Harbour, pero es mucho más. Es la primera guerra moderna de un pueblo —o de parte de un pueblo— por el derecho a elegir y llevar a cabo una idea general de sociedad.

Es la primera —y hasta la fecha única— guerra librada en frentes simultáneos (pero diferentes, aunque no geográficamente distintos) por diferentes concepciones del socialismo y del anarquismo para detener al monstruo facista.

No conviene, tampoco sería justo, comentar —o criticar con herramientas quizá no aptas— un trabajo que es el rescate de una época vivida con determinados valores; éstos —los valores— permanecen, las circunstancias son diferentes.

Se rinde, en fin, homenaje a quienes los vivieron bajo las suyas propias en un ámbito no menos contradictorio y exigente que el que enmarca las luchas actuales. Y lo hicieron cara a cara enfrentando el riesgo cotidiano en el frente de batalla.

En suma, un filme aleccionador. Si algunos pretenden cambiarlo todo para no alterar nada, otros simplemente escribieron una historia que, no por haber quedado inconclusa, constituye una derrota. Es hora de comenzar a leerla.

Duración: 49 minutos y fracción.

Fuente: pandafrahelvete.